Solo logró dormir un par de horas luego de esa pesadilla. Se levantó temprano, para cuando quiso llegar a la cocina, el olor a tocino, huevos fritos, tostadas y café, invadió sus fosas nasales.
- Buenos días. - dijo al entrar a la cocina.
Constantine se dio vuelta y la miró detenidamente, logrando ponerla nerviosa.
- Buenos días, toma asiento, ya el desayuno está. - espetó serio.
Con timidez tomó asiento en una de las banquetas de la isla tipo americano. El hombre le sirvió un plato generoso de huevos con tocino y tostadas, también le sirvió una taza de café.
- Ten, debes comer, estás demasiado flaco para tu estatura y edad, que calculo debes medir unos 180 cms y puedes tener, ¿qué? Unos, ¿20 o 21 años? - le dijo.
- Sí, mido 180 cms, pero tengo 25 años. - contesta con su voz algo disfónica.
- Por lo menos eres alto, pronto agarrarás cuerpo si te sigues alimentando bien. - le dice, mientras masca.
- No lo sé, siempre he sido así, al igual que mi madre. - dice con su habitual estoicismo.
- Veo, mala genética para ser un hombre. - le dice.
De alguna manera la tranquilizaba que la creyera un muchacho, pues ese hombre frente a ella le parecía el hombre más hermoso que jamás había visto y eso no era bueno, pues sabía que era de la policía de emigración y en cualquier momento la sacaba del país. Si la tenía bajo su custodia, era por el caso de asesinato.
- ¿Puedo usar el teléfono? - preguntó con timidez - Necesito hablar con la madre de mi amigo. - se apresuró a decir.
- Ya sabes que está en la sala, ¿deseas que esté contigo cuando les des la noticia? - pregunta.
Ella asiente, no quería estar sola cuando tuviera que decirle a Doña Manuela la nefasta noticia.
Su estómago se cerró ante ese pensamiento y no pudo seguir comiendo, se levantaron para dirigirse a la sala, donde ella tomó el teléfono, marcó primero el indicativo del país, luego el de la ciudad y finalmente el de la casa de Doña Fernanda, la señora que les prestaba el teléfono.
📞 - ¡Aló! - se oyó la voz de Doña Fernanda - ¿Con quién desea hablar?
- Do... Doña Fernanda, soy yo Iri. - le dice.
- O mira que tu madre y la de Joao justo están aquí, han estado esperando llamada de ustedes por más de 2 días. - le dice la mujer de voz alegre.
- ¿Podría poner a mi mamá al teléfono? Por favor. - pregunta.
- Por supuesto, ya te la comunico. - dice.
Unos segundos después, Irika escucha la voz de su madre, quien al sentir la voz apagada de su hija, tuvo la certeza de que su pálpito indicaba que algo malo ocurrió.
- Mi bebé, dime que tú y Joao están bien. - es lo primero que le dice su madre.
La mano de Irika comienza a temblar, ¿cómo les diría que ya Joao no iba a poder volver? ¿Cómo les daría esa horrible noticia? Con ojos cristalizados, aguantando que nuevas lágrimas volvieran a salir, tomó una gran bocanada de aire para hablar.
- Mamá, lo que te voy a decir es muy fuerte... - comenzó a decir.
- ¿Qué pasa, por favor, habla. - decía la mujer impaciente, impacientando también a Doña Manuela que sentía una opresión en su pecho.
Y es que desde hace dos días, la mujer sintió que algo le era arrancado del alma, incluso, tuvo una descompensación por aquel sentir. Desde ese momento, el vacío en su pecho se sentía con fuerza.
- Joao, Joao ya no podrá volver a casa, no con vida. - finalmente dijo y el grito desgarrador de una madre se oyó al otro lado.
Doña Manuela cayó de rodillas al piso, abrazándose a si misma.
Irika no podía seguir al teléfono, pues el llanto la ahogaba. Constantine le quitó el teléfono para poder hablar él.
- ¿Aló? Señora, soy el capitán Constantine Lamprou, su hijo no podrá volver en estos momentos a su país, pues es testigo de homicidio y está bajo custodia de protección a testigos. - le comunica a la madre de Irika, quien pese a la situación, logró entender que el hombre al otro lado del teléfono, creía que su hija era un hombre y no sería ella quien lo sacaría de ese error.
- Soy Amada Oliveira, la madre de su protegido, necesito saber cómo pasaron las cosas, por favor.
Constantine accedió a relatarle todo lo acontecido, según el testimonio de Irika. En tanto que hablaba con la señora, podía escuchar los lamentos del pobre chico que perdió la vida, al mismo tiempo que oía los sollozos del muchacho sentado junto a él.
- Está bien, le prometo que en cuanto todo esto se resuelva, su hijo podrá volver a su país. - explica.
- Por favor, cuide a mi bebé. - pide.
Una vez terminada la llamada, Amada se dedicó a tratar de darle consuelo a su amiga. Daba gracias a Dios, que su hija saliera librada de la muerte y no fuera también asesinada por esos delincuentes.
- Voy a llegar un poco tarde de nuevo, así que puedes hacer lo que quieras para tu almuerzo y cena. - le informa, una vez se calmó la chica.
Salió del departamento, hoy peinaría algunas discotecas del centro de Miami, donde pudiera obtener cualquier información sobre esos bastardos.
.........
Irika entró al baño, se sacó la ropa que traía pues, todo lo que le prestaba Constantine, era de su medida, pero en ella parecía la ropa de un gigante, pese a que ella era bastante alta, aunque debido a su delgada contextura, le quedaba grande.
Miró su delgado cuerpo de senos pequeños, su abdomen plano con cintura estrecha y caderas un poco marcadas, que se escondían bajo esos grandes pantalones de hombre.
- Espero que no se de cuenta de que realmente soy mujer. - se dijo, mirando su figura en el espejo.
Por otro lado, ya Constantine había recorrido varios lugares y en uno solo de ellos, pudo obtener un poco de información, sobre uno de esos asesinos. La persona que le habló, le dijo que estaba buscando en el lugar equivocado. Eso le dio a entender, de que estas ratas operaban en lugares menos insospechados.
¿En dónde se escondían? Debía dar con su madriguera.
📱- Costas, pude ver mejor la grabación, uno de los tatuajes que describió el muchacho, es un payaso disparando un arma, según investigaciones, debe ser de alguna pandilla de Brasil, cuyo significado es el desprecio por la vida y los policías. - le informa su primo Luke, en cuanto contesta el móvil.
- Así que este maldito tiene animadversión por nosotros, pues que pena que no lo matará el policía, sino que lo matará el civil. - expresa con semblante serio.
Pronto entró al departamento, todo estaba en penumbras, al igual que la madrugada anterior, entró a la habitación del chico y lo vio dormir con el rostro rojo y los ojos hinchados. Se le hacía extraño que un hombre llorara tanto a otro, quizás... ¿Será posible que entre esos dos existiera algo más que amistad? La respuesta no le gustó y no entendía por qué le molestaba. Lo mejor sería que le pidiera a su mamá que recibiera a ese chico, él no podía seguir bajo el mismo techo que ese amanerado que lo tenía confundido.
Constantine Lamprou, podía ser cualquier cosa, incluso un maldito, pero jamás se permitiría mirar a otro hombre de esa manera.
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Comments
Nairobis Cardozo Portillo
Irika lo tiene confundido cómo será su reacción cuando se entere que es una mujer
2025-01-15
0
Betty Saavedra Alvarado
Constantine no amaste a Paty que Irika te atrae tan pronto la olvidaste
2025-01-14
0
Kathy Roma
ole iris lo trae bien agarrado de las bolas
2025-01-14
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