Ingenua

Capítulo 5

Después de una noche llena de pasión, caricias y besos, Paolo despertaba una vez más al lado de su amada Argelia. Disfrutaba mucho el verla dormir, no podía imaginar su vida lejos de ella.

—Despierta hermosa Argelia.—le decía Paolo mientras la llenaba de besos.

—Buenos días cariño.—Argelia sonrió

—Debo ir al hotel a terminar unos asuntos pendientes, para concluir lo que vine hacer. ¿Pensaste en mí propuesta?—

—Aún no, pero te daré mi respuesta hoy por la noche.—

—Si dejas todo para ir conmigo a Sicilia, jamás vas a arrepentirte te lo prometo.—Paolo la llenaba de besos.

Argelia estaba enamorada como nunca antes, pero había pasado más días en Bali de los que su padre le permitió, tenía que volver a Madrid cuanto antes. Sin embargo no podía hacerlo, tenía que definir su relación con Paolo, así que después de pensarlo mucho decidió fugarse con él. En ese momento escuchó pasos en la casa, eso la espantó así que decidió ver que sucedía. No podía creerlo, su padre estaba frente a ella.

—Creo que falta más seguridad en esta casa.—

—Papá me asustaste.—

—Si lo noté, vine por ti para que regresemos a casa. Hay proyectos nuevos en la constructora que debes diseñar. Ganamos una licitación en Hong Kong de la cual te harás cargo, seguirás siendo una arquitecta famosa. Además de la mujer más influyente a nivel mundial.—

—Papá, todo eso suena maravilloso. Sin embargo, no puedo irme.—

—¿De que estás hablando?—

—Papá, se que siempre te has esforzado por darnos todo. Pero creo que como una mujer adulta que soy, es momento de que tome mis propias decisiones.—Argelia en verdad le tenía miedo a su padre, siempre se lo había tenido.

—Odio que me quieran decir las cosas a cuenta gotas, habla directo y sin esa inseguridad que te caracteriza. Hablas de ser una mujer adulta cuando no puedes ni si quiera decir lo que sientes.—de un golpe había quebrado a Argelia, se sentía aún más temerosa de lo que iba a decir.

—Estoy enamorada y pienso dejarlo todo para estar con él.—Aníbal no podía creerlo, enfureció y la sujetó de ambos brazos para exigirle una explicación.

—¿Quién es el infeliz que se atrevió a poner los ojos en ti?—

—Papá cálmate por favor, me estás lastimando.—Argelia comenzaba a llorar aterrada.

—¿Dime quién es ese pobre diablo?—

—No es un pobre diablo, se llama Paolo Gabellotti y su familia es dueña de un hotel aquí en Bali.—

—Ahora entiendo porque no regresabas a Madrid, espero que no hayas enlodado nuestro apellido por todo Bali. Te recuerdo que cuesta una pequeña fortuna tener alejada a la prensa de ti, así evitar que tu futuro se vea arruinado por esta clase de estupideces. No creas que he olvidado tu último desliz.—

—Amar a alguien no es estúpido, y si no te hubieras interpuesto estaría con Víctor.—reclamaba Argelia entre lágrimas.

—No vuelvas a mencionar a ese desgraciado, te recuerdo que es estúpido amar a quien no debes, crees que los solteros más codiciados de Europa se casarían con una mujer de poca reputación, nosotros no somos personas comunes. Por nada del mundo permitiré que mi hija se enrede con un don nadie.—

—Acaso no me escuchaste, también tiene dinero.—

—Si, pero hasta en el mundo del dinero hay niveles.—Aníbal sacó su celular para pedir información de Paolo Gabellotti, en pocas horas le investigarían todo sobre él.

—Te comportas como un loco.—le reprochaba Argelia

—Un loco que siempre se ha esforzado para ser lo que ahora somos, no dejaré que mis hijas estén en boca de todo el mundo.—

Aníbal realmente estaba fuera de si, Argelia salió corriendo de la casa para buscar a Paolo.

—¿A dónde vas?, vayan a seguirla y tráiganla de vuelta. Y si ven a ese mal nacido también tráiganlo ante mi.—

—Si señor.—salió el personal de su seguridad para traer a Argelia de vuelta.

Argelia llegó al hotel dejando su vehículo obstruyendo la área de ascenso y descenso del hotel. Entró de prisa a preguntar por Paolo.

—Señorita Argelia, ¿en qué puedo ayudarle?—

—Necesito hablar con Paolo.—

—El joven Gabellotti salió de emergencia a su hogar, pero le dejó un recado. También dijo que le llamaría para explicarle.—

—¿Sabe cuál fue la causa?—

—Algo sucedió en su familia y enviaron a buscarlo, pero volverá. Tenga si gusta llámelo.—

Le prestaron una línea segura para que pudiera hablar con él, eso le resultó sospechoso a Argelia.

📲—Si diga.—respondió Paolo

📲—Paolo, ¿por qué te fuiste?—

📲—Mi amor, mi padre envió por mi, mi tío Aldo sufrió un accidente grave. Volveré en pocos días.—

📲—Mi papá está aquí, vino para llevarme con él. Le hablé sobre ti, está furioso.—

📲—En cuanto llegue a Sicilia enviaré de nuevo el avión y a alguien de mi confianza a que vaya por ti, toma tus cosas y quédate en el hotel. No te vayas con tu padre, eres mi mujer y nada me va a separar de ti.—

📲—Está bien eso haré, pensé que me habías abandonado.—

📲—Nunca te abandonaré, te amo nunca lo olvides.—

Argelia respiraba tranquilamente al escucharlo, todo estaría bien mientras estuvieran juntos. De pronto estaba ahí el perro fiel de su padre, Gabriel.

—Señorita Soria hágame el favor de acompañarme, su padre la busca.—

—No, no pienso irme de aquí.—

Gabriel avisó a su jefe lo que Argelia le había respondido, ella sabía que si regresaba su padre jamás la dejaría marcharse, frente a todos los turistas no la podían obligar a ir con ellos. Minutos después llegó Aníbal hasta el hotel de los Gabellotti.

—Argelia hija, no soy tu enemigo, soy tu padre. Debemos volver a casa, olvidaré tu desliz una vez más y seguirás tu vida como siempre.—

—No voy a ir contigo, me voy a ir con él.—Aníbal tomó asiento al lado de su hija.

—Hija, ¿sabes a qué se dedica la familia Gabellotti?—

—Son empresarios supongo, nunca pregunté. Por favor papá ya tomé mi decisión.—

—Eres muy ingenua, se que es mi culpa por sobre protegerlas. Los Gabellotti pertenecen a la mafia, este hotel está edificado con dinero de sangre.—Argelia no podía creerlo, Paolo no aparentaba ser un mafioso.—Son unos criminales, estarías dispuesta a estar con un hombre que es un delincuente, que no tiene prestigio y que tus hijos serán parte de ese mundo. Crees que será un hombre caballeroso y protector contigo, los rufianes como él tienen mujeres en todo el mundo, cuando le exijas respeto comenzarán los problemas, te golpeará y te doblegará porque serás su esposa. Yo no quiero esa vida para ti, por favor tú tienes el mundo a tus pies, tienes prestigio, respeto y mucho dinero. Te casarás con un hombre de buena familia que tenga el mismo capital que tú, juntos serán una familia respetable y tus hijos serán el futuro de algo más grande, que ser hijos de un mafioso.—

Argelia no dejaba de llorar, ella jamás preguntó, pero tampoco él se lo dijo. Se sentía engañada, pero aceptaba su parte de culpa por no haber preguntado. Pero ahora que hacía con todo el amor que sentía por él. Argelia después de meditar las palabras de su padre en silencio se puso de pie.

—Vamos a casa papá.—Argelia limpiaba sus lágrimas.

Había tomado la decisión de volver a casa con su familia, estaba muy confundida y necesitaba distancia para aclarar su pensamientos. Le dolía bastante enterarse de la verdad por su padre y no por el hombre que amaba.

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