IV. Jugando Con Fuego 1

Despierto muy temprano y su gran brazo está alrededor de mi cintura, me trato de levantar pero no lo consigo, se pega más a mí y le puedo sentir su enorme cosa bien despierto, a lo que me remuevo incómoda por sentir ese roce.

— Maldita sea, quédate quieta — Gruñe

— Suéltame, estoy que me orino— Chillo.

— Hazte encima— Ruedo los ojos y lo golpeó en el pecho, pero mierda no debí, porque me atrapó las muñecas con fuerza.

— No me haces ni cosquillas pequeña— Dice burlón

— Quieres por favor dejarme ir a mear antes de que mi vejiga explote por tu culpa— Digo con fastidio y de un rápido movimiento se sube encima mío, y aquí vamos de nuevo, es que no se cansa de hacer todos los días lo mismo desde hace dos semanas que estoy acá; me besa, me manosea a su antojo y después va a tener sexo con otra, ¿qué como lo sé?, pues una noche salí de la habitación y escuché ruidos, más bien gemidos de él con una mujer. Sí Molly, una mujer ni modo que fuera un hombre. ¿Qué pretende? no sé, ¿Qué saca de todo esto? tampoco lo sé. Pienso en otra cosa para no hacerme encima, mi vejiga no soporta y este troglodita no razona, solo usa la cabeza de abajo.

— Esta noche quiero que estés lista, vendré por ti a las ocho— Me suelta y me agarró las muñecas, es una bestia, no mide su fuerza. Me deja marcas con tan solo ejercerla un poco.

—¡¡Qué diversión, por fin saldré de este castillo!!— Dije sarcástica y ruedo los ojos.

— Ava te dirá que debes usar— Se levanta y camina hacia el baño, pero corro rápidamente antes de que entre primero.

— Como digas— Gimo, cuando me desocupo por completo.

— Me la pagarás pequeña— Espetó y reí divertida.

Por supuesto que iré con él a esa estúpida reunión, pero se arrepentirá de hacerme pasar por todo esto y que no me haya dejado hablar con mi abuela aún. Quiere guerra, guerra le voy a dar, todavía no conoce mi lado más dulce.

—Buenos días, mi niña— Saluda Ava y me da un abrazo, es una señora muy amable.

—Buenos días, en que te ayudo hoy— Solté emocionada y me miró con sospecha.

— Sabes que no tienes que hacer nada, para eso hay empleadas, tu solo ve y lee un libro o la televisión, qué sé yo, lo que hagan ustedes los jóvenes— Se encoge de hombros y niego con la cabeza

— No me gusta quedarme quieta, desde muy pequeña me valgo por mí misma— Dije y sonrío

—Como digas, tú eres la que manda aquí— Murmuró y me cruzó de brazos.

—Claro que no, aquí el jefe es esa maldita bestia— Dramaticé, Ava rió pero se quedó sería al instante.

— Hablas de ti mi misma ¿Verdad? — Susurró en mi oído y respiré hondo para no perder mis estribos.

— No, hablo de un puto troglodita que no sabe mantener su pene dormido por cinco segundos— Espete y me frota su cosa frente a Ava, qué vergüenza, debo estar roja.

—Hazte cargo, ya te lo he dicho— Susurró y mi piel se erizó. Maldita sea, me estremezco con tan solo su aliento chocar en mi piel.

— Nunca— Dije y salí de la cocina, maldito idiota, jamás me acostaré con él. Darle mi primera vez a ese monstruo, no, no y mil veces no.

Remi

Esa pequeña rubia me la pagará, ella es la que se pone esas mini pijamas donde su redondo y perfecto trasero queda al descubierto, por más que trato de contenerme, la niña estúpida me lo pone cada noche y luego se hace la inocente ¡Joder! por más que esté con otras, mi polla solo la desea a ella.

—Joven, ¿Le sirvo su desayuno? — Me interrumpió Ava mis pensamientos.

—No, iré al club. Llévala a que se mida los vestidos para la reunión— Ordeno

—Sí, señor— Respondió y salí.

Llegué al club, di las órdenes para que todo estuviera perfecto en la reunión "Familiar", solo espero que Molly se comporte y no haga una estupidez.

—¿Cómo vas con tu pequeña mujercita?— Inquirió Lucas

—Bien, supongo— Me encogí de hombros, la verdad todo va mal, mi deseo es más grande que cuando estoy a punto de cogerla, retrocedo y que imbécil, eso me está matando.

—Supones, que hay de Alison— insinuó

— Alison trabaja aquí, no hay nada con ella, nada más que sexo — Admito que tiene buen cuerpo y sabe como usar sus atributos. Aunque aveces se toma retribuciones que no debe.

—Solo decía, ¿Quién crees que ganaría Molly o Alison?.

— ¿A qué te refieres?

— Ya sabes, una pelea por ti— Se burló

— Por cierto, Lana llega hoy— Dije y se pasó la mano por el cabello.

— Ya lo sé — Murmuró y salí de la oficina, el resto del día fue solo trabajo aburrido, ya querían que llegará la hora de ver a Molly, escogí los mejores vestidos para ella, quiero que conozca mi mundo y de cierto me da algo de miedo, aún no le he dicho quién soy en realidad...

»»»»»»»»

—Ava, ¿Ya está lista? — Dije mirando la hora, falta poco para las ocho y Molly aún no ha bajado.

— Quiere que vaya por ella, joven.

—No, iré yo, avisa que salimos en 10 — Subí las escaleras en dos y toqué en la puerta, pero que mierda estoy haciendo, esta es mi casa. Entré y me quedé sin habla, trague grueso.

Un hermoso ángel que quiero corromper de todas las maneras existentes. Si por mi fuera, le arranco ese sexy vestido que lleva puesto ahora mismo.

— Te gusta, por que lo escogí solo para ti— Dijo coqueta

—Mucho— Balbuceo y sonríe triunfante

—Bien, si así los dejaré a todos, entonces iré con este— Dijo y tomó un pequeño bolso.

— Cámbiate — Pensándolo bien habrán muchos hombres que la verán con deseo; con ese vestido plateado hasta medio muslo, con la espalda y en medio de los senos descubierta.

La tomo por la cintura pegándola a mí.

— No, y suéltame, llegaremos tarde— Se para de puntitas y me da un casto beso en los labios. Esto es raro, nunca lo hace.

— ¿Qué tramas?

—Tengo que fingir ser tu mujer ¿No?

—Eres mi mujer.

—No, tú me tienes secuestrada, se te olvida... así que vamos "cariño" ¿Te gusta que te diga así?

La tomó fuerte del brazo y me acerco a su rostro

—No juegues con fuego, querida— Le doy un beso rudo con lengua, golpea mi pecho tratando de respirar, la suelto de un tirón y salgo de la habitación dejándola atrás y maldiciendo como loca.

¿Qué pasará esta noche?...

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