PARTE IV: Rumores

Nuestras vidas transcurre lo más pacífico posible, en la universidad nadie sabe que mantengo un romance con mi estudiante, se que es imposible pensar en una relación futura, Leo aunque él lo niegue, tiene novia y me busca para alimentar su ego machista, lo sé .

Un día al finalizar mi clase me llama una estudiante, Margareth, y me dice que andan unos chismes sobre mi y Leo pero que nadie se atreve a decirme, pero que ella lo hará porque no cree y porque me están difamando.

— Profe Kay, Andrés anda unos screenshots de una conversación de usted y Leo, dónde Leo le pide un beso y una foto que usted le envió, no sé si sea verdad.Ya cumpli con decir.No digas que yo le dije.No me gustaría que anden por ahí diciendo tonterías.

—No puedo creer lo que me dices, si yo he sido buena con ustedes y me mantengo al margen, me enfurece saber esto.

Me levanté a punto de reventar de enojada, lloré en los baños, sentí que mi carrera se fue abajo, por una calentura.Leo estaba en el salón pero no podía llamarlo y reclamarle, eso le daría la razón al chisme.Me calmé y continúe mi día con normalidad.

Al llegar a mi casa, lloré de frustración por ser una mujer estúpida, que se dejó guiar por la pasión de un momento.

Se que debo parar esto.Le mandé un chat.

—Traicionaste nuestro arreglo.Gracias

Él me llama.

—Que le sucede profe, yo no he dicho nada, lo mejor es que dejemos esto.No quiero problemas.

Me cortó la llamada.Estaba tan enfurecida que lo eliminé de mis redes sociales.Esa noche salí a despejarme la mente, aunque no quería aceptarlo me había enamorado de Leo.

Gran estupidez, una mujer de 30 años enamorada de un chico de 18 años.Además yo era su maestra de Cálculo y él simplemente era mi alumno.

Caminé por el parque cercano a mi casa, me senté en una banca que estaba en lo oscuro, los focos de lámparas no servían, miré el cielo, contemplé las estrellas y le pedí a Dios que me ayudaría a sacarme de la mente a Leo y que no perdiera mi trabajo.

Pero el diablo es puerco.Yo una mujer orgullosa, que rechazóba a los hombres y los vio por encima del hombro, está perdidamente enamorada de un niño que lo único que hizo fue alardear que había conquistado a su maestra.

Realmente soy una decepción.Me llamó y yo le contesté, me dijo que quería verme y yo acepté, le dije que estaba en el parque, quería que me dijera porque había hecho eso, porque si era algo de los dos, por qué lo divulgó.

Llegó en el carro de su papá.Me hizo de seña que subiera, abrí la puerta, y me subí con una cara de molesta.

—Espero que me digas la verdad, porque traicionaste mi confianza.

—Ya le dije que yo no he dicho nada.

—Entonces como saben.

- I don't know.

—Es por eso que no me gustan los niños, no saben ser caballeros.Está bien, la única perjudicada soy yo, hasta aquí termina todo.No te jodo más y espero que estés satisfecho con todo.Querias conquistar a tu maestra y lo lograste.

Atrevidamente me besó y yo lo mordí.

—¿Qué te sucede?Eres un estúpido.— le dije muy enojada.

La verdad moría por sus besos.

Me volví a besar y yo acepté el beso.Pensé este será el último beso que reciba de él.

—Buenas noches, y no creas que este beso significa algo.

Me bajé del auto y él se fue.

Mi cabeza era un relajo, lo único que quería era llorar.Me siento humillada y todo esto es mi culpa.Si ya sabia como iba a parar esto.

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