Capítulo 2: ¡Mi vida se viene abajo!

Mientras tanto al otro lado de la ciudad…

Narra Laura:

Todo en mi vida va marchando bien, estoy muy feliz falta poco para el día de mi graduación, tengo todo lo que una chica de 16 años puede desear unos padres amorosos que siempre me dan todos mis gustos, el chico más guapo de la escuela se me declaro hace unos días y hoy por fin le daré la respuesta que tanto anhela, de lo nerviosa que estoy no he podido conciliar el sueño.

Tome una ducha rápida, camine hasta mi closet saque todas mis prendas de vestir, no podía decidir que ponerme, hoy era un día muy especial y quería verme muy bella, después de casi una hora opte por un vestido negro y una chaqueta de jeans, me aplique un maquillaje ligero y el cabello suelto.

Tome mi bolso y Sali de mi habitación. Me dispuse a ir al cuarto de mis padres a pedirle a papá que me llevara a la escuela, como tenía una cita con Héctor luego de mis clases hoy no llevaría mi auto. Estaba a punto de tocar cuando escuché que discutía con mi madre, esto era algo nuevo para mi jamás en toda mi vida los había oído pelear, sin embargo, pensé que era algo normal en una pareja, no quise interrumpir ya me iba a marchar cuando de pronto mencionaron mi nombre, yo era el motivo de la discusión.

Señora Hernández: Laura es una niña no quiero arrástrala a este mundo, jamás aceptare ese estúpido trato.

Señor Hernández: es una promesa de hace años, tampoco quiero entregarla ella es la luz de mis ojos, pero sabes que si no lo hacemos volverá el derramamiento de sangre, no quiero volver a perder a nadie - Mencionaba mi padre en su tono de voz se notaba una gran preocupación, hubo silencio por un momento para después romperse por el llanto de mi madre-.

Señora Hernández: ella no tiene que pagar por nuestros errores -sollozaba mi madre- creo que hemos pagado por nuestros pecados cuando perdimos a todos nuestros seres queridos ese maldito día.

Señor Hernández: calma mi amor no te tortures con nuestro pasado doloroso, yo soy el único culpable solo quería salir de ese mundo, pero tuve que pagar un precio muy alto por ello. – la madre de Laura tomo la mano de su esposo para darle un poco de apoyo moral y luego le dijo-

Señora Hernández: no elegimos donde nacemos y yo estuve mas que feliz cuando tomaste la decisión de dejar la mafia, sé que tu antiguo socio te hizo prometer que casaras a nuestra hija con su hijo para asegurase de que no lo delataras, ellos solo ven a nuestra niña como una garantía. lo prometiste para poder salvar mi vida y la de Laura cuando la llevaba en mi vientre.

Señor Hernández: lo siento mucho, nunca quise que eso pasara era la única forma de poder salir con vida de allí.

Señora Hernández: lo se no te reprocho nada, pero ¿Cómo le decimos todo esto a Laura?, huir no es una opción nos encontraría de inmediato, no quiero poner en peligro ni a ella ni a su hermano pequeño.

Señor Hernández: tranquila mi amor yo hablaré con ella, espero que lo entienda.

No podía creer lo que acababa de escuchar, hace solo minutos era la persona más feliz y ahora debo casarme con un completo desconocido, toda mi vida se vino abajo en cuestión de segundos, mis planes, mis sueños, Héctor ¿Qué voy a hacer con él?, De mis ojos empezaron a brotar lágrimas, mi mente apenas asimilaba lo que paso, quería que todo fuera una pesadilla, que mi madre me despertara porque se me había hecho tarde para la escuela y así salir de este horrible sueño. cuando por fin pude tranquilizarme ya estaba en el parqueado sin la menor idea de cómo llegué ahí.