Sharon no iba a permitir que su vida se basara en lo que pensaran los demás, sin darle importancia a lo que pensara ella, ella tenía claro que cada persona era diferente, la diversidad de puntos de vista, opiniones y preferencias, pero ella no estaba para complacer a nadie.
Los sábados por la noche salía con algunas compañeras a discoteca, a disfrutar del fin de semana, estaban con hombres cuando querían, no tenían compromiso con nadie; Sharon más que nadie quería disfrutar de su soltería, de su libertad, porque cuando encontrara el hombre indicado se iba a dedicar a su relación sabiendo que había vivido su soltería, no quería lo contrario, estar en una relación y pretender disfrutar como soltera, aunque si queria su espacio.
A ella le gustaba ser autonoma, tomaba sus propias decisiones, decidia si queria tener relaciones sexuales, cuándo, donde y con quién, aunque era cuando sentía que ya no podía más, porque no salía cada sábado a tener s*xo con cualquiera.
Sharon era muy entregada a su trabajo, se preocupaba mucho por los abuelitos, más por las condiciones en las que estaban en el lugar, era propiedad del gobierno y dependían de ellos, a ella le daba dolor de ver cómo muchos de ellos tenían familia y no los querían, un martes llego al trabajo, después de quince minutos de haber llegado comenzó a llover fuerte, veía como el agua se filtraba por las paredes y techo, veía como los abuelitos buscaban refugio para no mojarse. Ese día Sharon deseo tener mucho dinero para encargarse de los abuelitos, para que dependieran única y exclusivamente de ella.
Sharon veía como la mayoría de las pertencias de los abuelos se mojaron, ella vio como un abuelo lloraba desconsolado porque se le había mojado la foto de su hija fallecida, la única que siempre vio por el y que al fallecer su otro hijo lo abandonó en el asilo.
El hombre abrazaba la foto y le reclamaba porque lo había dejado solo, Sharon no aguantó y se acercó al hombre, lo abrazó y lloró con el, ella tenía el corazón destrozado al ver todo lo que estaba sucediendo, lloraba con el como si ubiera perdido a un ser querido, en ese momento se acordó de sus padres y se prometió nunca abandonarlos, siempre iba a estar para ellos, cuando no pudieran sostenerse allí iba a estar ella siempre cuidando de ellos.
Ella se recompuso y ayudo al abuelito, le dijo que iba hacer lo posible para conseguirle una foto de su hija, el hombre le dijo que con su hijo porque su hija fallecida no había tenido hijo; el abuelo le dio el número de teléfono, cuando conversaba con él abuelo recibió una llamada para que se acercara a un hospital donde habían dejado a otro anciano abandonado, Sharon se quedó mirando por una ventana, la lluvia ya había cesado, ella se preguntó ¿ Qué estaba pasando por la mente de las personas que abandonan a sus padres?
Para ella no había nada que justificara el abandono, la falta de recursos y las deficiencias económicas del núcleo familiar no era justificación para abandono, con sus familiares ellos podrían al menos comer y pasar la noche calientes. Muchos de los abuelos habían sido buenos padres, sus hijos cambiaron la mentalidad al crecer, al ser mayores, por la mente de los abuelos jamás se les hubiera pasado que un día ellos serían los protagonistas de una historia de soledad y abandono, pero así había sido.
Sharon salió del asilo con el corazón destrozado, quería encontrar la lámpara de Aladino 🧞♂️ y pedirle un deseo, un solo deseo "Que los hijos nunca abandonarán a sus padres". Ese día Sharon hizo todas sus vueltas con el alma destrozada por los abuelitos, por la noche no podía dormir pensando que no fuera a llover, aunque no era tiempo de que comenzará el invierno, pero ya estaba dando señales.
Esa semana ella se había puesto en contacto con el hijo del abuelo para pedirle la foto, el hombre quedó en llevarla el viernes. Sharon llegaba a su trabajo y saludaba emocionada a los abuelos y abuelas, queria transmitirle tranquilidad, no quería mostrar la tristeza que sentía al llegar al lugar; era muy querida por los abuelitos y ellos se sentían seguros y protegidos cuando ella estaba en el lugar, no los trataban mal, pero si eran muy distantes con ellos, la única que no era asi era Sharon.
El viernes en la tarde llegó un mensajero con un sobre, el vigilante lo recibió y se lo entregó a Sharon, ella cuando la vio sonrió y salió a un local donde tomaban fotos, les pidió el favor de ampliarla y la laminaran, después le pusieran un marco para que no se dañara, pero le dijeron que se lo hacían al día siguiente, que pasara por ella a las diez de la mañana, ella aceptó y se fue feliz porque le iba a dar la sorpresa al abuelito, le iba la levantar el animo.
A la hora de irse a su casa le daba nostalgia dejar a los abuelos, se despedía con dolor en su alma porque sabia que vivían en malas condiciones; ella había hecho de todo para que el gobierno de la ciudad se encargará de arreglar el lugar donde habitaban los adultos mayores, pero no hacían nada y simplemente le decían que tenían que esperar.
Ese noche Sharon no podía conciliar el sueño, pensaba en una solución para el asilo, le daba importancia no poder hacer más por esas personas, ella finalmente pudo dormir a las dos de la mañana.
A las seis de la mañana ya estaba despierta, tenía que estar en el asilo a siete y treinta de la mañana.
Llegó a su trabajo saludado a los abuelitos emocionada, puso musica y comenzó a bailar animandolos a seguirle los pasos, todos bailaban entre risas mientras ella cada diez segundos cambiaba de pareja, bailaba con hombres y mujeres para animarles el día. Sharon compartió con los más de ochenta adultos, bailes, dinámicas y risas, le gustaba verlos felices.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Comments