3. Haberlo dicho antes…

Daphne se sienta en el suelo en posición loto, extendiendo su energía para así conectarse a la barrera observando mejor que los intrusos aún andan merodeando el lugar.

—Parece que no se irán tan pronto—dice ella

— Creo que quieren acabar conmigo de cualquier manera—menciona Arthur

Ella asiente a lo que el chico ha dicho, así que se vuelve a sentar en posición de loto para así poder reforzar la barrera y que nadie pueda entrar.

—Bien siendo así creo que puedes pedirle posada a mis padres, toma— le lanza una capa para que se la ponga y ella también se coloca la suya

—Estás segura de que me dejarán quedarme esta noche —pregunta él

—Obvio yo no miento, pero si quieres quédate muriéndote de frío aquí— dice deshaciendo la barrera invisible y caminando de regreso a la casa

Sabe que el chico no será tan tonto cómo para quedarse hay esperando a morir congelado, pudiera teletranportarse hasta la mansión, pero no quiere que nadie sepa sus habilidades mágicas aunque este chico parece ser mágico.

—Oye humana espérame —le gritó él desde atrás

— apúrate tortuga, para ser un pájaro te mueves como tortuga —lo señala ella

—Ya te dije que no soy un pájaro—le responde él

Al llegar a la mansión notan que toda la servidumbre se fue a descansar ya, Arthur se sorprende un poco, ya que aún no es medianoche para que la servidumbre se fue a descansar, muchos nobles les prohíben a sus empleados que duerman antes de la media noche, tal parece que aún hay nobles con buen corazón.

—Bien hemos llegado—dice Daphne, abriendo la puerta de la cocina

Los guardias de turno la saludan, además voltean a ver a su acompañante, pero sabe que ella siempre anda con su doncella así que no indagan en el asunto, ella les pide que mantengan la guardia porque sintió la energía de intrusos.

Al llegar a la sala, se quitan las capas dejándolas en el sillón, ella le pide que la siga porque sabe dónde están sus padres, a esta hora deben de estar acomodando los libros en la oficina de su padre, al llegar ahí hay dos guardias estos le permiten el pase a Daphne, pero a Arthur no lo dejan entrar así que le toca sentarse a esperar, los soldados voltean a verlo, uno de ellos sonríe pensando que él debe de ser la pareja de su joven ama.

Dentro de la prima tal como ella lo pensó sus padres están acomodando los libros en la estantería.

—Padres, acaso no se aburren de acomodar libros todos los días —pregunta ella

— que haces a esta hora aquí hija, por qué no estás descansando no me digas que paso algo malo—la regaña su madre

— Nosotros no nos cansamos y parece que tú tampoco cierto—le dice su padre, ya que sabe que su adorada hija le encanta andar en el viñedo, con solo ver las manchas de uvas en sus dedos

—Eh, pues bueno si fui, y adivinen encontré a un chico que cayó del cielo, y unos sujetos parecen buscarlo en estos momentos deben de andar merodeando la barrera—señala la ventana

—Viste que te dije que sentía una energía extraña en la barrera—menciona Danielle madre

—Si tan bien lo sentí, pero ellos no podrán entrar, y dónde está ese chico del que hablas—menciona Stefan padre

—Ahorita lo traigo—dice ella

Sale de la oficina para traer a Arthur y que conozca a sus padres y le pida que le den posada, en unos segundos la puerta se abre pasando por esta el chico y ella, sus padres están dados vuelta así que no lo pueden ver.

—Me llamo Arthur Roswell es un gusto en conocerlos Archiduques —dice Arthur haciendo una reverencia

—Has dicho Roswell —pregunta Danielle

—Sí Archiduquesa —responde él

—Acaso eres familia de Elysia Roswell —pregunta Danielle

—Si ella es mi madre—menciona él

—Haberlo dicho antes, que alegría poder conocerte, cuéntame cómo está Elysia, te quedarás a dormir yo soy Danielle Ivory de Fenty—pregunta una eufórica Danielle

Hija y padre estaban sorprendidos del comportamiento de su madre ósea ella es muy cariñosa con ellos su familia, pero no con personas desconocidas es como si a él lo hubiera conocido de siempre.

—Él es mi esposo Stefan Fenty —presenta al archiduque— y supongo que ya conociste a mi hija—le agarra las mejillas

—Mucho gusto archiduque, si ya la conocí, respondiendo de cómo está mi madre ella murió hace 20 años cuando yo tenía dos años de vida—responde él

—Que eso no puede ser verdad—se separa de Arthur

—Qué pasa cariño —preguntó Stefan

—Por qué le dijiste eso a mi madre—lo señala Daphne

—Lo siento no pensé que se pondría así—responde él preocupado

— no se preocupen es solo que me sorprendió la noticia, lo mejor es que vayamos a descansar ya mañana hablamos con calma, Daphne mi amor dale una habitación de tu área —habla Danielle

Cuando Danielle apenas tenía dieciocho años tenía una mejor amiga y esa era Elysia, a los diecinueve años su amiga le contó la novicia de que se casaría con un humano por qué se había enamorado de él, pero nunca le quiso decir quién era ese humano, por muchos años habían vivido en Latentis su mundo mágico, cuando decidieron vivir en el mundo humano hace quince años por qué sus pequeños hijos ya podían controlar sus poderes y así no serían descubiertos o vistos como seres diabólicos, en los primeros años viviendo entre los humanos comenzó a investigar el paradero de su amiga, pero nunca pudo dar con ella es como si la tierra se la hubiera tragado, Elysia era un bello ángel bajado del primer reino de Latentis.

Se pregunta cómo sería la vida del hijo de su mejor amiga, si tan siquiera lo hubiera encontrado antes quizás pudo haberlo ayudado a no pasar penurias.

Daphne le mostró la que sería la habitación de Arthur, esta se encontraba en la segunda planta Justo a cinco habitaciones de la de Daphne, ya que quizás la mamá del chico sería conocida de su madre decidió darle una buena habitación al principio quería darle una pequeña jaula de pájaro.

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