dos hermanos.

Sofía pasó dos días enteros en la cama, recuperándose de su malestar pues la heridas habían sido profundas. Cuando finalmente se sintió lo suficientemente bien como para levantarse, decidió ir a la cocina para ayudar.

Al verla, Catalina, con una expresión de preocupación en su rostro, le dijo: ¡Sofía, no deberías estar aquí! Deberías estar descansando.

Sabes muy bien que no puedo quedarme en la cama, porque Roberta empezará a molestar a la hermana Yolanda. Así que ya fue suficiente lo que hizo la hermana por mí cuidándome, al igual que tú. Por eso, voy a ayudarles, dijo Sofía, moviéndose lentamente debido al dolor que aún sentía.

Niña, ¿qué haces aquí? ¡Las heridas se te van a volver a abrir! exclamó Yolanda, observando con preocupación a Sofía.

—Madre, Yolanda, no quiero tener problemas con la señorita Roberta. Solo quiero ayudar para ganarme la comida y mi estancia aquí —respondió Sofía, con la mirada llena de tristeza.

—Mi niña, estoy tratando de encontrar la manera de que tú salgas de este lugar. Sabes bien que ya estás en la edad de casarte, así que tal vez buscarte un buen hombre sería lo mejor —dijo Yolanda, mientras le tomaba la mano con un gesto de preocupación sincera.

Madre, solamente sé leer y escribir. No tengo la educación de esas grandes señoritas que asisten a bailes luciendo hermosos vestidos, tal como se describe en los cuentos de princesas. Nadie querría casarse conmigo. Sofía exclamó con un suspiro, su voz cargada de tristeza y desánimo.

No es necesario que te preocupes, yo puedo ayudarte a encontrar un esposo. En la actualidad se habla mucho de la familia Fisher, quienes han llegado recientemente con dos de sus hijos que están en la búsqueda de esposas. Tú y Catalina son excelentes candidatas, ya que esta familia se caracteriza por sus buenos modales y es una de las más respetadas en la comunidad. No les faltará nada, así que no debes dudarlo. Decía Yolanda, visiblemente preocupada, mientras servía un gran número de tazas de té caliente.

Usted no se preocupe, yo me encargaré de encontrar un empleo en alguna casa, de lo que sea que se ofrezca, dijo Sofía con determinación. Luego se acercó a Yolanda y le dio un suave beso en la frente como un gesto de cariño y aliento. Después, tomó la bandeja con el té y se dirigió al comedor, lista para continuar con sus tareas.

“Catalina, debes persuadirla de que su mejor alternativa es casarse y marcharse lejos de este sitio antes de que Roberta le cause un daño irreversible,” dijo Yolanda, visiblemente alarmada.

Madre, no estoy segura de si podré lograrlo. Sofía es realmente muy obstinada y es consciente de lo complicado que es hacerle cambiar de opinión sobre algo, expresó Catalina mientras salía de la cocina, sosteniendo un pan en las manos.

Sofía, tras haber servido el desayuno, regresó a su habitación sintiéndose agotada por el dolor que la había estado incomodando. Sin poder resistir más, se dejó llevar por el cansancio y se acomodó en la cama, donde, casi de inmediato, se quedó profundamente dormida.

...****************...

Mientras tanto, en el pueblo, la noticia de la llegada de dos jóvenes varones había provocado una gran agitación entre las adolescentes. Todas las chicas del lugar estaban entusiasmadas, completamente fascinadas con la presencia de estos nuevos habitantes, que provenían de una familia de gran renombre y considerable fortuna. Además, uno de ellos ostentaba el título de duque, lo que aumentaba aún más el interés y la admiración por su figura. Las jovencitas soñaban con conocerlos, imaginaban cómo sería pasar tiempo a su lado y, en sus mentes, comenzaron a tejer fantasías sobre posibles encuentros románticos, llenas de esperanzas y anhelos por lo que esta nueva llegada podría significar para sus vidas.

Los dos hermanos eran sumamente diferentes entre sí. Uno de ellos era decepcionante en su actitud, carecía de un sentido del humor y, en cierta medida, se podría afirmar que era incapaz de experimentar o mostrar sentimientos. Su comportamiento y su forma de relacionarse con los demás eran fríos y distantes, lo que lo hacía parecer poco amable emocionalmente. En contraste, el otro hermano tenía un carácter totalmente opuesto y se mostraba más abierto y expresivo.

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Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

La madre Yolanda es casamentera uno de ellos es Lucius ya se conocieron

2025-04-22

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