El sonido de sus tacones resonaba contra el suelo de mármol del centro comercial mientras Valeria caminaba con seguridad entre las tiendas. Después de la visita inesperada de Damián, necesitaba distraerse.
Había algo en él que la desestabilizaba, algo que la hacía sentir vulnerable a pesar de su propia naturaleza calculadora. Y eso no le gustaba.
Por eso, decidió enfocarse en lo que mejor sabía hacer: proyectar control.
Un par de vestidos nuevos, un conjunto elegante para la oficina, y unos tacones altos para complementar su creciente colección. Nada como una buena compra para recordarse a sí misma quién era.
Pero el destino parecía tener otros planes.
Mientras caminaba por uno de los pasillos, con una bolsa en cada mano, sus ojos se encontraron con una silueta familiar.
Esteban.
Por un instante, sus miradas se cruzaron.
El hombre que alguna vez fue suyo estaba ahí, más apuesto de lo que recordaba, con ese aire de falsa seguridad que siempre la había irritado.
Pero ella ya no era la misma.
Sin darle importancia, desvió la mirada y siguió caminando como si no lo hubiera visto.
Esteban, en cambio, no pudo hacer lo mismo.
Él se giró lentamente, siguiéndola con la mirada.
Valeria siempre había sido hermosa, pero ahora… había algo distinto en ella.
Su postura, su forma de caminar, la manera en que su vestido abrazaba su figura con un toque de sensualidad natural.
No era solo su apariencia, era la seguridad con la que se movía, como si supiera que podía obtener lo que quisiera con una simple sonrisa.
Y eso lo desconcertó.
Sin pensarlo mucho, Esteban se apresuró a alcanzarla.
—Valeria.
Ella se detuvo.
Respiró hondo antes de girarse con una sonrisa educada, como si estuviera viendo a un conocido lejano.
—Esteban dijo, con voz neutra. Qué sorpresa verte aquí.
Él la miró de arriba abajo, notando cada detalle. El maquillaje sutil pero impecable, el brillo en su piel, la forma en que su cabello caía en suaves ondas.
Definitivamente algo había cambiado en ella.
—Te ves… diferente. Sus palabras salieron con un dejo de asombro.
Valeria arqueó una ceja con diversión.
—¿Eso es un cumplido?
Esteban sonrió levemente.
—Definitivamente lo es.
Ella soltó una pequeña risa, pero no con la dulzura de antes, sino con un matiz de ironía.
—Bueno, la gente cambia, ¿no crees?
Él la miró fijamente.
—Supongo que sí. Pero en tu caso… es un cambio que no esperaba.
Valeria inclinó la cabeza con curiosidad.
—¿Por qué? ¿Creías que me quedaría estancada en el pasado?
Esteban negó con la cabeza, pero su expresión mostraba que su ego estaba un poco herido.
—No es eso. Solo… no pensé que podrías verte aún más hermosa.
Valeria sonrió, pero esta vez fue ella quien decidió terminar la conversación.
—Gracias, Esteban. Pero realmente tengo que seguir.
Antes de que él pudiera responder, ella giró sobre sus tacones y continuó su camino, dejándolo ahí, observándola con sorpresa y deseo.
Porque ahora entendía algo que antes no había querido aceptar.
Había perdido a Valeria.
Y lo peor de todo… es que sentía que quería recuperarla.
Lo que él no sabía era que Valeria ya estaba en otro juego.
Uno mucho más complicado.
Uno donde Damián era la pieza clave.
Y lo último que pensaba hacer era mirar atrás.
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Updated 68 Episodes
Comments
Elizabeth Medina
que desacaro de hombre,, con semejante engaño que le hizo pasar por su mente acercarse a eya mmmmm
2025-04-10
2
Shirley Angola molina
ahora sí quieres recuperarla, que desfachatez después de que te amo y estuvo ahí contigo y mira como le pagaste acostandote con su supuesta mejor amiga 🙄🙄 que ridículo ojalá y te duela cuando la veas con tu hermano
2025-03-19
3
Linda Perez
Ella debe de ilusionarlo para que la encuentre con el hermano
2025-04-11
0