El mensaje.

Los mensajes llegan como lluvia en un diluvio, a mi viejo celular, miro el nombre de las personas que me lo envían, y suspiro al ver que se trata de Brandon, Luka y Chris. Mei-Mei y Kuan-Yin, planean salir a bailar a beber algo y de seguro yo estaría en sus planes. O no.

Esa misma tarde, los mensajes de Mei—Mei, llueven en mi celular. Supongo que esta está más ansiosa que Kuan-Yin, pero en esos segundos, escucho los golpes de la puerta, me acerco para abrir y sorprendida miro a Mei-Mei entrar como si nada, con varias bolsas en ambas manos. Sonriendo, me entrega su mano derecha y tomo las bolsas dejándolas sobre el sillón.

Mei-Mei es de las chicas que no se callan, pero sobre todo es de ese tipo de chica que no hace falta que se maquille demasiado, es hermosa por naturaleza. Solo requiere sonreír y puede tener al chico que quiere. Preparo un poco de té, mientras que ella me muestra todo lo que se compró, su manera de buscar una sonrisa que contagia.

—Toma, esto es tuyo. — Me entrega un vestido de color negro. — Y sí, te lo tienes que poner hoy. —

—Eso no es de mi agrado. Y para serte franca, si me lo pongo se me vería hasta las ideas. — Ríe.

—Sí, que te lo pondrás y es una orden. — Me ordena.

Durante el resto del día, Mei-Mei y yo pasamos hablando, planeando y demás. Hasta que llego las ocho de la noche y comenzamos a prepararnos, Kuan-Yin pasaría por nosotras, luego de que termine con su trabajo. Y ahora tengo que pensar, como decirles, que dentro de tres días saldré del país.

La noche, estaba comenzando, cuando llego Kuan-Yin, llego por nosotras, Mei-Mei termina de arreglarse y la espero con mi bolso en la puerta del baño.

Una vez, lista salimos del departamento, nos subimos al ascensor. Escucho, que me llegan mensajes a mi viejo celular, y lo saco para ver si son los chicos y efectivamente son ellos, pero no de la manera que esperaba. Brandon me avisa que aterrizo hace unos días y que estuvo buscándome. No sé qué hacer, ni cómo reaccionar, pero solo me quedo mirando disimuladamente a Mei-Mei.

Si Brandon, aparece, estaré perdida y es mucho más peligroso si habla con Kuan-Yin.

—¿Bonnie te encuentras bien? – Me pregunto.

—¿He? Sí estoy bien. — Afirme.

El silencio entre las dos, de alguna manera, no parece incomodar, en algunas ocasiones le regalo una tierna sonrisa, para que no sospeche. En el camino, las calles se ven algo vacías, autos que viene, pero no que se van, emitir sonido alguno, no está dentro de mis posibles escenarios. Me gusta más cuando Mei-Mei, quiere convencer a Kuan-Yin de que le compre algo que a ella le gusta, aunque eso quiere decir que su relación creció, un poco más.

Por precaución, tenemos que salir lejos de Shanghái, Kuan-Yin, manejo por casi una hora, solo para divertirnos. La precaución no es, si podemos tener un accidente, es más por Mei-Mei y su interés por Kuan-Yin, desde hace años.

Su romance se volvió imposible, y cada vez que puede sacar provecho, y viéndolo de esta manera, Kuan-Yin, no pone resistencia, ambas se gustan, pero no pueden estar juntas, su romance está prohibido.

Kuan-Yin, una mujer de 30 años, 1,75 aproximadamente de alto, test naranja, un ejemplo de mujer, su cabello del color como la noche más oscura que he visto. Es imposible no sentir cierta atracción por ella, ahora entiendo por qué Mei-Mei, se fijó en ella, tiene todo lo que quiere y sé que ahora sería capas de arriesgar todo por estar, con ella.

En cambio, Mei-Mei, se podría decir, es como una versión de mí, pero sin mis traumas. Es tierna, atenta, pero sobre todo, es esa persona con la que puedes estar, hablando de cualquier cosa y ella solo escuchara. Es ese tipo de amiga. Y no quiero perderla.

La hora paso, muy rápido y llegamos al lugar. Un edificio con un gran cartel sobre la entrada con luces y demás, a simple vista no parece un antro, pero cuando entras es otro mundo. En la entrada, una mujer te dice las salas que ofrecen y cuantos pueden ocuparlas. Kuan-Yin, paga y comenzamos a caminar, por el pasillo que de un lado contiene espejos, y sobre el techo las luces led, que cambian de color, hacen que el ambiente, se vuelva más ligero, la música suena desde adentro de las habitaciones.

Cuando llegamos a la nuestra, Mei-Mei, entra como si conociera el lugar y deja sus cosas, sobre el sillón, al igual que Kuan-Yin. Dentro esta ocupada, por dos chicas bailando sobre una tarima y una mesa, una de ella viste un vestido corto pegado al cuerpo, con manga en los brazos que hacen juego con su vestido, su compañera viste con un bikini de color plata y un arnés, que aprieta sus muslos, brazos y resto del cuerpo.

La música de fondo, hacen que ellas se mueven de manera sensual, sin esperar a que nos detengamos a verlas, una chica entra por la puerta del costado de la tarima, se acerca a Kuan-Yin y le avisa que será nuestro barman, esta noche. Sus ojos se posan en Mei-Mei, pero Kuan-Yin, la besa marcando territorio, la joven hace una reverencia y se pone detrás del mostrador.

Me siento en el sofá y espero a que la “fiesta” comience, pero de ante mano, me voy preparando para salir corriendo, si ellas dos se ponen cariñosas.

Entre copas y risas, llegan dos hombres con trajes y se sientan enfrente de ellas dos, mientras que solo puedo ver como ellas conversan. Me levanto y busco algo para tomar, pero la joven no está.

Paso por la parte de atrás de la barra y busco, las botellas para prepararme un trago. Una mano secundaria detiene la mía antes de que pudiera servir el vaso, miro a la persona y supuse que sería el chico, pero en definitiva es un chico, pero lo cambiaron por otro. Este es más guapo y tiene tatuajes. Levanto las cejas y este sonríe sorprendido.

—Lo siento, quiero algo para beber. — Aclare.

—¿Qué te doy? – Pregunto, limpiando el vaso.

—Un mojito, por favor. — Ordene.

Apoyada con ambos brazos sobre la barra, espero a que él termine de servir y me entrega el vaso, miro hacia donde se encuentran Kuan-Yin y Mei-Mei. Admito que siento un poco de celos, porque ellas pueden expresar su amor, al menos a escondidas, pero pueden demostrar su amor.

Yo quiero sentir lo mismo, aunque sea por momentos.

Desvió la mirada y me encuentro con la mirada de Brando, pero no esa mirada de molesto, sino de nostalgia, tristes, es como si me pidiera perdón con la mirada. Me acerco a la puerta y salgo sintiendo que sale detrás de mí en un giro, este me abraza por la cintura.

Escucho sus chillidos, y como con sus lágrimas mojan mi vestido en un sector muy pequeño. Correspondo a su abrazo sonriendo, sintiendo alivio el volver a verlo, una lágrima cae por mi mejilla al saber que no está enojado conmigo. Una vez más, soy salvada por la persona que se alejó primero.

—No vuelvas a alejarte. — Exigió.

—Lo… lo siento. — Lamentó.

Su cuerpo cubre la mayor parte del mío. ¿Tanto dolor le pude haber provocado? ¿Qué tanto sufrieron los demás? ¿Vale la pena volver? Son preguntas que no sé si tiene respuestas, aunque estoy conforme con que él, este conmigo ahora y no quiero que se vaya.

El alivio, duro poco, sus ojos rojos de tanto llorar me miran, desconsolado, pidiéndome perdón por algo que él no provocó. Brandon, me hablo con tanta franqueza que no me siento digna de volver a hablar con los chicos.

-Me alegra que todos estén bien. – Expreso, con la voz ahogada. - ¿Y Hansol? –

—Él está bien, pero si te soy sincero… Bon, él no quiere volver a verte. —

—Eso es sabido, luego de desaparecer y sin dar noticias de mi paradero, es más que obvio que yo tampoco querría verme. — Murmuró.

—¿Volverás a China? – Expreso.

-No lo sé… ahora tengo que trabajar. - pensé cuando le respondió.

-Pensé que volverías, una vez que estuvieras bien. - Expresó.

-Ahora estoy intentando hacer mi vida aquí... Quiero paz. - respondi cansada.

-Entiendo pero por favor volvamos a vernos, Bonnie se que la mayoría de nosotros, pensamos mal de ti pero yo no, yo quiero volver a tener a mi pequeña hermanita, quiero salir a bailar contigo... - lo abrazo cal escucharlo.

-Gracias Bran, ahora eres el único que está aquí conmigo. - corresponde a mi abrazo.

Luego de algunos minutos me levanto al escuchar la voz de Kuan-Yin. Ella baja por las escaleras y saluda a Brandon de manera cortes y alegre. Mientras que ellos hablando mi celular suena por una notificación, abro el mensaje para ver de quien se trata y sale con número desconocido, pero el miedo volvió cuando en el mensaje se puede ver una foto mía, sentada al lado de Brandon hace unos momentos.

Siento como mi corazón se acelera y mi respiración se agita, para no levantar sospechas miro a Kuan-Yin y Brandon y ellos no parecen notar nada malo.

Actuó como si nada pasara y me giro para ver si alguien más me esta vigilando. Deje que ellos hablaran, para que se vallan conociendo y yo solo irme de ese lugar tan incómodo.

Cuando llegó de nuevo a la sala y me me siento to algunos de los clientes tas de Kuan-Yin esperan a su regreso, pero dudo llegue justo ahora, entre los clientes es ver solo rostros de hombres mayores, y solo un chico joven pero tiene más apariencia de ser Gay. Y no lo culpa si tengo que depender de las personas de mi edad y creo que me volvería lesbiana.

Uno de los clientes que se encuentra en la otra punta, me ofrece para beber unas cuantas copas de soja, pero no puedo negarme, Kuan-Yin necesita no puedo decirle que no.

Bebemos y todo parece ir bien pero algunos ya pierden el conteo de las copas y algunas de las chicasya no quieren esta aquí.

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