Minho tomó la tarjeta entre los dedos, sin apartar su mirada de ella.
lee know
Perfecto... ahora pondré mi plan en marcha.
lee Félix
Seguro tendrá suerte, señor.
lee know
Félix... la suerte soy yo.
lee Félix
Solo intento hacer que suene bonito, jefe. Pero lo dejo, tengo algunas tareas que atender.
lee know
Ocúpate de tus cosas.
lee Félix
Mis cosas...? Diría más bien sus cosas, señor.
lee know
Exacto. Ocúpate de mis cosas.
Lee Know se puso de pie con elegancia felina. Caminó hacia la mesa de su despacho y se sirvió un vaso de whisky, el líquido ámbar girando en su copa mientras sus pensamientos se arremolinaban como una tormenta.
En otra parte de la ciudad, en la oficina de Bangchan, la tensión también comenzaba a tejer su telaraña.
Hwang hyunjin
Señor, llegó otro anónimo...
Bangchan
Todavía no sabes quién carajos es ese hombre?
Hwang hyunjin
Aún no estoy seguro, señor.
Bangchan frunció el ceño, molesto. Sabía que tenía enemigos —el poder siempre atrae la envidia—, pero este anónimo en particular lo inquietaba de una manera diferente.
Tomó la carta con un movimiento brusco. A medida que sus ojos recorrían las palabras, su rostro fue perdiendo color.
Bangchan
Qué demonios es esto...?
Esta vez, el mensaje era diferente.
Antes, solo había recibido amenazas vagas: "venganza", "acabaré contigo".
Ahora, las palabras eran mucho más claras:
"Mi venganza está más cerca, señor Bangchan."
Y, firmando el mensaje... una sola palabra: Lee.
Bangchan
Lee...? ¿Quién carajos es Lee?
Hwang hyunjin
Lee?
Bangchan
Sí. Este maldito acaba de regalarme su apellido.
Hwang hyunjin
No recuerda a nadie con ese apellido?
Bangchan
No... No me viene nadie a la cabeza. Pero necesito saber quién diablos es.
Hyunjin dudó unos segundos antes de hablar:
Hwang hyunjin
Solo conozco a alguien con ese apellido... no sé si lo recuerda.
Bangchan
Tú conoces a alguien?
Hwang hyunjin
Sí, jefe. No hay muchos "Lee" en esta zona...
Creo que podría ser... Lee Minho.
¿Recuerda? El chico con la cicatriz en el ojo.
Bangchan se quedó inmóvil.
Un destello fugaz cruzó por su mente: la imagen de un joven con una mirada indómita, un talento nato para matar... y un dolor brutal grabado en su rostro tras ver morir a su madre a sangre fría.
Bangchan
Él...?
Bangchan
Lo dudo, Hyunjin. Ese mocoso está muerto.
Hwang hyunjin
No cree que es demasiada casualidad, jefe?
Bangchan
Por qué diablos un idiota muerto me estaría enviando amenazas?
Seguramente es algún don nadie jugando a ser valiente.
Él está muerto... y enterrado.
Bangchan lanzó la carta sobre el escritorio con un bufido.
Bangchan
De todos modos, quiero que investigues.
Un muerto no debería escribir cartas... pero no quiero arriesgarme.
Hwang hyunjin
Entendido, jefe. Lo resolveré.
Mientras tanto, en algún lugar oculto, un escorpión afilaba su aguijón...
y Bangchan aún no tenía idea de que la muerte ya había empezado a susurrarle al oído.
Bangchan miró su reloj, se puso de pie con fastidio y decidió olvidar por completo la conversación anterior. Ahora, tenía otros asuntos que atender.
Una reunión importante lo esperaba. Se rumoraba que un nuevo jugador había aparecido en la mafia... y no cualquiera.
Un hombre joven, desconocido, pero con tanto poder que incluso los veteranos deseaban cerrar contratos con él.
Bangchan no sabía quién demonios era ese tipo, pero algo en su instinto le decía que no debía subestimarlo.
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