El Precio De Mi Sangre carne valiosa cap 4

Cassian Victor Velmora [D.D]

Baja del auto

La voz de Cassian fue firme, seca, como una orden militar. Ezion obedeció sin decir una palabra. Sus pies temblorosos tocaron el suelo frío del amplio camino de piedra que conducía a la mansión. El lugar era enorme, imponente, tan silencioso que parecía contener la respiración.

Cassian Victor Velmora [D.D]

(No lo miró siquiera. Caminó por delante, sin volverse)

Ezion Lysander Morwen [O.D]

(Lo siguió con pasos inciertos, aún sucio, con la ropa rota y manchas viejas de sangre en las mangas.)

Apenas cruzaron la puerta principal, tres sirvientes se acercaron. Todos bajaron la cabeza.

？？？

¿Qué desea que hagamos con él, señor? (preguntó una mujer de mediana edad, con el rostro serio.)

Cassian Victor Velmora [D.D]

Límpienlo (dijo, como si hablara de un mueble viejo)Quítenle esa porquería de encima. Quemen su ropa. No quiero volver a ver esos trapos . Y pónganlo a trabajar. Lo que sea, pero que se mantenga ocupado.

？？？

¿Dónde lo acomodamos?

Cassian Victor Velmora [D.D]

Lejos de la casa principal. Donde no moleste ni huela.

Ezion Lysander Morwen [O.D]

(Tragó saliva. No era la primera vez que lo trataban así. Pero por algún motivo… esta vez dolía más.)

？？？

(Una joven sirvienta lo tomó del brazo con fuerza contenida.)

？？？

Vamos, por acá.

Ezion Lysander Morwen [O.D]

¿A dónde me llevan? (preguntó, bajito, casi sin aire.)

？？？

A tu habitación. Y después al trabajo. No hables si no te preguntan (respondió la mujer, sin mirarlo a los ojos.)

Mientras lo arrastraban por pasillos fríos y largos, Cassian murmuró para sí mismo, con suficiente volumen para que todos lo oyeran:

Cassian Victor Velmora [D.D]

Más le vale a ese mocoso valer la inversión. No traje una mascota. Quiero un nieto con esa sangre. Lucian hará lo que se le ordene.

El cuarto que le asignaron era limpio, pero alejado de todo. Sin ventanas. Sin decoración. Solo una cama, una cómoda y un baño

？？？

Tenés diez minutos para ducharte (dijo la sirvienta) Acá hay ropa limpia. No salgas del cuarto hasta que te llamen. Y no hagas preguntas.

Ezion Lysander Morwen [O.D]

¿Puedo saber por qué me tratan así? (susurró, sin levantar la mirada.)

？？？

Porque sos propiedad del señor Cassian (dijo la mujer, sin dudar)Y porque en esta casa los omegas no tienen voz. Solo función.

？？？

(Antes de irse, dejó una pila de ropa sobre la cama: una camisa blanca, pantalones de lino, ropa interior nueva.)

？？？

El señor dijo que le da asco tu ropa de laboratorio. Así que más te vale que no la vuelva a ver puesta.

？？？

(Y se fue, cerrando la puerta tras de sí.)

El baño era grande, con agua caliente que salía potente desde la ducha. Ezion se quedó largo rato bajo el chorro. No lloró. No podía. Solo dejó que el agua se llevara lo poco que le quedaba del laboratorio.

Ezion Lysander Morwen [O.D]

(Cuando salió, se miró en el espejo. Las marcas en su piel no se iban. Las cicatrices de las agujas, los grilletes, los experimentos… todas seguían ahí, hablándole.)

Ezion Lysander Morwen [O.D]

(Se vistió sin prisa, sintiendo la ropa ajena sobre su cuerpo. Como si se disfrazara de humano, sabiendo que no lo iban a ver como tal)

Ezion Lysander Morwen [O.D]

(Se sentó en la cama y respiró hondo.)

Ezion Lysander Morwen [O.D]

No soy una cosa (murmuró.)

Silencio.

Ezion Lysander Morwen [O.D]

No soy una cosa…

Pero la puerta seguía cerrada.

Y afuera, alguien más hablaba de él como si lo fuera.

En otro salón, Cassian alzaba una copa de vino mientras una sirvienta leía una lista.

？？？

¿Desea que el joven Lucian sea informado ya, señor?

Cassian Victor Velmora [D.D]

No todavía (respondió, sin apartar la mirada de la ventana). Que lo vea cuando yo lo diga. Ese omega está aquí por una sola razón: quiero un nieto fuerte. Con sangre curativa. Con poder. Lucian puede jugar al amor después, si quiere. Pero primero... que cumpla su función.

？？？

¿Y mientras tanto?

Cassian Victor Velmora [D.D]

Que trabaje. Que se adapte. No quiero verlo flotar por la casa como si fuera un adorno. Y si llora, que lo haga en silencio.

En su cuarto, Ezion se acostó de lado en la cama. No podía dormir. No podía siquiera cerrar los ojos.

Pensaba en Ezekar. En el laboratorio. En cómo, incluso ahí, lo miraban más como un hijo que como un objeto.

Y ahora…

La jaula había cambiado. Pero él seguía siendo el pájaro