El Deber Y El Deseo cap 2 la primera falta

cap 2 la primera falta

Masaru Fujikawa

(mirada fija en Yui) —¿Cómo te llamas?

Yui tanaka

Yui… Tanaka, señor.

Masaru Fujikawa

Tanaka… no eres de buena familia.

Yui tanaka

(bajando la mirada) —N-no, señor.

Kaito Fujikawa

…(mirando el silencio)

Masaru Fujikawa

Entonces esfuérzate el doble. O no durarás aquí ni una semana.

Kaito, de pie junto a la pared, observa sin intervenir. Sus ojos no muestran compasión, pero tampoco desprecio abierto.

Masaru Fujikawa

(se vuelve hacia Sachiko) —Enséñale las normas. Cada una. No tolero repeticiones.

Sachiko

Si, señor

Yui hace una reverencia y retrocede. El corazón le late en los oídos.

En el Pasillo posterior. Sachiko camina rápido y Yui la sigue.

Sachiko

Primer día y ya llamaste la atención del señor Masaru… no para bien.

Yui tanaka

Lo siento mucho… fue un accidente.

Sachiko

En esta casa, “accidente” significa “descuido”. Y el descuido no existe.

Doblan una esquina y se encuentran con Sora, recostado contra la pared, comiendo una mandarina.

Sora Fujikawa

Vaya, la doncella nueva ya tuvo su regaño. Récord.

Yui tanaka

N-no fue mi intención…

Sora Fujikawa

(sonríe) —Aquí nada es “tu intención”, pequeña. Aprende eso y vivirás más tranquila.

En el Jardín lateral, un poco más tarde. Daichi encuentra a Yui intentando memorizar las tareas.

Daichi Fujikawa

¿Estás bien?

Daichi Fujikawa

Yui tanaka

Sí… solo trato de no volver a equivocarme.

Yui tanaka

Daichi Fujikawa

No te preocupes, todos cometemos errores. Solo… aquí se pagan más caros.

Yui tanaka

El señor Masaru es… muy severo.

Daichi Fujikawa

Con todos, incluso con sus hijos. Créeme, no eres la única que siente esa presión.

La voz de Ren se escucha a lo lejos. Aparece con uniforme escolar, mochila al hombro.

Ren Fujikawa

¿Qué hacen aquí?

Daichi Fujikawa

Hablamos

Ren Fujikawa

(mirando a Yui) —No pierdas el tiempo con charlas. Ni siquiera deberías estar aquí.

Ren se aleja, dejando un silencio incómodo.

Yui tanaka

Parece… que no le caigo bien.

Daichi Fujikawa

Él es así con todos. No te lo tomes personal.

Más Tarde, cocina. Yui prepara la cena. Y Kaito entra sin previo aviso.

Kaito Fujikawa

Te vi esta mañana.

Yui tanaka

(sobresaltada) —Señor…

Kaito Fujikawa

No mires al suelo cuando hables conmigo. Mírame.

Yui levanta la vista. Kaito la sostiene con una mirada intensa, más pesada que cualquier sermón.

Kaito Fujikawa

Aquí no importa si eres torpe o nueva. Lo único que importa es que cumplas. Sin fallos

Yui tanaka

Entiendo… señor.

Kaito Fujikawa

Espero que sí. Porque si vuelves a derramar una gota, no habrá segunda advertencia.

Kaito se marcha. El sonido de sus pasos se desvanece, pero el peso de sus palabras queda suspendido en el aire.

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