Renací En Un Curioso Mundo Dentro De Una Novela Capítulo 1

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𝐌: Lo único que puedo recordar sobre mi accidente es que alguien me empujó hacia la mitad de la vía y un auto me atropelló. Recuerdo que después de eso, sentí un dolor intenso recorrer por todo mi cuerpo, como si cada célula de mi ser estuviera sufriendo. Abrí los ojos por un momento y vi mucha sangre a mi alrededor. En ese entonces, sabía que iba a morir. Por última vez, observé cómo muchos se acercaban, pero se quedaban parados observándome sin hacer nada. Algunos reían, como si se alegraran de verme así. Sabía muy bien que nadie me quería y que mi muerte los haría felices. Me preguntarán, ¿por qué? Bueno, yo era una estudiante universitaria de 18 años que logré muchas cosas a temprana edad. A mis 16 años, debuté como actriz y logré firmar un contrato para protagonizar un drama. En las grabaciones, me fue bien. Me hice amiga de mi compañero de actuación, y nos llevábamos muy bien. Sin embargo, una chica que tenía el papel secundario siempre me miraba mal, por el simple hecho de tener muy buena relación con el chico. Pensé que solo estaba celosa, y para evitar problemas, decidí alejarme un poco de mi compañero, y así lo hice. Tiempo después, el drama que protagonizamos fue un éxito. Gracias a eso, muchas empresas querían contratarme para participar en sus proyectos. Yo, al inicio, quise negarme, ya que tenía la agenda apretada. No solo era actriz, sino también era estudiante, y a veces era complicado ir a las grabaciones y mantenerme al día con mis estudios.

𝐌: Para ese entonces, yo ya tenía 17 años. A pesar de todo, acepté firmar un contrato con una empresa muy reconocida y me dieron el papel protagónico. Días después, me llamaron para empezar las grabaciones. Yo fui y me presentaron a mi nuevo compañero de actuación y a los demás participantes del elenco. Pero cuando vi quién era mi compañero, quedé en shock. El chico era un actor muy famoso que tenía 19 años; él era mi crush y lo admiraba mucho. Su sonrisa cautivadora y su mirada penetrante me hicieron sentir mariposas en el estómago. Saber que protagonizaría un drama con el chico que me gustaba y actor favorito, me llenó de felicidad y emoción. Él se presentó amablemente, con una sonrisa que iluminó toda la habitación. Luego se acercó a mí, tomó mis manos con suavidad y las besó. Me sonrió de nuevo y yo me sentí derretir. Yo no podía más con los nervios y me puse roja como una tomate. Mis otros compañeros y compañeras lo notaron y se rieron; la verdad, sí fue gracioso. Me sentí un poco incómoda, pero él me tranquilizó con su mirada y su sonrisa.

𝐌: En las grabaciones, él siempre me miraba de forma coqueta y seductora, y yo poco a poco me fui enamorando más de él. Me sentía nerviosa cada vez que estábamos juntos en escena, pero él siempre me tranquilizaba con su sonrisa y su mirada. Hubo una escena en la que teníamos que darnos un beso, y la verdad, en ese momento, mi corazón latía a mil. Él me tomó del rostro con suavidad y me besó; yo me dejé llevar por la emoción y continué con el beso. Pasaron varios minutos; el director gritó "corte", pero nosotros seguíamos inmersos en un beso apasionado y profundo. Luego reaccionamos y ambos nos pusimos nerviosos, pero también emocionados. Desde ese momento, nosotros empezamos a hablar más, incluso hablábamos por las noches. A veces, nos quedábamos a escondidas en el estudio para ver algunas películas juntos, rodeados de la magia del cine. Todo iba bien hasta que un día él me invitó a una fiesta exclusiva y yo acepté emocionada. Me puse el vestido más lindo que tenía y fui con la expectativa de pasar una noche inolvidable. Cuando llegué, él me estaba esperando con una sonrisa, pero mientras más me acercaba, él parecía ponerse más serio y distante. Yo ignoré eso y seguí caminando hacia él con una sonrisa, pero justo cuando estaba a punto de llegar, alguien me besó de la nada. Las personas de la fiesta empezaron a tomar fotos y grabar videos.En ese momento, yo reaccioné y logré empujar al tipo que me había besado, pero en ese entonces no podía pensar en confrontarlo. Solo busqué desesperadamente por todas partes a mi compañero, o mejor dicho, la persona que amaba. Lo busqué, pero ya no lo encontré. La fiesta estaba repleta de personas que no paraban de fotografiarme después de que alguien me besó de sorpresa. Me sentí muy mal, sentí las miradas de desprecio, pero sobre todo, la persona que más quería había desaparecido de la nada, sin ni siquiera ayudarme. Era como si él hubiera planeado todo para arruinarme. En ese momento, no sabía qué pensar y me sentí completamente confundida y sola. Salí inmediatamente de la fiesta, sin mirar atrás, y me fui a mi apartamento. Durante el trayecto, mi mente siguió llenándose de preguntas y emociones encontradas. ¿Por qué alguien me besó de la nada? ¿Qué había pasado en realidad? ¿Dónde estaba él? ¿Por qué me había abandonado de esa manera? Las preguntas seguían sin respuesta, y yo solo podía sentir una profunda tristeza y confusión.

𝐌: Al día siguiente, tomé mi celular y revisé si él había contestado mis mensajes, pero solo me había ignorado. Me sentí confundida y herida por su silencio. Luego revisé mis redes sociales y quedé atónica. En las redes sociales circulaban fotos y videos donde me besaba con un chico desconocido; había millones de comentarios diciéndome cosas feas y hirientes. La gente se estaba divirtiendo a costa de mi reputación y mi bienestar. Luego recibí una llamada del director de la serie. Yo contesté, pero él estaba tan enojado que no me dejó hablar. Me habló solo para cancelar mi contrato y luego colgó sin siquiera darme la oportunidad de defenderme. La serie ya estaba casi completa, solo faltaba grabar un último capítulo, pero todo se arruinó en un instante. En ese momento, me derrumbé y realmente hubiera deseado no aceptar ir a esa fiesta. Intenté ir a conferencias y decir que todo fue una confusión y que me tendieron una trampa para acabar con mi carrera, pero nadie me creyó. Nadie quería escuchar mi versión de los hechos. Ese fue el fin de mi carrera. Nadie quiso contratarme, mis padres me dieron la espalda, mis amigas y amigos se alejaron, y el chico de quien me enamoré jamás contestó mis mensajes. Me sentí completamente sola y abandonada. En la calle, muchos me insultaban y deseaban mi muerte; en la universidad, nadie me hablaba y los profesores me trataban mal. Todos ellos antes me adoraban y ahora me odiaban. Me pregunté a mí misma, ¿por qué me pasó todo eso? ¿Qué había hecho para merecer tanto odio y rechazo? La respuesta seguía sin llegar, y yo solo podía sentir una profunda tristeza.

𝐌: Me sumí en una profunda depresión. Lloré mucho, me encerré en mi apartamento, ya no iba a la universidad y no hablaba con nadie. Me aislé completamente del mundo exterior, incapaz de enfrentar la realidad que me había golpeado con tanta fuerza. Así pasaron cuatro meses de soledad y silencio. En ese tiempo, me entretuve leyendo muchas novelas; tenía una gran colección de libros con historias bonitas y emocionantes. Me refugié en esos mundos ficticios, donde todo era posible y la realidad no me dolía tanto. Hubo una historia que me llamó especialmente la atención: era un mundo de fantasía que combinaba lo moderno y lo clásico con un toque de magia, y un mundo gobernado por reyes. La novela contaba la historia de una princesa que se enamoró de un príncipe, hijo del Rey vecino. Se conocieron en la fiesta organizada por el padre de la princesa, un evento elegante y sofisticado que reunía a la nobleza y la aristocracia del reino. En ese momento, la princesa y el príncipe se sintieron atraídos mutuamente, y su conexión fue instantánea. Al pasar el tiempo, ambos se comprometieron y sus padres estaban muy felices de verlos juntos. Pero como toda historia tenía un villano o una villana, la historia se vio envuelta en muchos problemas. Sin embargo, al final la pareja logró superar todos los obstáculos y vivieron felices por siempre. La novela me sirvió como un escape temporal de mis problemas, y realmente disfruté leyéndola. Por un momento, pude olvidar mi dolor y sumergirme en un mundo de fantasía y romance.

𝐌: Luego llegó mi cumpleaños y lo pasé sola. Ese fue el primer cumpleaños más triste de mi vida. Siempre lo había celebrado rodeada de amigos y familiares, con risas, regalos y momentos inolvidables. Pero ahora todo era diferente, ahora todo era triste y solitario. Bueno, ya tenía 18 años y quise cambiar mi vida. Tomé una decisión: decidí viajar a Suiza y empezar una vida nueva, lejos del dolor y la tristeza que me rodeaba. Pasaron unos días, me dieron mi pasaporte y empaqué mis cosas; ya estaba lista para comenzar de nuevo. Miré por última vez mi hogar, el lugar donde había vivido y compartido momentos de soledad y tristeza. Aunque había algunos recuerdos felices, la mayoría de mis momentos ahí habían sido de dolor y desolación. Sentí un nudo en la garganta y un suspiro profundo, pero me armé de valor y salí. Se respiraba un aire triste, pero ignoré eso y caminé con mis maletas en la mano, estaba esperando algún taxi para ir al aeropuerto. Pero justo cuando estaba esperando, alguien me empujó.

𝐌: VOLVIENDO AL INICIO: Observé con lágrimas en los ojos cómo todos a mi alrededor se quedaron inmóviles, sin hacer nada para salvarme. Solo me observaban y reían, mientras mi vida se esfumaba. Los miré por última vez, sonreí débilmente y cerré mis ojos.

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MINUTOS DESPUÉS

𝐌: Supongo que ya morí, si tan solo pudiera vivir nuevamente...

𝐌: No, ya todo se acabó.

𝐌: Estaba destinada a morir de cualquier forma.