Dias despues el duque Donnely estaba revisando unos informes aburridos, sobre comercio y suministros, cuando sin saber por que su mente se distrajo. dejo la pluma, miro el fuego y pregunto de pronto
Duque: sir Davies, hace cuanto que no aparece la señorita Tudor por aqui?
Chris levanto la vista sorprendido, casi se le cayo la hoja que sostenia.
Asistente: ah, bueno... hace un mes exactamente, excelencia. y afortunadamente ya no viene, parece que por fin lo ignora
el duque asintio despacio, fingiendo indiferencia, aunque algo dentro de él se movio, como una molestia absurda.
Duque: oh, ya veo... que alivio entonces..
Asistente: quiere que verifique si se encuentra bien?
Duque: no.. no es necesario, si dejo de molestar seguramente esta... ocupada.
y volvio a sus papeles, o eso intento, porque no pasaron ni dos lineas antes de que notara que estaba leyendo sin entender una sola palabra.
[¿ocupada? con que demonios podia estar ocupada esa chica? una niña que juega a las venganzas, seguro ya se aburrió]
pero el pensamiento no lo soltaba, se quedo ahi, entre las costillas, como una espina sin importancia.
mientras tanto, en la mansion Tudor, Leia ya no pensaba en el duque ni en sus risas ni en sus negativas. tenia cosas mas urgentes que hacer, como no morir.
descubrio la verdad dos noches antes, en la biblioteca, mientras buscaba registros antiguos. encontro una carpeta escondida detras de los libros de contabilidad de su padre. adentro habia documentos sellados con el nombre de su madre, Lady Amara. Leia apenas recordaba su rostro, pero si recordaba su voz dulce y su perfume de flores secas. abrio los papeles con manos temblorosas y comenzo a leer.
eran testamentos, acuerdos, escrituras. su madre provenia de una familia noble del norte, y la herencia que le correspondia a Leia por sangre no era pequeña. una fortuna que el baron nunca menciono. peor aun, habia una carta escrita con un sello imperial, dirigida al padre de Leia, avisandole que cuando ella cumpliera veinte años, los bienes pasarían a su nombre completo, sin necesidad de tutela.
Leia sintio el golpe en el pecho, como si la hubieran arrojado agua helada. de pronto todo calzaba.. la frialdad de su madrastra, las miradas de su hermanastro, las conversaciones que se callaban cuando ella entraba.
se dejo caer en la silla, riendo bajito, no de alegria sino de incredulidad.
[entonces si sobrevivo hasta los veinte años, seré rica]
escribio en su cuaderno con furia, anotando fechas, nombres, conexiones. si antes buscaba pruebas sin rumbo, ahora tenia un motivo concreto. y cada palabra que escribia era una promesa: vengarse no por capricho, sino por justicia.
al cerrar el cuaderno penso fugazmente en el duque Donnely, en su sonrisa burlona, y se rio con sarcasmo.
[si supiera lo que estoy planeando, quizas hasta me ofreciera su espada... o me encerraria por loca]
y siguio escribiendo, con el fuego del odio nuevo ardiendo en los ojos.
Dias despues el destino, o la ironia, decidio jugarles una pequeña broma. Leia y el duque Donnely se cruzaron por pura casualidad en el mercado central, un lugar lleno de ruido, aromas y gritos de vendedores que ofrecian frutas y telas. Leia iba vestida con un abrigo sencillo, el rostro cubierto parcialmente con un velo, siguiendo a cierta distancia a su madrastra, que caminaba tomada del brazo de un hombre de aspecto sospechoso. Leia ni siquiera noto la presencia del duque.
Donnely, en cambio, la vio de inmediato. imposible no reconocer ese andar entre decidido y torpe, como si cada paso estuviera pensando en otra cosa. bajo el ritmo de su caballo y la observo, esperando que lo mirara, que al menos fingiera sorpresa, o que hiciera esa mueca arrogante que tanto le divertia. pero nada. Leia paso a su lado sin levantar la vista, sin una palabra, sin un gesto..
sir Davies: vaya... parece que la señorita Tudor finalmente superó su interes por su excelencia
Donnely no respondio al principio. siguio mirando a la joven mientras se alejaba entre la multitud, con el ceño apenas fruncido.
Duque: parece que si
sir Davies: no deberia alegrarse, excelencia? dijo usted mismo que esa chica no valia su tiempo
Duque: lo dije.. y sin embargo, parece que mi tiempo extraña ser desperdiciado por ella—
sir Davies: perdone mi atrevimiento, pero… esta molesto porque no lo saludo?
Duque: no estoy molesto, sir Davies… simplemente me sorprende que una chiquilla que decia querer arrastrarme a su venganza haya decidido olvidarme tan pronto. quizas solo me use de excusa para su juego..
sir Davies: o quizas esta ocupada.. la vi siguiéndole el paso a la baronesa Tudor, parecian en una especie de... persecucion domestica
Duque: siguiendo a su madrastra? interesante
sir Davies: excelencia, no estara pensando…
Duque: no pienso nada.. solo que hay algo curioso en todo esto.
y sin mas explicaciones, bajo del caballo y camino unos pasos, fingiendo mirar un puesto de armas, mientras en realidad buscaba con los ojos aquella figura rubia que acababa de pasar de ser molesta a… intrigante de nuevo.
Leia, por su parte, no notaba nada. estaba demasiado concentrada observando como su madrastra entregaba una pequeña bolsa al hombre desconocido. anoto en su mente la hora, el lugar, el gesto, todo. el duque podia esperar, pensó con frialdad, ahora tenia un enemigo mas importante que conquistar.
[ese hombre debe ser el hermano de mi madrastra, pero.. ¿Por qué se ven aquí? si son familia, ¿Por qué tener estos encuentros? ¿acaso esta vieja tiene secretos con el barón? tengo que saber a donde van.. voy a averiguar a donde se dirigen]
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Comments
Anonymous
Pobrecita tener que hacerla de detective sola y le dijo lo que le va a pasar y aún así no la ayuda, perece unas patadas en sus hu…a
2025-10-17
4
morenita
Y si es así no sería raro, ya que la avaricia y la ambición corrompe, muestra de ello es tu propio padre, queriendo hacerse dueño de una herencia que no es de él, ni para él 😠
2025-10-23
1
Hanna
jajajajajajaja Sr Davis gusta bromear
2025-10-17
7