Capítulo III

—¿eso es todo lo que llevará señor? —la sirvienta que la familia Gold había enviado para ayudar a Kelsey a empacar lo que llevaría, preguntaba por segunda vez. El omega había empacado una única maleta y en ella todo lo que puso eran fotografías, ropa de su esposo y otros objetos, apenas y puso dos cambios de ropa para él.

—si, eso es todo.

—¿Qué hay de las otras fotografías y ropa para usted? Aunque las veo en buen estado ¿es que ya no le quedan, o le son incómodas?, si ese es el caso, descuide el señor y la señora le comprarán todo lo necesario y más.

—tienes razón, esa ropa me resulta incómoda, pero no necesito que tus señores me compren nada, puedo hacerlo yo mismo, las demas fotografías no son importantes, las quemaré antes de irme, no necesito nada donde esté esa mujer.

—como diga señor, bajaré la maleta entonces. —la mujer se fue, Kelsey dio una mirada nuevamente a la habitación y suspiró, no le dolía irse de ese lugar, no era la primera vez que abandonaba una casa, de hecho para él y su esposo cualquier lugar donde pudieran estar juntos era su hogar, así que realmente no se apegaban a nada material.

Bajó a quemar todo lo que alguna vez había compartido con Telma, vacío los restos en un recipiente y subió a la habitación donde tenía encerrada a su antes amiga.

La mujer se veía tan mal, parecía que llevara meses en esas condiciones. Suplicaba con su mirada al omega que la liberara, este ignoró completamente esa súplica silenciosa y sonrió.

—ya me voy, pero descuida, nadie vendrá a molestarte, el mes que pagamos todavía no se cumple, seguiré pagando la renta de este lugar, y vendré a visitarte con regularidad, así no morirás y lo más importante podremos seguir pasando tiempo juntos... —incluso cubierta de sangre la mujer palideció, el hecho de que Kelsey se fuera no significaba que podía morir o que sería salvada por quién alquilara la casa. Lo que es más aunque sus palabras parecían amables estaban llenas de tanto enojo y locura.

—en fin ya te alimenté por hoy, no intentes una tontería como la de ayer, tú solo vas a morir cuando yo lo diga, no me hagas enojar, ya viste que no te conviene. —lanzó las cenizas de las cosas que había quemado encima del cuerpo malherido de la mujer, esta se removió con dolor, pero incluso si gritaba no se oía nada.

—te devuelvo tus 4 años de falsa amistad y cariño...

—señor Kelsey, el señor Linus ha llegado por usted. —se apresuró en cerrar la puerta y salir de la habitación antes de que el alfa irrumpiera. Lo encontró subiendo las escaleras

—Estás listo?

—si, vámonos.

—tal como lo pediste en tus condiciones, he comprado este lugar, aquí están las escrituras.

—nunca te pedí qué la comprarás, dije que quería seguir pagando el alquiler.

—si tanto te gusta puedes quedarte con esta y la propiedad que quieras, entiendo que es el último lugar en donde viviste con mi hermano y te cuesta dejarlo ir.

—(si dejo que siga pensando eso no me hará ninguna pregunta ni sospechará cuando venga aquí, además, poner en renta este lugar me dará ingresos para ahorrar y no depender siempre de esta familia) Muchas gracias.

—no fue nada, mis abogados ya legalizaron tu acuerdo y ya lo firmé, puedes revisarlo.

—lo haré en el camino, también quiero detenerme a comprar algunas cosas que necesito.

—(vi que su maleta es pequeña, seguro no lleva mucha ropa, ¿querrá comprar las cosas del bebé también?) ¿que tipo de tienda buscas?

—de ropa.

—de acuerdo, vamos. —tal como lo pidió se detuvieron en una tienda, aunque era demasiado lujosa y costosa para comprar algo allí, ante el reclamo de Kelsey, su cuñado solo añadió:

—no necesitas preocuparte por eso, por lo menos entra y mira, si nada te gusta iremos a otra tienda.

—el problema no es si me va a gustar o no algo de ahí, te estoy diciendo que vamos a un lugar donde si pueda comprar con mi dinero sin quedarme pobre.

—no te quedarás pobre, eres probablemente el Omega más rico en estos momentos, vamos. —no había razón válida, así que solo caminó hacia la tienda, no pensaba elegir nada, así le dejaría en claro su punto, pero al ver todas esas prendas cada una más hermosa que la anterior no pudo evitar admirar y observar más de lo que dijo que haría, aunque su expresión de asombro por los precios era entretenida.

—(antes solo me habría llevado todo lo que hay aquí, sin fijarme en cuanto costaba, Lewis siempre trataba de llevarme a buenos lugares, pero no me gustaba que trabajara tanto solo para seguir manteniendo mi estilo de vida, así que gradualmente dejé atrás todo esto y le dije que era lo que yo quería, para que no se sintiera mal por no ser millonario.)

—señor ¿cuál desea probarse primero? —la asesora lo sacó de sus pensamientos.

—ninguno, no me gusta nada de aquí.

—oh entiendo, pues tenemos nueva colección, aún no la mostramos al público ¿quiere verla? —aunque la propuesta le causó emoción fingió desinterés,.

—¿por qué no vas?, si no te gusta de ahí tampoco, nos iremos. —su cuñado intervino, viendo que la mujer no logró convencerlo.

—supongo. —siguió a la mujer, mientras Linus se acercó al hombre a su lado dando una orden.

—que empaquen todo lo que miró y tocó y lo envíen a nuestra propiedad con todo lo que le guste en el otro piso.

—pero señor, el señor Kelsey dijo que no le había gustado nada.

—eso dijo, pero sé que mentía, haz lo que te digo.

—si señor. —ahora fue con Kelsey y la mujer, lo vio muy animado mientras veía la nueva colección aunque al final dijo que nada le gustaba.

—vayamos a almorzar, luego seguiremos buscando, ¿estás de acuerdo?

—si, muero de hambre. —el restaurante era bastante lujoso, incluso las personas que comían saludaron a Linus con respeto o intentaban entablar alguna conversación, aunque el alfa las despedía sin ningún tacto.

—¿no había un lugar menos llamativo?

—es un restaurante bastante decente y tranquilo, ordena lo que quieras incluso si no está en el menú.

—si, el lugar es muy hermoso y tranquilo, el problema es que llamas demasiado la atención, todas esas personas miran hacia aquí.

—puedo ordenar que todos se vayan si te incomoda.

—¿que?, olvídalo, déjalo así. —les entregaron la carta, Kelsey fue el primero en ordenar.

—entiendes lo que dice el menú? —el alfa estaba claramente sorprendido, al parecer la educación del omega era mejor de lo que había imaginado.

—si, ¿vas a ordenar o lo hago por ti?

—me gusta tu elección, elige algo para mí también.

—de acuerdo. —momentos después trajeron las entradas que el omega había pedido.

—seguro que puedes con todo eso y la comida?

—muy seguro. —Kelsey cumplió con su palabra, se comió todo lo que ordenó, aunque no era eso lo único que tenía asombrado al alfa, sino el hecho de que no tuvo que explicarle absolutamente nada al menor, él parecía conocer muy bien todas las normas de etiqueta y el manejo de cada cubierto en la mesa.

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