Hola, papi

Tras aquella confesión no supe que decir, mi mente se quedó en blanco por un instante, después de todo, toda mi vida creí que mi padre estaba muerto, además el hombre delante de mí era muy diferente al hombre que supuse que era mi padre. Solo cuando escuché la voz titubeante de mi nana pude salir de mis pensamientos.

— ¿Yo? — respondió mi nana. — Creo que debe haber un error, podría ser su madre. Usted no puede ser mi padre. Tal vez se refiere a Mia.

Nana, parece que tu cerebro está funcionando de manera anormal. El sujeto que decía ser mi padre la miró como si a mi nana le hubiera salido otra cabeza, casi reí ante sus expresiones, sin embargo, me contuve porque este era un asunto serio.

El duque o bueno mi ahora rumoreado padre me miró como si esperara una reacción de mi parte.

¿Debería fingir llorar de felicidad por el reencuentro? ¿Debería enojarme y reclamarle porque solamente ahora aparece? Decisiones, decisiones.

La verdad es que no sentía nada más que asombro, en realidad, deseaba preguntarle cómo es que estaba vivo, y porque no se parecía en nada a la foto del hombre que mamá guardaba con mucho recelo en su billetera.

¿Quién era este hombre y quién era el hombre de la foto?

— Hola papi, soy Mia, es un gusto verte luego de 17 años, parece que esos cigarrillos que saliste a comprar estaban demasiado lejos. Incluso mamá terminó muriendo de tanto esperarte. Pero que bueno que apareciste.

Sí, mi mejor reacción era actuar con naturalidad. La ironía, el sarcasmo, la diversión y el drama eran lo mío.

— Mia, no digas eso. No seas grosera con los muertos — me regañó mi nana.

— No estoy diciendo mentiras. Además, no podemos creer que él sea mi tan rumorado padre así porque sí. Incluso si es de la nobleza o lo que sea, ¿y si es un tratante de blanca que finge ser noble?, ¿y si es un estafador?, ¿y si solo quiere mi cuerpo? ¡Qué miedo!

Fingí sentir escalofríos mientras miraba a mi nana con expresión lastimera.

Mi nana puso los ojos en blanco ante mis palabras llenas de drama. El duque Storm se llevó una mano a la frente como si no supiera como tratar conmigo. Luego sacó un teléfono celular y reprodujo un audio.

«Ven a retirar al monstruo que dejaste en mi vientre. No quería contactarte, pero no me queda de otra, me estoy muriendo, mi corazón está fallando. Mia es tu hija debiste quedarte con ella en cuanto nació y no dejar que la cuidara, nunca la quise…»

Espera, mi mamá... ¿Acaso no amaba a mi papá? Espera otra vez... ¿Por qué ella me llamaba monstruo? Sentía que mi cabeza dolía de tanto pensar en lo que acababa de escuchar. Sí, es verdad, no me sentía triste por la muerte de mi madre, quizás un poco vacía, pero al escuchar la forma en la que se refirió a mí, me dejó helada.

Al parecer para ella ni siquiera era un ser humano. Qué desastre. Me tragué el sentimiento amargo y miré al hombre delante de mí. Así que este era mi padre.

¿Por qué vino solo ahora? ¿Por qué? ¿Solo porque mi madre se lo pidió? Eso era más que absurdo.

— Creo que tienes muchas preguntas. Lo mejor es que recojamos las cenizas de Samantha y vayamos a un lugar tranquilo a conversar.

No podía negar que tenía muchas preguntas, pero dudaba que todas estas fueran respondidas, además sentía que sería una gran impertinencia de mi parte preguntar sobre el sujeto de la foto que hasta hace unos minutos pensé que era mi padre.

— Responderé cada una de tus dudas — mencionó el duque con expresión estoica.

Ante las palabras de mi supuesto padre, retiré la urna con las cenizas de mi madre. Después de eso, él nos llevó a mi nana y a mí a un restaurante lujoso, donde pidió un lugar apartado y discreto. Cómo el restaurante estaba justo al frente del lugar en donde cremaron a mi madre, no tuvimos que perder el tiempo conduciendo.

Todo estaba siendo tan conveniente que se me hizo extraño.

Y aunque al principio mi nana se mostró cautelosa con las acciones del duque, en cuanto se dio cuenta del auto que conducía, que era uno de último modelo, el reloj y los guardaespaldas que lo custodian, las dudas de mi nana se disiparon. Además de que el sujeto en cuestión, aparte del audio, nos mostró una prueba de ADN que me había hecho en secreto, junto con un par de fotos de mi madre.

Era mi padre, eso no lo podía refutar aunque quisiera.

Sin embargo, no podía ver nada de él en mí. No sabía cómo sentirme con todo este giro de los acontecimientos. Después de todo, hace tan solo unos minutos pensé que la única persona en mi mundo era mi nana.

Estaba demasiado sorprendida por los eventos, que ni siquiera me importaba en este momento si la revelación de que era mi padre era alguna clase de estafa. Mi cabeza estaba llena de inquietudes y muchas preguntas. Sin embargo, mi corazón me decía que no preguntara nada, que las respuestas que iba a obtener no serían de mi agrado. Decidí hacerle caso a mi corazón. Ya sea la razón por la que mi padre me abandonó así como el porqué mi madre me llamaba monstruo y nunca me quiso, esos pensamientos quedaron guardados en un rincón.

No iba a escarbar en el pasado y lastimarme con cosas que ya habían pasado. Quizás más adelante le preguntaría.

Respira hondo, Mia. Respira.

Mientras reflexionaba sobre todo, contemplé con emociones encontradas al duque Storm, mi padre. Observé su rostro esperando encontrar algún rasgo parecido al mío, pero no había nada, después de todo, mi apariencia era similar a la de mi madre; ambas éramos rubias de ojos verdes

Quizás esa fuera la razón por la que mi padre me miraba con nostalgia. Puedo deducir que él sí llegó a amar a mi madre. Pero, mi madre era un caso aparte, ella, no creo que lo haya amado.

Estaba curiosa por la historia detrás de mi nacimiento. Aunque tal parece que mi nacimiento no era bienvenido, al menos, por parte de mi madre.

Transcurrieron algunos minutos sin que alguno de nosotros, ya sea mi nana, mi padre o yo, dijéramos una palabra. Ciertamente, no parecíamos dispuestos a querer iniciar esta incómoda conversación. Las habilidades sociales no parecían ser nuestro fuerte. Me aclaré la garganta para llamar la atención de estos ineptos sociales, y decidí ser la que rompiera el hielo.

— Bueno, papi, ¿qué quieres decirme? No podemos vernos la cara toda la tarde. Asumo que tienes cosas más importantes que hacer que perder el tiempo conmigo.

— Mia, sé amable — me reprendió mi nana.

Le saqué la lengua a modo de juego mientras esperaba la respuesta del imponente hombre frente a mí. En realidad, el aura que emana me hace sentir incómoda. Había una sensación extraña, como si le debiera obediencia y eso no me gustaba.

— Ya te lo dije, vine a llevarte conmigo. Samanta me pidió que cuide de ti.

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Comments

Kim Nava

Kim Nava

por que cambiar algo de la historia creo que hasta en nombre
hija vien antes con las locuras de ahora Mía
ya no me acuerdo si es el mismo nombre

2025-04-18

0

patry 🌹

patry 🌹

hay pobre niña con semejante madre

2025-04-18

1

Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

Scarlett ni en último momento de vida le dijiste.a Mia te amo si no monstruo que crueldad

2025-04-17

0

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