📖 Capítulo 4 – Hielo y Fuego
Las semanas pasaron como si el tiempo tuviera prisa. Noviembre llegó cubriendo Milán con noches más largas, brisa cortante y amaneceres de cielo pálido. Cada día era una prueba para mi coraje: clases intensas, la soledad en la mansión y las raras apariciones de Jade, siempre cargadas de desprecio.
Pero con el pasar de los días, algo comenzó a cambiar. Alessandro, que antes me observaba de lejos como quien analiza a un extraño, pasó a notar mis hábitos. Percibía cuando yo estudiaba hasta tarde, cuando leía en italiano hasta dormirme sobre los libros, o cuando respondía a Jade con firmeza sin jamás perder la clase. Él veía el brillo en mis ojos cuando yo hablaba de cuidar de personas, y comenzó a ver en mí no solo a su hija, sino a una mujer que la vida moldeó con garra y carácter — diferente de cualquier persona que él ya conociera.
En una noche de jueves, mientras yo revisaba mis anotaciones en la sala, Alessandro entró. El sonido de sus pasos resonó en el piso de mármol. Vestí rápidamente un buzo para no parecer descuidada, y él sonrió levemente — una sonrisa discreta, pero verdadera, que iluminó su rostro marcado por el tiempo y por la frialdad de años.
— ¿Puedo hablar contigo? — preguntó, con la voz más suave de lo que yo jamás había oído.
Asentí, sintiendo mi corazón latir más fuerte. Él se acercó, trayendo un sobre negro con un sello dorado. Lo extendió hacia mí con cuidado.
— Abre — pidió.
Mis manos temblaban mientras rompía el lacre. Dentro, había una carta timbrada con el nombre de una de las mejores universidades de Milán, además de documentos oficiales. Leí cada línea, sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas cuando entendí: él me había matriculado en el curso de Medicina. Y no solo eso — garantizaba que yo podría escoger cualquier especialización: clínica general, cirugía, lo que mi corazón deseara.
— ¿Usted... hizo esto por mí? — pregunté, en italiano, con la voz embargada.
Él se acercó aún más, colocando la mano sobre mi hombro. Su mirada, antes tan fría, ahora era cargada de orgullo y un calor que me hizo recordar, por primera vez, que él era mi padre.
— Tu madre creó una mujer de fuerza, Jasmim — dijo, con la voz grave y emocionada. — No una mimada fútil como... — él interrumpió, pero yo entendí. — Tú mereces todo. No vas a pedir más permiso para brillar. Tú vas a brillar.
Las lágrimas escaparon de mis ojos sin que yo consiguiera contenerlas. En un ímpetu, me lancé a sus brazos, abrazándolo fuerte. Él correspondió, apretándome contra su pecho ancho, como si quisiera recuperar todos los años que perdimos.
— Gracias, papà — murmuré en italiano, con la voz quebrada por el llanto. — A la mamma le gustaría tanto verte así ahora... tan orgullosa.
Él respiró hondo, como si absorbiera cada palabra. Yo sabía que las clases solo comenzarían en el próximo año, ya que noviembre no permitía más matrículas para el semestre corriente. Pero eso poco importaba: por primera vez, yo tenía un futuro de verdad.
Cuando me aparté, vi en sus ojos una llama que jamás imaginaría: amor. No el amor contenido de quien cumple una obligación, sino el amor genuino de un padre que despierta al valor de su hija.
En aquella noche, me dormí sabiendo que mi madre, donde quiera que estuviese, sonreía por mí. Y que, finalmente, yo no estaba más sola en este mundo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 55 Episodes
Comments