¿A donde ir ?

El cielo comenzó a cambiar de colores en un abrir y cerrar de ojos , cuando se dio cuenta ya la noche la sorprendió, se levantó con la poca fuerza que le quedaba y con su descubrimiento en sus brazos paso a paso sin darse cuenta ya estaba caminando, no sabia a dónde ir o a quien pedir ayuda.

Sus pies la llevaban pero su mente estaba en una neblina mental, camino tanto que llegó al pueblo sin darse cuenta, todo una puerta en busca de ayuda pero ni le abrieron, tocó otra y una señora le gritó que no moleste, luego tocó otra y otra pero ya nadie le quería abrir, se asustó mucho y solo podía pensar que todo su mundo se derrumbó.

Cayo en el suelo lleno de barro y suciedad, y cuando ya pensó que toda su vida acabaría, pudo divisar a lo lejos una pequeña casita un poco alejada en donde de las ventanas salía una luz agradable y de su chimenea un pequeño humo salía, Luna sin detenerse a pensar sólo se levantó y corriendo llego a la puerta de esa pequeña casa, tocó con desesperación, una y otra vez, hasta que escuchó una voz tierna y agradable pidiendo que espere un momento, Luna escuchó las lentos pasos llegas a la puerta, y vio la perilla abrirse, notó que era una anciana ya muy acabada, jorobada por los años y muy arrugas, la señora con una sonrisa muy cálida le preguntó: ¿quien eres y porque tocas mi puerta a esta hora?

Luna con lágrimas en los ojos se arrodilló hasta quedar a la altura de la cintura de la anciana, junto sus dos manos y le imploro que le dieron posada por esta noche, la anciana la miró sollozar bajo un poco su mano arrugada y sostuvo una punta de su viejo delantal, lo acerco a la cara de Luna y limpió sus lágrimas, mientras miraba sus ojos le dijo : querida deja de llorar, se nota que has pasado por mucho el día de hoy, pasa, descansa y limpiemos un poco esas manos, vivo sola desde que mis hijas consiguieron esposos y se fueron, puedes llamarme Cora.

Luna al entrar a la casa pudo sentir ese calor familiar que perdió, abrazó a la anciana y le dio todo su gratitud, se lavo las manos, pero aún está muy sucia, la anciana le pidió que se quitara el vestido y fuera al baño para poder bañarse Luna obedeció, estando en el la bañera los podía recordar ese mañana, en donde vio por última vez a sus padres, la tristeza era como un lobo asechandola, las lágrimas ya salían de sus ojos por cuenta propia, justo que estaba nadando en recuerdos la anciana tocó la puerta y le pidió entrar Luna se asustó pero le dijo que si, la señora cora la miró con ojos de compasión y recordó a sus hijas cuando les daba el cabello mientras se tomaban un baño eso le trajo mucha nostalgia.