Shot basado en RTTE cuando los gemelos descubren que son dueños de la isla y están siendo atacados por los gusanos de fuego.
NARRADOR:
Hipo.
¿Como llegaron aquí?
Pregunta Hipo recargándose en los barrotes que encerraban a Patapez y Astrid después de que estos fueran aprisionados por Patán. Desde que los gemelos tomaron el poder de la isla con sus reglas estúpidas se han encargado de mandar al calabozo a quienes no las cumplen, los dos primeros Astrid y Patapez.
Astrid.
Que gracioso, ¿exactamente cuanto tiempo piensas seguir con esto? ¿Ya viste esos gusanos de fuego?
Respondió Astrid acercándose a Hipo recordando la urgencia por el problema de los gusafuegos, los cuales amenazaban invadir la orilla y quemar todo a su paso.
Patapez.
Si Hipo la migración está a todo vapor.
Hipo.
Hablaré con ellos... seguir que puedo arreglar todo esto.
Afirmó Hipo mientras montaba a Chimuelo y salía de los establos ahora adaptados al calabozo.
Astrid.
Dime exactamente porque Seguimos el juego de los gemelos.
Patapez.
Por qué Hipo cree que los gemelos pueden ser conscientes una vez en su vida.
Astrid.
Hipo a veces tiene demasiada fé en las personas.
Patapez.
Bueno, honestamente es de las cosas que admiro de él, fue tratado tan mal y aún así, siempre ha creído en la gente. Astrid... ¿Por qué tú nunca lo trataste mal?... digo, no es que seas mala persona, pero bueno tú entiendes.
Astrid le regaló una sonrisa nostálgica al recordar aquella espina de pescado.
Astrid.
No encontraba ni encuentro placer en molestar a quien no lo merece, supongo... tenía una vida bastante mala de por si... ¿sabes que es lo más irónico?
La ojiazul no pudo evitar una sonrisa al pensarlo.
Astrid.
Pude decirle al trio de idiotas que pararan y no lo hice, pude protegerlo y no lo hice y hasta el día de hoy en más de una ocasión él ha arriesgado la propia vida para protegerme.
Patapez.
Es un buen tipo... Sabes que él te quiere, ¿verdad?
Astrid no pudo evitar ponerse por completo roja, aquel comentario la tomó desprevenida.
Astrid.
Q... qu... q... ¿como dices? ¿él te lo ha dicho?
Patapez.
Es más bien una deducción.
Dijo Patapez alegre de obtener esa respuesta, pero antes de que Astrid pudiera responder algo más se escuchó la corte del establo a abrirse por lo que ellos se pusieron de pie esperando ser liberados. En cambio, Hipo fue encerrado también.
Astrid.
¿Y llegaste por?
Se burló Astrid poniéndose al lado del molesto líder.
Hipo.
Astrid por favor.
Astrid.
¿Qué? Trato de ser graciosa.
Continuó con el mismo tono burlón. Mientras volvía a sentarse, al parecer, estarían otro largo rato ahí adentro.
Hipo.
Aún quiero creer que los hermanos recapacitaran.
Afirmó el castaño sentándose también al igual que Patapez.
Astrid.
Hipo, no lo harán.
Dijo Astrid con los ojos en blanco, unos ruidos llamaron su atención y volteó a ver hacia Patapez quien estaba masticando un crujiente pedazo de pan.
Patapez.
¿Que?... tenía hambre.
Confesó el chico cuando sintió a los otros dos jinetes mirando.
Patapez.
¿Quieren?... la mochila de Albóndiga tiene suficiente para todos.
Ambos aceptaron la oferta y decidieron relajarse un poco mientras comían.
Patapez.
Tengo mantequilla de Yak si gustan.
Hipo.
¿Traes mantequilla de Yak en la mochila de diario de Albóndiga?
Patapez.
Bueno, nunca sabes cuando se te va a antojar, más vale ser prevenidos... traigo un par de manzanas también.
Dijo feliz mientras sacaba todo lo comestible de la mochila de su gronckle.
Hipo.
¿Patán?
Dijo Hipo al ver que el jefe de armas de Thortonton entraba jalandose a si mismo, abría la reja y se metía junto a su dragón para después cerrar con llave el candado y aventar la llave lejos.
Patán.
Estudios gemelos.
Astrid.
Bien, ya basta, saldremos de aquí.
Patán.
Grandioso, volvamos a mí plan, vamos a matarlos.
Ofrecía Patán mientras tomaba del pan de Patapez y se sentaba a untarle mantequilla.
Patán.
Creo que podemos esperar hasta pasar la cena... Entonces, los matamos.
Hipo.
Chicos, estamos bien, no hay de qué preocuparse, los gemelos no pueden ser tan inconscientes, recapacitaran lo verán. Aún nos quedan bastantes horas para una crisis.
Durante un rato estuvieron cenando y hablando sobre el plan que tendrían cuando sean liberados, la estrategia estaba clara junto a un plan B en el remoto caso (según Hipo) de que no recapacitaran y tuvieran que salir a la mala de ahí.
Patán.
Bueno, despiértenme cuando los Bruts " r e c a p a c i t e n"... cuando estemos a punto de morir o cuando Hipo entre en razón.
Dijo Patán mientras se acomodaba en Colmillo y bajaba su casco para comenzar a dormir.
Patapez.
Supongo que descansar no nos haría ningún mal.
Afirmó Patapez mientras comenzaba a bostezar y a acurrucarse en su Albóndiga.
Astrid.
Ve a descansar, yo hago guardia.
Hipo.
No, estás claramente más cansada que yo, quitar la maleza debió ser agotador.
Bromeó Hipo mientras le recordaba su patético puesto en el reinado Thorton.
Astrid.
No tanto como ser el chico del establo.
Retribuyó la broma mientras le daba un codazo.
Hipo.
Tuve que tolerar a los gemelos y bañar dragones, no es precisamente diferente a lo que suelo hacer.
Astrid no pudo evitar reir con ese comentario tan sarcástico.
Astrid.
Hipo, ¿te puedo hacer una pregunta?
Dijo cambiando su estado sonriente a uno un poco más apenado.
Hipo.
Las que quieras.
Astrid.
¿Estás molesta conmigo?
Hipo.
¿Qué?... por supuesto que no.
Astrid.
No digo de ahora... me refiero, bueno, antes de Chimuelo y el asunto del nido, nunca te protegí, dejé que... que fueran malos contigo... yo...
Hipo.
As, quiero que te detengas ahí... Solo dime, el idiota dormido ahí, mi medio primo, los gemelos que, si aún tengo esperanzas de que recapaciten, fueron brutalmente duros conmigo y no tengo un resquicio de enfado hacia ellos, Patapez se alejó de mí y no lo culpo y hoy sigue siendo como mi hermano, incluso con mi padre, mi con el resto del pueblo no estoy ni un poco molesto... ¿Qué te hace pensar que lo estaría con la primera persona que verdaderamente creyó en mí, con aquella de la que nunca recibí una sola ofensa y la perdí a la que le confiaría por entero mi vida?
Le respondió para después sentarse un poco más cerca de ella y tomar su mejilla para hacerla mirarlo.
Hipo.
Además... ¿Quién en su sano juicio podría estar molesto con esos perfectos ojos azules?
Astrid le regaló una sonrisa que fue seguida por sus brazos alrededor del cuello del chico y un beso en la mejilla que él felizmente recibió. Astrid tenía nada de interés en soltar aquel abrazo e Hipo puso su cabeza sobre la de ella haciéndole saber que el tampoco estaba dispuesto a acabar con ellos y para dejar claro el mensaje su brazo nerviosamente envolvió su pequeña cintura.
Hipo.
M'Lady... quiero que saques eso de tu sistema desde ya... no me gusta que pienses así, ¿entendido?
Le decía mientras despegaba un poco su cabeza para mirarla.
Hipo.
Necesito escucharlo...
Bromeó un poco con ella.
Hipo.
Di Hipo prometo dejar de pensar esta clase de estupideces... Adelante Hofferson estoy esperando.
Astrid.
Bien.
Dijo ella con los ojos en blanco pero sin moverse ni un poco, se sentía tan cómoda.
Astrid.
Yo Astrid Hofferson, prometo dejar de pensar en esta clase de estupideces... ¿mejor?
Hipo.
Mucho mejor.
Respondió para después besar su sien y regresar su cabeza a su lugar sobre la de ella.
A sus espaldas estaba un vikingo rubio que sonreía al ver que sus sospechas eran ciertas, aquellos dos estaban total y completamente enamorados uno del otro.
Aquel abrazo solo terminó cuando los gemelos para sorpresa de la mayoría... recapacitaron.
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