Habíamos llegado al edificio donde estaba mi departamento, cada vez me sentía más nerviosa no dejaba de mirar mi celular para ver si ellos ya me habían contestado pero nada, llegamos a la puerta, pero esta estaba abierta Ian me indicó que guardara silencio y que lo esperara afuera, asenti, el entro en mi departamento, estaba asustada pero luego vi que la puerta de Audrey también estaba abierta sentí como mi sangre se enfrió no puede evitar avanzar hacia haya, al pasar por la puerta todo estaba completamente helado parecía que la muerte había llegado a aquel lugar, rogaba porque nada malo le hubiera pasado a Audrey, parecía estaba en un mundo totalmente diferente apesar de que el lugar tenía grandes ventanas y el balcón, no entraba ni un rayo de luz , de pronto me empecé a sentir inundada por el miedo pero tenía que seguir, debía averiguar si Audrey estaba aquí.
Entre en el cuarto principal lo llamé pero nadie contestó, sentí como unas uñas largas arañaban mi espalda grité de dolor, pude ver lo que parecía un Leon pero tenía grandes cuernos y garras de su cola salía un aguijón como el de un alacrán, la sangre empezó a brotar de las heridas sentía como si me quemara estaba a punto de desmayarme cuando oí la voz de Ian llamarme, con la vista borrosa pude ver un gran destello de luz que se sentía cálido y a la vez me recordaba a Audrey entonces lo vi de Audrey provenía esa luz que me hacía sentir en casa talvez ya estaba imaginando cosas, es lo último que uno ve antes de morir fue lo que pensé y con la fuerza que me restaba volví abrir los ojos y Audrey estaba a mi lado con unas enormes alas blancas parecía un Ángel no hay duda de que estaba alucinando y así perdí el conocimiento.
Desperté aún aturdida, en cuanto abrí los ojos vi que estaba en la habitación de la mansión de Ian, el estaba recostado a un lado de la cama y dormía, se veía cansado no sabía cuánto tiempo había pasado pensé que talvez había pasado un largo tiempo ya que yo no tenía ni rastros de las heridas causados por ese monstruo solo pensar en el me daba miedo era aterrador, pero al recordarlo ¿había imaginado a Audrey? , claro era imposible que el estuviera ahí —Lea — Ian abrío sus ojos y pude ver su preocupación —Por fin despiertas estaba muy preocupado por ti —me dijo en una media sonrisa —¿que paso? Recuerdo que lo último que vi fue a Audrey envuelto en una luz, pero creo que estaba alucinando, crei que moriria— le dije y el tomo mis manos —Lea, no pude protegerte, casi te pierdo de nuevo y no fue tu imaginación de no ser por Audrey ya no estarías aquí —sus ojos estaban rojos —¿como? pero Audrey es una persona normal— se notaba que esta muy confundida —el debería decírtelo — Y Audrey entró a la habitación los dos se vieron como si se estuvieran amenazando, pero Ian se levantó y salió de la habitación.
—Audrey, dime que es lo que está pasando ¿qué haces aquí? Y ¿cómo me salvaste? — le pregunte tan pronto como se sentó a mi lado —Bueno, es algo complicado yo soy Ángel caído, se que es difícil de creer —bajo su mirada como si se disculpara por no decirme— Oh ¿ tu ya sabías que yo tampoco soy una persona normal ?— quería reclamarle por no haberme dicho nada pero supuse que tendría sus razones, en su lugar pregunté lo primero que vino a mi mente —No, en realidad no lo sabia hasta el día que esa bestia te atacó, ese demonio me lo dijo y me explico su relación contigo, tu ahora para mi eres una persona normal, debido a tu reencarnación lo que te hace una Diosa no esta, debes tenerlo para que yo pueda saber que una Diosa esta frente a mi —me dijo de la forma más normal como si habláramos de un tema trivial — y se supone que tu eres un Ángel caído, pero ¿eso que significa?— Pregunte —bueno, pues existe diferentes puestos en esto —río divertido y continuo —están Los Ángeles que viven en el paraíso y ven todo cómodamente desde haya arriba, están los ángeles de la guarda ellos trabajan directamente aquí entre los humanos y los angeles caidos yo más bien tengo que cumplir un castigo, sabes cuando estaba haya arriba me metía constantemente en problemas y pues al final me enviaron aquí y ahora, es decir que tengo que cumplir un castigo me enviaron a vivir las penas de los humanos, normalmente no puedo usar mis habilidades, pero al estar cerca de seres demoníacos estos se activaron, por eso te dije que te alejaras de ese hombre, pero eres tan terca y mira en que lío estamos metidos ahora —me sorprendió su abrazo — ahora no podre alejarme de ti— rió —oye,¿y Nina? si fueron por ti de seguro fueron por ella tambien—lo aparte en cuanto recordé que no había visto a Nina —ella esta bien no te preocupes yo tampoco iba a dejar que le pasara nada, además esos demonios no saben que ella tiene un conexión contigo, supieron de mi porque yo estaba en tu departamento cuando llegaron —sus palabras me tranquilizaron debio notarlo por que de inmediato me reprochó —no te preocupes tanto por mi, te vez muy alegre pues si a mi que me coman los demonios — dijo intentando parecer serio — tu eres un Ángel, Nina no habría podido defenderse si la buscaban —le dije mientras reía — ¿estás segura?— dijo en un tono fuera de broma —¡espera! ¡¿que?! —no podía creer que Nina tampoco fuera normal—¡caiste!— río fuertemente mientras yo le golpeaba el brazo no puede ser serio por una vez, continuamos platicando por un rato hasta que nos cansamos de tanto reír al final el salio de la habitación para dejarme descansar, esperaba que Ian viniera a verme antes de que me quedara dormida pero el no volvió.
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