Lucas permaneció un instante en silencio, sintiendo cómo la mirada juguetona de Diego lo ponía nervioso. Podía sentir su corazón latiendo más rápido de lo normal, algo que no entendía ni quería analizar en ese momento.
Lucas
¿Y qué haces tú aquí? —preguntó finalmente, tratando de sonar indiferente.
Diego
—Diego le lanzó una sonrisa relajada mientras se pasaba una mano por sus rastas recién hechas.
Estaba esperando a alguien, pero parece que llegaste tú. Así que supongo que eso mejora mi día.
Lucas frunció el ceño, sin saber si Diego estaba bromeando o si hablaba en serio. Antes de que pudiera responder, Diego señaló un pequeño café al otro lado de la calle.
Diego
—¿Te gustan los capuchinos? Porque yo muero por uno. ¿Vienes o qué? —preguntó casualmente, como si invitar a extraños a tomar café fuera lo más normal del mundo.
Lucas
—¿Por qué habría de ir contigo? —replicó Lucas, cruzándose de brazos.
Diego
Diego rio, su voz baja y despreocupada.
—Porque no tienes nada mejor que hacer, y porque sé que te da curiosidad saber qué me traigo entre manos.
Lucas abrió la boca para protestar, pero no tenía un buen argumento. En realidad, no tenía ningún plan, y la curiosidad, aunque no quería admitirlo, era lo que lo mantenía allí parado frente a Diego.
Lucas
—Está bien —murmuró al final, mirando hacia otro lado—. Pero no creo que dure mucho.
Diego
Diego sonrió con satisfacción, como si ya hubiera ganado una apuesta consigo mismo.
—Perfecto. Vamos.
★
El café era pequeño y acogedor, con paredes llenas de libros y luces cálidas que creaban un ambiente relajado. Diego pidió un capuchino con un montón de crema batida, mientras Lucas optó por un café negro. Se sentaron junto a una ventana, y por un momento, Lucas pensó que tal vez esto no sería tan incómodo como había imaginado.
Diego
¿Siempre eres así de... cerrado? —preguntó Diego mientras revolvía su bebida.
Lucas
Lucas levantó una ceja.
—¿Cerrado?
Diego
—Sí, ya sabes. Como si quisieras construir un muro entre tú y el resto del mundo —explicó Diego, mirándolo con una mezcla de curiosidad y diversión.
Lucas
Lucas sintió una punzada de incomodidad, pero intentó mantener la calma.
—No veo por qué te importa.
Diego
No me importa... mucho —dijo Diego, inclinándose hacia adelante con una sonrisa—. Pero me da curiosidad. Creo que detrás de esa actitud de chico duro hay alguien interesante.
Lucas desvió la mirada hacia la ventana, sintiéndose un poco expuesto. Había algo en la manera de hablar de Diego que lo hacía sentir incómodo, pero no en un mal sentido. Era como si el chico lograra ver más allá de lo que Lucas estaba dispuesto a mostrar.
Lucas
No soy tan interesante —murmuró, dándole un sorbo a su café.
Diego
Eso está por verse —respondió Diego, dejando que el silencio se instalara por un momento antes de cambiar de tema—.
Diego
Entonces, ¿cómo te va en la prepa?
Lucas
Lucas parpadeó, sorprendido por la pregunta.
—Bien... supongo. Es solo mi primera semana.
Diego
Diego asintió, como si entendiera perfectamente.
—Ya veo. No te preocupes, siempre es raro al principio. Pero si necesitas un guía turístico por el barrio o un compañero de aventuras, ya sabes dónde encontrarme.
Lucas no pudo evitar soltar una risa leve, a pesar de sí mismo.
Lucas
—¿Siempre hablas así?
Diego
—¿Cómo? —preguntó Diego, fingiendo estar ofendido—. ¿Encantador y carismático?
Lucas
—Más bien molesto —contestó Lucas, aunque su tono era más ligero esta vez.
Diego
Diego rio suavemente.
—Molesto, pero memorable.
Lucas negó con la cabeza, pero por primera vez en mucho tiempo, sintió que podía relajarse un poco.
Comments
Mít ướt
Me he reído y también he llorado con tu novela, ¡eso demuestra lo buena que es!
2024-12-09
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Si justo así 😍
2024-12-10
0
lee mentes :0
2024-12-10
0