3 años despues.
Una mujer de cabellos dorados camina en completo silencio por el jardin del palacio. Su cabello largo se balancea con el viento. Y entonces como si de un aracnido se tratara. La mujer escala por las paredes con gran facilidad.
En la habitación de los emperadores. El emperador y La emperatriz duermen profundamente. Sin sospechar del peligro que los acecha. Pero entonces un golpe fuerte se escucha en su ventana. El cristal se agrieta volando en mil pesados por el suelo. Los emperadores despiertan asustados. La habitacion se encuentra en completa oscuridad. Pero pueden verlo. Aquellos ojos esmeraldas que brillan en el oscuro rincon de la habitación
—Quien eres?! ¿Como te atreves a irrumpir en nuestra habitación? ¡Guardias!!
El emperador gritaba colérico. La mujer a su lado se aferraba a la sabana que los cubria. Una risa suave se escucho en la habitación. Y entonces aquellos ojos comenzaron a acercarse mas y mas a ellos. Una mujer con un vestido negro. De cabello rojo. Unos ojos esmeralda. Un rostro que jamas en sus vidas habian visto.
¿Quien era ella?
—Quien eres?! ¿Quien te mando? Te pagare el doble!!
La mujer sonrio, se detuvo a los pies de la cama. Observando los rostros de las dos personas delante de ella.
Sus padres.
—Acaso no me recuerdas... Papá
El hombre la miro de pies a cabeza confundido.
—Papá?... Ya basta de juegos. A que has venido?
La mujer se paseo por la habitación en silencio. Paseando sus manos por cada accesorio en la habitación.
Los emperadores no entendían que estaba ocurriendo. El emperador estaba molesto. Eufórico. Como una simple mujer podia infiltrarse en su palacio sin que nadie la notara. Los despediría a todos. Inutiles.
El emperador intentó ponerse de pie, pero fue en vano. Su cuerpo se movió hacia atrás. Volviendo a caer sentando en la cama. Era como si estuviera pegado con pegamento al edredón de su cama. Sus ojos se abrieron en sorpresa y su mirada se clavó en la mujer que ahora estaba a su lado. Y mientras la veía. La mujer parecía hacerse cada vez más grande.
¿Era acaso eso posible? ¿Acaso estaba adentro de alguna pesadilla?
—No no no no. No tienes permitido estar de pie.
—Que?
—Seras un niño obediente y te quedaras ahi sentado hasta que yo te ordene levantarte.
El emperador estaba incredulo. ¿Que significaba todo esto?. No tuvo tiempo para seguir cuestionándose. De repente sintio como sus pies comenzaban a hincharse. Y al quitar la sabana pudo verlo. Sus pies estaban morados. Parecían estar cada vez mas grandes.
—Basta!!! Te...
Las palabras no pudieron salir de sus labios. Porque estaban sellados. Sus manos fueron a sus labios. Estaban cocidos. Intentaba gritar pero nada salia de ellos.
—Silencio. Tampoco tienes permitido hablar si no se te ordena.
El hombre intentaba gritar, pero parecía que mientras mas queria hablar su cuerpo comenzaba a hincharse con mas rapidez. Comenzo por sus pies. Iba subiendo por sus piernas. Su estomago. Sus brazos. Hasta que se sintió apunto de explotar.
—Creo que vas a explotar. Tienes demasiadas cosas por decir. Pero que lastima... No se te permite hacerlo.
El hombre la miro aterrorizado. Y por un segundo aquellos ojos esmeraldas se le hicieron conocidos... Eran identicos a los suyos.
Sucedio en solo segundos. El emperador exploto. El sonido de su piel desgarrándose y la sangre disparada hacia todos lados provoco una reaccion en la emperatriz. La mujer solto un grito aterrorizada. Miraba los desperdicios de quien habia sido su esposo. ¿Como habia sucedido todo eso?
De repente la habitación se fundió en una completa oscuridad. Y un susurro se escucho en su oido.
—Ahora vamos contigo... Mami.
Una luz se encendió en la habitación y la mujer se encontro a si misma de rodillas en el suelo.
Escuchaba unos pasos detras de ella. Su mente le pedia a gritos que hullera. Pero su cuerpo no le respondía. Sus piernas pesaban y dolían como si hubiera estado horas de rodillas. Y entonces sucedio. Un dolor sordo golpeo su espalda. El ya conocido sonido del latigo contra la carne se escucho en el salon y la mujer grito. Pero nada salio de sus labios.
—No puedes quejarte. La emperatriz debe aguantar en silencio. El dolor es parte de la vida. El dolor nos recuerda porque estamos vivos. Nos recuerda quienes somos. Y cuales son nuestros deberes en este mundo.
Otro golpe impacto en su espalda y asi fueron uno tras otro hasta que se sintio casi desmayar. Queria y necesitaba caer hacia adelante pero su cuerpo no cedia. Seguia ahi de rodillas, con la espalda recta. Sin poder soltar ni un poco de todo el dolor que estaba soportando.
—Has aprendido la lección?... Seguiremos mas tarde.
Escuchaba los pasos de la mujer a su alrededor. La rodeaba como si estuviera observándola por completo. Como un cazador a su presa.
—A Ishtar le gustara ver esto.
La emperatriz levanto la cabeza y miro a la mujer delante de ella. Aquel rostro perfilado y esos ojos esmeraldas.
—Ishtar te ordeno hacer esto?
La mujer solto una carcajada divertida. Acerco su rostro al de ella. Se miraron a los ojos en silencio.
—Ishtar no ordena. Yo soy la que pongo las reglas. Los demas la siguen... Y si no lo hacen... Mueren.
La mujer de cabellos rojos se alejo del lugar. Abrio la puerta y camino por los pasillos del palacio hasta llegar a su habitación. Entro en silencio y se detuvo en el espejo. Recito aquel hechizo dulce que habia sido el comienzo de todo esto.
सपना फिर शुरू होंदा ऐ आओ जागे इक होर हकीकत च
Un sello negro silencioso cubrio por completo el imperio. La mujer se acosto en su cama y suspiro.
Pronto tendrían todo lo que habian deseado.
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