Mi Mejor Amiga Es Un Caos
Capítulo 4
Fecha: 3 de enero
Hora: 02:00 AM
Lugar: Playa del Río Salí – cerca de la residencial Gutiérrez, San Miguel de Tucumán
luna Gutiérrez
No podía dormir. El reloj marcaba las 2:00 de la madrugada y mi cabeza seguía dando vueltas sobre todo lo ocurrido en la fiesta. Las imágenes de Tomás tirado en el piso, la cara de pánico de Teresa Santillán, y el mensaje anónimo aparecían una y otra vez.
luna Gutiérrez
Decidí que quedarme encerrada en mi habitación solo empeoraría las cosas. Me puse una campera liviana y salí en silencio para no despertar a Valen Gutiérrez ni a Erick Gutiérrez.
luna Gutiérrez
La playa estaba cerca de casa. No era una playa de mar, sino la orilla del río, con arena húmeda y un murmullo constante de agua moviéndose bajo la luz de la luna. El aire era fresco, cargado con el aroma del río mezclado con un dejo de pasto y tierra mojada.
luna Gutiérrez
Mis pasos eran lo único que rompía el silencio, hasta que escuché voces masculinas riendo y hablando fuerte.
luna Gutiérrez
Giré la cabeza y vi un grupo de chicos acercándose. A medida que se fueron iluminando con la luz tenue de un farol, reconocí sus caras.
Lautaro Méndez
—¿Luna? ¿Qué hacés sola a esta hora?
Nicolás Quiroga
—Son las dos de la mañana… ¿todo bien?
Facundo Reyes
—Te ves… no sé… como preocupada.
Agustín Valdez
—Sí, ¿pasó algo en la fiesta? Escuchamos rumores.
Martín Cabrera
—Nos dijeron que Tomás tuvo un accidente…
Diego Ramírez
—¿Fue en serio o es todo un chisme agrandado?
Andrés Cabrera
—Porque si fue grave… eso cambia las cosas.
emiliano Figueroa
—Luna, ¿me estás escuchando?
Simón Alvarado
—Te quedaste callada…
Julián Domínguez
—No es normal verte caminando sola por acá.
luna Gutiérrez
Nada… solo necesitaba despejarme.
luna Gutiérrez
No quería dar explicaciones. No quería que más gente se metiera en el asunto, sobre todo porque todavía no entendía nada yo misma.
Nicolás Quiroga
—Bueno, pero no es seguro que andes sola a esta hora.
Julián Domínguez
—En serio, si querés te acompañamos hasta tu casa.
Diego Ramírez
—Sí, no es buena idea seguir caminando sola por acá.
luna Gutiérrez
—Gracias, pero prefiero ir sola.
luna Gutiérrez
Los dejé atrás, escuchando cómo sus voces se apagaban a medida que me alejaba. El viento del río soplaba más frío ahora, y cada sombra parecía más alargada de lo normal.
luna Gutiérrez
Mientras caminaba, sentí que alguien me observaba. No eran ellos. No había pasos detrás de mí, pero la sensación era tan fuerte que por un momento me detuve y miré hacia el agua.
luna Gutiérrez
La luna iluminaba la superficie plateada del río… y por un segundo juré ver una figura de pie, inmóvil, del otro lado de la orilla.
luna Gutiérrez
Parpadeé y ya no estaba.
luna Gutiérrez
Seguí caminando más rápido, sin mirar atrás. Al llegar a casa, cerré la puerta y apoyé la espalda contra ella, tratando de calmar la respiración.
luna Gutiérrez
Sabía que esa noche no iba a dormir… y algo me decía que lo que había visto en la orilla no era producto de mi imaginación.
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