Ella se acercó, tomó el bastón que estaba en la mesita de noche y lo dejó caer a un lado. Él se reincorporó en la cama, luego quitó la sábana y se levantó. Caminó hasta un cajón, sacó una botella de coñac, tomó un vaso y se sirvió.
Yegor: —¿Quieres?
Débora: —No, tomo vino.
Yegor dejó la copa de coñac sobre la mesa, se acercó a ella y le dijo al oído:
—Te espero en la ducha.
Caminó hasta el baño. Ella lo quedó mirando y, con una sonrisa, comenzó a quitarse la ropa. Caminó desnuda hasta donde estaba el hombre bajo la regadera. Ella llegó y lo abrazó por detrás, besando su espalda. Él se volteó, la tomó por la nuca y la besó; luego pegó su espalda a los azulejos. En ese momento, se acercó a su oído para hablarle:
—Dime, ¿cómo lo hiciste con ellos?
Débora: —Bueno, primero fue con Iván en el coche. Primero me tocó —dijo, tomando su mano y llevándola hasta su intimidad—. Los movía muy bien.
Yegor: —Así —dijo, moviendo sus dedos encima, dentro de ella.
Débora: —Más profundo... mmm.
Él movió sus dedos mientras ella jadeaba.
—¿Y luego qué pasó?
Débora: —Luego me subí encima de él y comencé a moverme mientras devoraba mis senos. Inmediatamente él me subió; ella rodeó sus caderas con sus piernas, su espalda quedó contra la pared del baño. Sintió cómo la virilidad de él entraba en ella. Se detuvo un momento porque tenía un buen tamaño; cuando su cuerpo se adaptó, comenzó a moverse mientras él devoraba sus senos. Ella aprovechó para sostenerse de sus hombros y menear sus caderas.
—AAA...
—MMMM...
Los cuerpos chocaban entre ellos mientras se movían.
—Aaa, dime más.
Débora: —Me movía encima de él, sentía cómo entraba y salía de mí, lo apretaba como ahora —dijo mordiendo su oreja—. Los movimientos se hacían más bruscos mientras el agua caía sobre sus cuerpos, hasta que ambos llegaron al éxtasis.
Luego él la llevó cargada hasta la cama y la colocó sobre ella.
—Con el otro.
Débora: —Con él no usé protección.
Luego se subió encima de él y comenzó acariciando su rostro, luego besó su cuello. Comenzó a morder su oreja, ese punto que lo encendía. Fue bajando, dejando besos por todo su abdomen hasta llegar a la hombría de su esposo. La llevó hasta su boca y comenzó a lamerlo; luego lo llevó a su boca y comenzó a hacer movimientos circulares y otros.
Yegor: —Aaaa...
Antes de que él llegara al éxtasis, ella se subió encima y comenzó a moverse. Luego tomó las manos de su esposo y las llevó a sus caderas. Él comenzó a menearlas. Ella se movía de arriba hacia abajo, contrayendo un poco la pelvis, contrayéndola cada vez más. Ambos estaban perdidos en la pasión; los jadeos se escuchaban. Él sentía cómo las paredes de ella lo apretaban. Luego ella se dio la vuelta, dejando a él encima. Yegor comenzó a moverse haciendo los movimientos más bruscos.
Débora: —Mmmm...
Luego enredó sus piernas alrededor de él, hasta que ambos llegaron al éxtasis. Estaban acostados uno al lado del otro, con la respiración agitada.
—¿Hasta cuándo vas a seguir fingiendo enfermedad?
Yegor: —Lo que sea necesario. Odio tener que fingir estar enfermo, por la perra de Katia.
Débora: —No hables así de ella. Era tu esposa.
Yegor: —Era una maldita perra. Se merecía morir, la maldita.
Débora: —Ya no pienses en ella, solo piensa en mí —dijo, pegándose más a su cuerpo y besándolo.
Ambos volvieron a perderse entre las sábanas.
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Comments
Adriana Trejo
ijole que paso acá encamados fingiendo enfermedad y no es tan viejo el viejito 😁😁 que habrá detrás de estos personajes
2025-09-01
2
Elda Marquez
ups me perdi... como que pasó?/Shy//Shhh//Right Bah!/
2025-09-03
1
Marleny Peralta Rosario
jajaja amo esta pareja de locos como son de libertinos he
2025-08-26
1