THE WALKING DEAD (MINSUNG )
Capitulo 1
El sonido de una televisión lejana se podía escuchar:
Noticias: “Una gripe de extraña procedencia se ha detectado. Por ahora los especialistas dicen que no es nada grave, pero que es contagiosa. Se recomienda a los ciudadanos mantener las medidas sanitarias y escuchar los reportes…”
Solo un día más de vida donde la rutina siempre parecía ser la misma. Para Jisung cada día era ser como un muerto viviente. No tenía amigos, no era popular en el instituto y siempre parecía ser invisible ante todos. Tampoco era como si le prestara atención a todo lo que había a su alrededor.
Este caminaba tranquilamente por los pasillos del instituto con sus audífonos, escuchando la música que siempre le recordaba a su madre. A ella le encantaba la música, pero hace unos años murió y desde entonces Han siempre la recuerda de esta manera.
El instituto al que iba era uno de los más prestigiosos de toda Corea del Sur y uno de los más grandes, con un campus inigualable. Este lugar contaba también con residencia, gimnasio e incluso cafeterías donde los estudiantes podían cursar sus años de estudio con ciertas comodidades.
Volviendo a Jisung, estaba caminando tranquilamente hasta que chocó con alguien. Se quitó los audífonos y levantó la mirada, observando que era Haru, el único chico con quien se llevaba en el instituto.
Han Jisung♡
Lo siento mucho, venía entretenido.
Haru
Tranquilo, está bien...
Apenas ese chico pronunció aquellas palabras, comenzó a toser, mientras Jisung lo observaba detalladamente, algo preocupado.
Han Jisung♡
Estás enfermo?
Haru
Sí... al parecer tengo gripe.
Han Jisung♡
Debiste haberte quedado en casa.
Haru
Sí, pero ya tengo muchas ausencias, así que no puedo darme el lujo de faltar. Por cierto, debo irme, mi clase empieza pronto.
Jisung asintió comprendiendo y se despidió, volviéndose a colocar los audífonos como si nada hubiera sucedido. Tenía la primera hora libre, así que se dirigió hacia la biblioteca para practicar un poco, debido a que sus exámenes ya estaban cerca.
Buscó algunos libros y se sentó tranquilamente. Ojeó una que otra página. Ya una hora después, nuestro Jisung continuaba entre tantos libros con la cabeza hecha un lío.
Algo dentro de él se sentía raro. Por un momento se quitó los audífonos y su corazón comenzó a latir fuertemente. Al ya no escuchar aquella música, se hicieron presentes unos gritos que lo helaron por completo.
Lentamente volteó, abriendo sus ojos como dos grandes platos. Algunos compañeros estaban reunidos en un círculo, aterrados, observando a varias personas tiradas en el suelo forcejeando. El que estaba arriba parecía hundir el rostro en el cuello de la chica de abajo. La expresión de horror en ella hizo que Jisung se paralizara en ese momento.
De pronto, el chico que estaba encima levantó la cabeza y dejó escapar un gruñido extraño, gutural, que erizó la piel de todos los presentes. Los demás comenzaron a dispersarse entre gritos y carreras, dejando atrás un caos que crecía con cada segundo.
La cara de ese chico estaba rara, con venas marcadas que recorrían su piel y unos ojos completamente blancos. Su boca estaba manchada con un líquido oscuro y rojizo, lo que lo hacía parecerse demasiado a la imagen clásica de un zombi de película.
Jisung sentía que sus piernas temblaban, y el aire le quemaba en la garganta. De pronto notó que aquel ser lo estaba observando fijamente. El instante en que sus miradas se cruzaron se le hizo eterno.
Rápidamente, ese chico se levantó y corrió en dirección a él, obligando a Jisung a reaccionar y huir despavorido. Han tenía el corazón en la boca y su primera reacción fue tomar una silla cercana, levantándola con torpeza y golpeándolo. El impacto resonó en el silencio caótico de la biblioteca.
Por un segundo sintió lástima, pues lo que golpeaba alguna vez había sido un compañero, un estudiante como él. Pero no podía permitir que nada le pasara. Con el miedo dominando cada fibra de su cuerpo, decidió seguir corriendo.
Se escondió tras uno de los grandes estantes, intentando controlar su respiración para no hacer ruido. El pasillo estaba oscuro y silencioso, pero algo llamó su atención. Al final de aquel corredor se encontraba una silueta.
Era una sola persona, quieta, inmóvil. Jisung entrecerró los ojos, tratando de distinguir más detalles. Cuando bajó la mirada, reconoció algo que le heló la sangre: las zapatillas rojas.
Sabía a quién pertenecían.
Su voz tembló al pronunciar el nombre.
Lentamente, la figura comenzó a darse la vuelta. Jisung lo observaba, con la esperanza de que fuera solo un malentendido, pero el sonido gutural que resonó al hacerlo le borró cualquier ilusión. Los ojos de Haru estaban tan blancos como los del otro chico, y su rostro mostraba las mismas marcas extrañas.
El alma se le cayó a los pies.
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