Poemas De Como Me Siento En El Dia inicio de la función

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Que comience la función

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está vez le traje una poesía que prepare hace 5 minutos entendería si no le gustará porque no está tan elaborada como las otras

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Usualmente hago una poesía y después de varias correcciones la publicó, pero está vez no quise hacerlo

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"Hoy me fallé" Hoy me siento cuchillo sin filo, pero igual me corto por dentro. Bronca sorda, furia muda, un incendio sin viento. Me fallé, lo sé, lo siento, pero no sé cómo evitarlo. Soy mi juez, mi castigo, el traidor que no quiso traicionarlo. Me prometí mil veces fuerza, mil veces no caer tan bajo. Pero acá estoy, decepcionado, con la vergüenza mordiéndome el paso. La impotencia me tiene atado, grito y no cambia nada. ¿Y si fui yo el que se dejó solo? ¿Y si soy mi propia puñalada? Confío en nadie, ni en mí siquiera. Todo suena falso, incluso mi voz. Hoy me siento traicionado por mi sombra, y no encuentro redención en ningún dio

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Ahora vamos con lo bueno

publico

| presta atención con cuidado después de la primera función quedaron más interesados en los poemas |

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"El Último Juramento" Fui acero templado en la llama del deber, mi alma sellada por votos de luz. Fui escudo del débil, castigo al traidor, pero hoy me descubro hundido en la cruz. Mis manos, antaño limpias de sombra, hoy tiemblan manchadas de traición. He roto el juramento que me hacía humano, soy ruina de honor, soy negación. El yelmo yace, partido en dos mitades, como mi mente, mi fe y mi ley. No hay perdón en los ojos del cielo, ni redención en la sangre que derramé. La espada que alzaba con firmeza y orgullo hoy pesa más que mi propio ser. ¿De qué sirve el acero sin causa? ¿Para qué lucha un hombre si no es por creer? He pensado en el fin, sin gloria ni canto, un descanso al filo del amanecer. No por cobardía, ni miedo ni pena, sino por no seguir siendo lo que dejé de ser. Pero si he de morir, que sea de pie, como mueren los que ya no esperan. Y si hay castigo más allá del silencio, que me juzgue el abismo con sus propias cadenas.

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Este poema habla sobre una persona que rompió un código que se impuso el mismo haciendo que se reciente y piense al suicidio por decepción a sí mismo

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A veces puede parecer una broma los principios de una persona, pero te das cuenta de lo que duele cuando rompes unos de tus principios

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Lo digo yo que tengo experiencia en fallarme a mi mismo

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"El chico de las promesas rotas" Era un chico con sueños de mármol, pero el alma era frágil como papel mojado. Se prometía mares, cielos, victorias, y despertaba en su propio naufragio. Falló en silencio, una y otra vez, mirándose al espejo con odio y tristeza. Juró cambiar, ser mejor, dar más, pero el miedo le dictaba cada promesa. Amó mal, con manos temblorosas, hiriendo a quien quiso curarlo. Pidió perdón con palabras vacías, mientras la culpa seguía acosarlo. Se prometió no caer de nuevo, y cayó con más fuerza, más ruido, más rabia. Quiso ser faro, fue sombra en la bruma, quiso ser puente, fue solamente una lápida. Amigos lo vieron romperse despacio, familia lloró su ausencia estando presente. Y él… él solo se odiaba por dentro, por no poder salvarse ni de su propia mente. No es maldad, ni locura, ni frío, es cansancio de ser quien no quiere ser. Es el eco de un niño que llora en la niebla, esperando que alguien lo venga a entender.

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"Abismo" Ya no queda voz en su garganta, solo un murmullo que no quiere hablar. Ni lágrimas brotan de esos ojos secos, ni rabia, ni miedo, ni un último “basta”. El chico que quiso ser algo… hoy no quiere ser nada. Ya no se odia: se ignora, como el polvo que no merece ni la escoba. Los que amó se fueron sin gritos, solo con el silencio del que ya no espera. ¿Y cómo culparlos? Si él mismo se ausentó mientras su cuerpo fingía estar en la escena. Se falló tantas veces que ya perdió la cuenta, se rompió en tantos intentos que solo es astilla. El alma es un cuarto cerrado y sin aire, y el corazón un tambor sin orilla. Piensa en la muerte como en un susurro, no como fin, sino como regreso. Tal vez allá no tenga que fingir ser fuerte, tal vez allá no haya más espejos. El suelo ya no es un límite: es cama. El fondo no es castigo: es refugio. Y el chico que todos olvidaron por fin se olvida a sí mismo, sin juicio.

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No siempre fui así también fui alguien lleno de ilusiones lleno de ideas y metas por cumplir

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Pero todo cambia cuando te enfrentas a la realidad

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te traiciónan ya no confías ni en tu sombra familiares pasaron a ser tus enemigos los cuales no perdonan Tu mente maldita piensa en todas tus malas obras y ya no hay amigos para matar las horas

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Solo queda una señora que te acompaña mientras lloras

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"La Más Fiel Compañera" La soledad no llega con estruendo, no toca puertas, no pide lugar, se sienta a tu lado cuando el mundo decide ya no mirar. No juzga ni exige razones, no huye si lloras sin voz, te envuelve en sus largas estaciones como un viejo y callado reloj. Es sombra que sabe tu historia, la que escucha sin interrumpir, la única en toda la memoria que no quiso nunca partir. Te observa mientras finges sonrisas, te abraza en la noche sin fin, te lleva a paseos sin prisas por dentro de ti, hasta el fin. No miente, no olvida, no duerme, te cuida aunque duela su piel, y aunque su amor te enferme, es tu más constante papel. Porque incluso en los días más rotos, cuando el alma ya no quiere hablar, la soledad, sin pedirte nada, es la única que sabe esperar.

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Capas tu vida es diferente a la mía pero si algo tenemos en común es que cuando lloras no lo haces en compañía

publico

|el público con lágrimas mira con atención|

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"Llorar Sin Testigos" Llorar sin que nadie lo sepa, sin brazos que vengan a hablar, sin voces que digan “no temas”, solo el eco, el silencio y el mar. Llorar cuando todos se duermen, cuando el mundo se olvida de mí, cuando el alma se quiebra y no entiende por qué duele tanto existir. No hay pañuelo, ni mano, ni abrigo, solo sombras en este rincón, solo el pecho latiendo en castigo, solo lágrimas sin redención. Llorar sin ser visto, en secreto, con vergüenza, con rabia, sin paz, como un niño que oculta su miedo para que nadie lo mire jamás. Porque hay llantos que nacen tan hondos que ni el cielo los quiere escuchar, y en vez de caer en los hombros, se esconden, se entierran... y sangran sin hablar.