CAPITULO 2: Samanta

Nacida en una familia un tanto inestable, nunca conoció a sus padres, criada por su abuelo, aunque solo lo podía ver en momentos específicos (cumpleaños, navidad o enfermedad), el resto de los días estaba rodeada de personas que solo la veían como la nieta del jefe, a la que debían tratar con respeto, las muestras de cariño o afecto estaban totalmente prohibidas, así que su infancia fue solitaria, alejada de todos, sin amigos o personas con las cuales compartir, en una inmensa mansión rodeada de sirvientes que la atendían día y noche.

Todavía podía recordar la noche en la que conoció a su primer amigo. Toda la mansión estaba en un total silencio, las luces apagadas y el personal dormido, eran las dos de la madrugada cuando quiso tomar un vaso de agua, se levantó de la cama, salió de la habitación y camino por el pasillo, la oscuridad de la noche no era algo que le molestara, al contrario, siempre disfrutaba ocultarse en los lugares con menos iluminación, de esa forma lograba tener algo de distracción mientras todos en la misión corrían de un lado a otro buscándola por todos lados, era su forma de llamar la atención. Bajo por las escaleras, pasando por el recibidor y camino hacia la cocina, al llegar se pudo percatar de una luz tenue que provenía de allí, ¿Qué era?, se acercó y encontró la puerta de la nevera abierta, de allí provenía el destello, ¿Cómo se abrió?, ¿quizás algún animal?, en la mansión criaban perros grandes, podrían fácilmente haber entrado, pero ¿Cómo podrían abrir la nevera?, luego vio unos pies asomándose debajo de la puerta, ¡No es un perro!, asustada empujo la puerta acorralando al intruso.

-          ¡aaaah! – gritaba - ¡me rindo!, ¡me rindo! – dice el invasor.

-          ¡¿Quién eres y que quieres?! – le grita sin dejar de empujar.

-          ¡Suéltame! – le grita.

-          ¡No lo hare hasta que respondas! – empuja más fuerte, pero el intruso pareció llenarse de fuerza, empujando en sentido contrario para liberarse hasta hacerla caer al suelo.

-          ¡Maldición! – dice el invasor luego de liberarse – pensé que moriría – respira agitado reponiendo el aliento - ¿querías matarme? – le dice viéndola en el piso. Era un chico, parecían de la misma edad, ¿Qué hacia allí?

-          ¡¿Qué haces aquí?! – le dice levantándose rápidamente.

-          Yo no golpeo niña, así que más te vale volver a la cama y dejarme trabajar – le dice de forma imponente – o te hare sufrir desquitándome de lo que me acabas de hacer – la amenaza.

-          Yo no te tengo miedo – estaba acostumbrada a los hombres grandes he imponentes, el que estaba frente a ella solo era un simple enclenque queriendo intimidar. De un brinco salto sobre él haciendo que callera de espaldas con ella encima.

-          ¡Maldita loca! – dice molesto, mientras comenzaba la pelea entre los dos jóvenes, se dieron con los puños cerrados por donde pudieran encestar algún golpe, incluso halándose el cabello.

Al final terminaron alertando a todos en la mansión, incluido el abuelo de Samanta, quienes corrieron hacia la cocina guiados dos el desastre que los dos chicos estaban creando durante su contienda, al llegar allí, los consiguieron dándose de golpes, ambos con moretones por todo el cuerpo, el personal los separo y capturo al pequeño bribón.

-          ¡Suéltenme malditos esbirros! – pataleaba y gritaba el chico mientras lo alzaban para separarlo de su ama.

-          Niño, ¿sabes a quien estabas golpeando? – le dice el jefe de los guardias luego de obligarlo a ponerse de rodillas.

-          ¡No me interesa quién demonios sea! – dice molesto – le dije que no golpeaba niñas y aun así ella ataco primero – la mirada del chico era la de un hombre dispuesto a todo por su objetivo - ¡juro que la hare pagar! – el abuelo de Samanta lo apunta con el arma hacia la cabeza, el chico sin bacilar lo enfrenta con la mirada.

-          Tienes una lengua muy suelta niño – le dice el viejo – vienes a mi casa, pretendes robarme y además golpeas a mi nieta – le dice mirándolo de forma amenazante - ¿sabes lo que haremos contigo? – pretendía asustarlo.

-          ¿me van a matar? – le dice altanero – ¡adelante!, dispara maldito viejo, no tengo miedo a morir – el chico tenia coraje, era algo que no se podía negar.

-          Llévenselo – los hombres toman al chico y se lo llevaron arrastrado, mientras seguía dando pelea – quiero aquí en este momento a los guardias en turno – dice molesto.

-          ¡Si! – dice el jefe de la guardia, al instante los cinco hombres que se encontraban de turno se presentaron frente al hombre.

-          Ahora, quiero saber, ¿Cómo es que un maldito niño enclenque logro pasar sin ser visto por alguno de ustedes?! – dice molesto – mi nieta ha salido herida y ustedes mal nacidos pagaran por ello – los hombres no movían ni un solo musculo, escuchaban al hombre de forma atenta - ¡Quiero que estos malditos reciban el mismo castigo que recibirá el chico! – le dice al jefe de la guardia - ¡tres días! – les grita – los veré en tres días – se retira a ver como se encontraba Samanta, las sirvientas ya se la habían llevado para cuidarla.

Pasaron tres días en los cuales fuera de la mansión, en el patio de atrás, en una pequeña casa, solo se escuchaban los golpes que les daban al chico y a los cinco hombres, luego de pasar ese tiempo, los presentaron nuevamente frente al viejo, parecían otros, hinchados, llenos de golpes por todos lados, sangre, sucios y la ropa hecha harapos.

-          Ustedes desgraciados, espero que sea la última vez que tengan ese tipo de descuidos – les dice a los cinco hombres arrodillados frente a él -   ya lárguense, los quiero activos a partir de mañana – los hombres se levantaron como pudieron, adoloridos, débiles y sin energía – Ahora tu – le dice al chico, mientras lo apunta con el arma - ¿Cuál es tu nombre chico? – le dice.

-          ¿acaso eso importa? – le dice mirando de forma retadora, a pesar de haber pasado por la misma penalización que los otros, tener un cuerpo tan golpeado que ahora era solo moretones más que solo piel, su espíritu de lucha podía verse en esa mirada – me vas a matar, ¿no es así? – le dice – termina de hacerlo ya.

-          Mmmm, Si importa, ¿no quieres que tu familia sepa que estás muerto? – le dice acercándose.

-          Mis padres murieron y mis hermanos están mejor sin mí, ahora termina de disparar viejo.

-          Igual insisto, me gusta saber el nombre de las personas a las que mate – le dice

-          Frederick Ruttherford – dice, ya iba a morir, ¿Qué importaba saber su nombre?

-          Oh, así que un Ruttherford – hasta donde tenía entendido los Ruttherford eran una familia muy poderosa, ¿Qué hacia ese chico allí?, además ¿Por qué estaba robando? – Bueno, pues lastimosamente aquí el poder de tu apellido no te salvara – sonríe, su intención era terminar de quebrar al niño, quería verlo llorar y pedir clemencia.

-          Me importa una mierda mi apellido o las influencias que pueda tener – le dice enfrentándolo con la mirada – termina de disparar de una maldita vez – es sorprendente ver este tipo de determinación.

-          He llegado hasta donde estoy porque no desaprovecho los recursos – le dice mirando fijamente al chico – y tu sin duda eres un excelente recurso muchacho – sonríe – me impresiono que lograras burlar una vigilancia de cinco hombres armados – le dice – soportaste tres días de tortura, y ahora estas aquí haciéndome frente – ríe – me agradas chico, ¿dices que no tienes familia?, bien ahora serás uno más de mi familia.

De esa forma Frederick fue adoptado por el anciano, entrenado y educado como uno más de sus guardias, con la única diferencia de que su tarea durante el día era cuidar de Samanta día y noche, llegando a estudiar juntos en todas las etapas, creando así una fuerte amistad, llegando a ser la familia que cada uno había perdido.

Ahora, trece años más tarde, luego de haber pasado por tantas cosas juntos, era hora de pagar por esa larga amistad, caminando hacia el altar vestida de blanco, colgada de su brazo, siendo entregada y aceptando casarse con un hombre al cual no amaba, y en la mirada de él estaba más que claro el odio que sentía hacia ella.

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Comments

Graciela Saiz

Graciela Saiz

pronto más capitulos 🙄nunca las leo sin terminar, pero como recién leí la otra ,ya quiero saber sobre Math

2025-05-18

0

Maria Mongelos

Maria Mongelos

Muy intetesante comienzo. Gracias autora😊

2025-05-17

0

Leticia Vargas

Leticia Vargas

excelente me encantan tus novelas

2025-05-17

0

Total
Capítulos
1 CAPITULO 1: Math
2 CAPITULO 2: Samanta
3 Capitulo 3: Caótica noche.
4 Capitulo 4: Dominación
5 Capitulo 5. ¿Quién resistirá mas?
6 Capitulo 6. Comienzo de la luna de miel
7 Capitulo 7. Comienzo de las habladurias
8 Capitulo 8. Medidas Drásticas
9 Capitulo 9. Veamos quien puede mas
10 Capitulo 10. Todo juntos
11 Capitulo 11. Un amanecer de Victoria
12 Capitulo 12. igualdad de condiciones
13 Capitulo 13. Un nuevo campo de batalla
14 Capitulo 14. Lo mas lejos de ser perfecto
15 Capitulo 15. Insípido y aburrido
16 Capitulo 16. Un lugar de perdición
17 Capitulo 17. Dominio y Poder
18 Capitulo 18. Obligaciones
19 Capitulo 19. Situación comprometedora
20 Capitulo 20. Un día agotador
21 Capitulo 21. Golpea primero, pregunta después
22 Capitulo 22. No confió en ti
23 Capitulo 23. Solo el odio puede existir
24 Capitulo 24. No hay mucho que pensar
25 Capitulo 25. Sin rencores
26 Capitulo 26. Desplome
27 Capitulo 27. Cuidare de ti
28 Capitulo 28 Fotografías
29 Capitulo 29. Diferentes amores
30 Capitulo 30. El muro entre nosotros
31 Capitulo 31 Curiosidad
32 Capitulo 32. Ahogada
33 Capitulo 33. Confesión
34 Capitulo 34. Descanso
35 Capitulo 35. Cambio repentino
36 Capitulo 36. Interrogantes
37 Capitulo 37. Pensar en el final
38 Capitulo 38. Empezar desde cero
39 Capitulo 39. Un hombre tramposo
40 Capitulo 40. Nueva relación
41 Capitulo 41. Momento critico
42 Capitulo 42. Fortaleza
43 Capitulo 43. En Coma
44 CAPITULO 44 Inconciencia
45 Capitulo 45. Después de la calma, viene la tormenta
46 Capitulo 46 Búsqueda de respuestas
47 Capitulo 47. Entrar a la boca del lobo
48 Capitulo 48. Un lugar peligroso
49 Capitulo 49. Diferente a la primera vez.
Capítulos

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1
CAPITULO 1: Math
2
CAPITULO 2: Samanta
3
Capitulo 3: Caótica noche.
4
Capitulo 4: Dominación
5
Capitulo 5. ¿Quién resistirá mas?
6
Capitulo 6. Comienzo de la luna de miel
7
Capitulo 7. Comienzo de las habladurias
8
Capitulo 8. Medidas Drásticas
9
Capitulo 9. Veamos quien puede mas
10
Capitulo 10. Todo juntos
11
Capitulo 11. Un amanecer de Victoria
12
Capitulo 12. igualdad de condiciones
13
Capitulo 13. Un nuevo campo de batalla
14
Capitulo 14. Lo mas lejos de ser perfecto
15
Capitulo 15. Insípido y aburrido
16
Capitulo 16. Un lugar de perdición
17
Capitulo 17. Dominio y Poder
18
Capitulo 18. Obligaciones
19
Capitulo 19. Situación comprometedora
20
Capitulo 20. Un día agotador
21
Capitulo 21. Golpea primero, pregunta después
22
Capitulo 22. No confió en ti
23
Capitulo 23. Solo el odio puede existir
24
Capitulo 24. No hay mucho que pensar
25
Capitulo 25. Sin rencores
26
Capitulo 26. Desplome
27
Capitulo 27. Cuidare de ti
28
Capitulo 28 Fotografías
29
Capitulo 29. Diferentes amores
30
Capitulo 30. El muro entre nosotros
31
Capitulo 31 Curiosidad
32
Capitulo 32. Ahogada
33
Capitulo 33. Confesión
34
Capitulo 34. Descanso
35
Capitulo 35. Cambio repentino
36
Capitulo 36. Interrogantes
37
Capitulo 37. Pensar en el final
38
Capitulo 38. Empezar desde cero
39
Capitulo 39. Un hombre tramposo
40
Capitulo 40. Nueva relación
41
Capitulo 41. Momento critico
42
Capitulo 42. Fortaleza
43
Capitulo 43. En Coma
44
CAPITULO 44 Inconciencia
45
Capitulo 45. Después de la calma, viene la tormenta
46
Capitulo 46 Búsqueda de respuestas
47
Capitulo 47. Entrar a la boca del lobo
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Capitulo 48. Un lugar peligroso
49
Capitulo 49. Diferente a la primera vez.

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