Tal Vez Lo Nuestro Era Conocernos, Pero No Estar Juntos

CAPITULO III

Al día siguiente, amanecí con una jaqueca horrible y adivinen quién no fue a la universidad: sí, yo.

Entré a la ducha y, después de un largo baño, me vestí casual y salí a desayunar.

Mi cel tenía llamadas y mensajes de Sara y Rai, les respondí que no había ido porque tenía jaqueca. Sara me dijo que Chris y Josh tampoco, supongo que por lo mismo.

—¡Jen, suelta el teléfono y desayuna! —dijo mi mamá.

—¿Hablas con Gabo? —preguntó mi hermana levantando las cejas.

—En toda la semana no he hablado con él, me dijo que en el campus no lo dejaban usar el cel, solo los fines de semana.

—¿En serio?

—Así me dijo, y no me ha escrito.

—Jummm —dijo mi hermana mientras comía.

—No sé, ha estado raro desde que se fue.

—¿Y sabes qué significa eso, no?

—Ay, puede que solo esté ocupado —dijo mamá.

—No lo defiendas, mamá —dijo Jenny.

—Yo también lo he pensado, hermanita, pero no sé y no me quiero matar la mente en eso.

Terminé de desayunar y subí a mi habitación a terminar algunos trabajos de la uni.

2:15 p.m.

—No has hecho mucha tarea por hoy —escuché la voz de Josh en la puerta de mi habitación.

—¡Un día me vas a matar de un susto! —le dije apuntándolo con un lápiz—. Podría estar desnuda.

—Eso no sería problema.

—¿Qué?

—Nada, nada, ya deja de hacer tarea.

—Le diré a mamá que no te deje entrar.

—¡Tu mamá me ama, por favor!

—Lamentablemente, sí. —Me paré de mi silla de trabajo y me tiré en la cama.

—Siempre me voy a preguntar por qué hay un sillón en tu habitación.

—Es para que las chusmas como tú se sienten ahí. —Me miró con cara de ofendido.

Pasó la tarde en mi casa, comiéndose mi comida y diciéndome lo infiel que piensa es mi novio.

—A ver, ¿en qué campus te quitan el cel? —preguntó.

—En el de él, aparentemente.

—¿Ni en las noches?

—Nada de nada.

—Admítelo, se está clavando a otra.

—En fin, es hombre y todos son iguales.

—No compares, que te consigas puros novios de dudosa procedencia no es mi culpa.

—Ay, ayer andabas con una y le sigues jalando a Carla sabiendo que no te va a parar.

—Ella va a caer, y lo siento si te cae mal. —El ambiente ya estaba algo tenso porque nombrar a esa niña era incómodo para todos, a todos nos cae mal, pero él sabe cuánto me cae mal a mí, no me gusta que le esté jalando para estar con ella, literal nos odiamos mutuamente porque aunque no está con él le encanta que esté detrás de ella y, pues, es una de las personas que cree que tenemos algo y eso la mata, y yo pues meto cizaña de vez en cuando, así la vida no es tan aburrida.

—Claro, para ti nada existe cuando estás con ella —dije mientras me sentaba en mi silla nuevamente.

—Para ustedes yo soy el malo por el simple hecho de estar con ella.

—Sabes que no es por eso, es porque cuando estás con ella, para ti nada ni nadie existe, solo ella y no te importa llevarte a cualquiera por encima —ya estábamos entrando en la calurosa discusión del día.

—Como siempre, tengo la culpa yo, porque yo soy el egoísta, patán, grosero, inmaduro, sucio, perro, etc., etc.

—La culpa la tiene ella, pero perdón, no vuelvo a decir nada de tu queridísima amiga —ya estaba en un punto de estrés y molestia muy grande.

—Jen, por favor, como ella te cae mal y yo me junto con ella también chupo de ese lío, no le voy a dejar de hablar por ti, deja ya tu ego tan narcisista que te hace creer que todo gira a tu alrededor. —Se paró y se fue.

Y he ahí el porqué es tan tenso cuando se habla de ella: me cae mal a morir, sí, pero no me importa si están juntos, eso es cosa de ellos, pero Josh cree que todos están en su contra porque no nos cae bien y siempre que discutimos pasa esto y, pues, sí me duelen sus palabras, él es de las cosas más bonitas que tengo y discutir con él me mata, por eso siempre prefiero guardarme las cosas que siento y que me afectan de él, porque siento que viviríamos peleando y es algo que en verdad no quiero.

Llegó la noche y la verdad sí estaba un poco triste por todo, pero como siempre digo, a seguir adelante. Después de cenar, tomé mi cel y me acosté.

Gabo: Hola, amor, tendré el cel hasta mañana, ¿cómo estás?

—Hola, amor, ¡qué bueno! Bien, ¿y tú?

—Bien, bien, gracias, voy a salir con los muchachos del campus, en un rato te escribo.

—Está bien, Gabriel. —O sea, se perdía toda la semana y cuando escribe es "hola y chao", de verdad que yo no tengo ni un poquito de suerte con los hombres.

Sara: Amor de mi vida, me tienes abandonada.

—Hola, bb, perdón, he estado haciendo tareas.

—Tranquila, ¿Cómo estás?

—Pues bien, Josh pasó la tarde aquí y discutimos, pero bueh.

—¿Y eso? ¿Qué pasó?

—Pues lo mismo de siempre.

—Mor, te lo digo en serio, es raro que lo celes.

—Yo sé que no debo, pero es algo que está en mí.

—¿Y si es que sientes algo por él?

—Ay, por favor, es mi mejor amigo, ni en mis peores sueños me metería con él.

—Yo solo digo, y no soy la única que lo piensa.

—Bueno, bueno, cambia el tema.