La noche había caído sobre la ciudad, y nuestros amigos se encontraban reunidos, aún con sus cuerpos malheridos por la ardua batalla. Irina, con su mente más clara, intentaba activar su poder para sanar a sus amigos. Sin embargo, todavía no lograba descifrar cómo funcionaba ni qué debía hacer para activarlo a voluntad.
Mientras sanaba a Ian con el poco poder que lograba controlar, pensaba en cómo había activado el poder en la batalla y reflexionaba sobre cómo había pasado. Consideraba que solo lo había logrado en ese momento de ira y desesperación en el que vio a sus compañeros ser derrotados. Su poder lo había hecho sin pensarlo, impulsado por la emoción.
Irina se dio cuenta de que el desafío era encontrar la manera de dominar su poder de manera consciente, reproduciendo la intensidad emocional que la había llevado a sanar a sus amigos en el calor del combate.
"Román se preguntaba por qué Kaleth poseía un poder oculto y cuáles eran las intenciones de Azloas al quererlo. También se cuestionaba sobre el misterio de ese poder y por qué alguien como Azloas lo deseaba. Pero, al mismo tiempo, se interrogaba sobre cómo Irina, que parecía tan inocente, tenía el poder de dar vida y liberar repentinamente el poder oculto de Kaleth. Y si fuera así, ¿estaba el destino del planeta Gaia condenado a la destrucción?"
Rin - kaleth debemos averiguar como desatar tu poder oculto de eso depende salir victorioso contra este enemigo si tanto quiere este poder debe representar también su debilidad.
La atmósfera se volvió aún más tensa y oscura en la aldea, mientras la neblina envolvía todo a su alrededor. La presencia maligna se hacía cada vez más fuerte, y unos seres demoníacos empezaron atacando con ferocidad.
Irina, asustada, sentía una extraña conexión con la oscuridad, como si la llamara hacia ella. Kaleth también sentía una voz en su cabeza, llamándolo hacia la fuente de la oscuridad.
Roman, consciente del peligro, informó a Ian, quien reaccionó rápidamente. Con un movimiento decidido, Ian hizo aparecer su armadura, listo para enfrentar la amenaza.
"¡Prepárense!", gritó Ian. "¡Vamos a proteger esta aldea, no importa qué peligros se interpongan!"
La armadura de Ian brillaba con una luz tenue, mientras se lanzaba hacia la batalla. Roman se unió a él, con su espada en mano. Juntos, enfrentaron a las criaturas demoníacas, determinados a salvar a la aldea del abismo de la oscuridad.
Rin apresura a Irina y a Kaleth a unirse también a la batalla, pero estos son absorbidos por un portal que los lleva hacia donde se encuentra la siniestra sombra. Cuando se percatan y alzan su mirada, era Azloas en persona.
Kaleth: ¿Quién eres tú y por qué nos trajiste aquí?.
Irina: Tú eres Azloas.
Azloas: Claro que soy Azloas. Vine por ustedes, necesito su poder para llevar a cabo mis planes. Ven conmigo, Irina. ¿Acaso no quieres saber tu verdadero origen?
Rin: No dejaré que les pongas un dedo encima, monstruo repugnante.
Azloas: ¿Monstruo? Creo que estás aquí por accidente, pero lamentarás estar aquí..
Azloas lanza un ataque de oscuridad para matar a Rin, pero Kaleth logra desviar el ataque devorador de almas con un corte preciso de su espada cambiante, que ahora muestra un color oscuro debido a la liberación de su poder interior.
Azloas: Veo que ya has empezado a entender tu poder.
Kaleth: No voy a dejar que le hagas daño a nadie más. (voz furiosa)
Azloas: Bien, veamos qué es lo que tienes. ¿Crees que eres capaz de hacerme frente?
Kaleth: Averígualo solo.
Rin: Irina, necesitamos tu poder para enfrentarlo. Yo lo ayudaré; tú sanas nuestras heridas.
Irina: Sí, lo haré. (voz decidida)
Rin: Con su magia de tierra, crea una armadura en su cuerpo y se lanza al ataque, mientras Kaleth intentaba atinar sus ataques contra Azloas. Kaleth lanzaba cortes de oscuridad, pero Azloas, sin el más mínimo esfuerzo, lograba desviarlos. Rin también dio todo de sí con su poder de tierra, haciendo surgir golems de la tierra para atacar a Azloas, pero este se reía de ellos. Mientras tanto, Irina se centraba para hacer crecer el poder de Kaleth, pero aún no lo lograba.
Mientras tanto, por otro lado, Román y Kaleth, junto con otros soldados, intentan detener a las criaturas creadas por Azloas. Derribando una tras otra, Román con su armadura de agua e Ian con su armadura de fuego ponen a salvo a la gente de la aldea. Se desata una feroz batalla en la aldea. Ian se percata de que Kaleth se encuentra luchando con un extraño ser y le dice a Román que deben apresurarse, ya que Kaleth, Rin e Irina están en grave peligro. Esto los obliga a aumentar su poder para derribar a todos los demonios y ayudar a sus compañeros.
Por otro lado, Azloas, ya asqueado de desviar ataques, decide atacar, derribando a Kaleth y a Rin de un solo golpe. Pero nuestros compañeros se levantan gracias al poder sanador de Irina. Sin embargo, aún así no logran asestar un golpe.
Azloas decide atacar a Irina y la deja malherida. Bajo la frustración, Kaleth se enfurece y ataca nuevamente por haber lastimado a Irina, liberando un poco más de su poder. Pero le cuesta controlarse y empieza a perder el control. Aun así, no logra asestar un golpe. Esto obliga a Azloas a atacarlo y derribarlo, dejándolo malherido.
A duras penas, Rin logra sostenerse en pie, ya cansada y herida, y trata de hacerle frente a Azloas. Pero este, con solo el poder de sus manos, la toma por el pelo y empieza a golpearla, disfrutando del dolor que le causaba a Rin. Mientras tanto, desde el suelo, Kaleth observa frustrado y libera un poco más su fuerza, pero su conciencia empezaba a nublarse.
Kaleth gritaba desesperado: "Suéltala, imbécil". E intentaba pelear nuevamente, pero ni así logró detener a Azloas, quien derribaba nuevamente su cuerpo y lo estrellaba contra el suelo.
Azloas: "No Podrás vencer.. tu poder me pertenece, es mi otra mitad" (con una sonrisa burlona).
Azloas, decidido a matar a Rin, preparó el ataque del Devorador de Almas, pero justo a tiempo llegaron en su rescate con un ataque combinado de agua y fuego, logrando golpear a Azloas y obligarlo a soltar a Rin.
De inmediato, Ian y Román se lanzan al ataque. Ian, con su espada de fuego, y Román, con su espada de agua, logran hacerle frente a Azloas. Aunque inútilmente, Azloas decide atacar con un ataque de fuego dirigido hacia Román y un ataque de agua dirigido hacia Ian, logrando golpearlos de lleno y dejándolos malheridos.
Román, malherido y tendido en el suelo, se pregunta cómo puede controlar varios elementos a la vez con un poder tan abrumador.
Azloas: "Creyeron que serían rivales para mí... Yo soy un dios, capaz de controlar todo a mi alrededor. Manipulé todo a mi antojo. Ustedes, mocosos, no son nada".
Habiendo dicho esto, Azloas recibe un ataque de fuego en forma de ave fénix que lo deja tendido en el suelo.
Al levantarse del suelo, Azloas mira intrigado por el poder que lo derribó y mira hacia arriba, dándose cuenta de que es su antiguo compañero Zorak, el único capaz de hacerle frente.
Azloas: ¡Querido Zorak! Hace tiempo que no te veía, amigo mío.
Zorak: ¡Yo no soy tu amigo, Azloas! ¿Por qué te atreviste a atacar a los niños mientras yo no estaba?
Azloas: Solo vine por lo que me pertenece, querido amigo
Zorak. Mis hijos nunca caerán en tus manos. Yo no lo permitiré.
Se inicia otra batalla, pero esta vez entre fuerzas similares. Azloas ataca con el poder de los elementos juntos, y Zorak desvía sus ataques con tan solo su espada carmesí.
La batalla se intensificó. Ninguno de los dos podía predominar. Mientras los jóvenes, malheridos, observaban el gran poder que poseían, la tierra temblaba cuando chocaban sus poderes. Era una batalla épica. Ninguno de los presentes podía creer lo que estaba viviendo en esos momentos, parecía un sueño.
Pero algo estaba a punto de suceder. Lo peor se avecinaba. Kaleth ya había empezado a liberar más de su poder. Sin embargo, a medida que su poder crecía, perdía la conciencia y comenzaba a perder el control de su cuerpo.
Irina, herida en el suelo, se percató de que algo no andaba bien e intentó activar su poder. Sin embargo, falló en su intento de controlar a su amado.
Zorak, en medio del combate, miró a su hijo y notó que había perdido el control. Con un golpe, derribó a Azloas.Y acude en ayuda de su hijo. Pero este, sin conciencia, empezó a atacar a su propio padre descontrolado y sin conciencia. Zorak intenta detenerlo. Le gritaba: "¡Kaleth, tú eres más fuerte! ¡Domina tus emociones!" Sin éxito alguno, Ian, en el suelo, intenta ponerse en pie, pero sus heridas no lo dejan. Y le gritaba a su hermano: "¿Qué crees que estás haciendo, tonto? ¡Reacciona!" Azloas se levanta del suelo con voz burlona: "Valla, valla, al final sí despertó". Pero Kaleth derriba a su padre, descontrolado y se lanza al ataque. Pero esta vez contra Azloas y logra golpearlo y tenderlo en el suelo. Azloas no puede creer que está a punto de ser derrotado por un niño sin control. Zorak se levanta y le vuelve a gritar: "¡Hijo, eres más fuerte! ¡Reacciona!".
Kaleth ataca de nuevo a su padre, pero este logra hacerle frente y le grita: "¡Hijo, eres más fuerte! ¡Reacciona!". Kaleth logra escuchar a su padre y empieza a detenerse. Pero Azloas aprovecha que Zorak está distraído con su hijo y se lanza al ataque, logrando atravesar a Zorak delante de los ojos de Kaleth, dejándolo con una herida mortal. Los presentes no pueden creerlo y quedan atónitos.
Kaleth atrapa el cuerpo de Zorak en sus brazos sin saber qué hacer, mientras Azloas se despide malherido: "Nos volveremos a ver... vendré por lo que me pertenece". Su figura se desvanece en la oscuridad.
Kaleth, con el cuerpo de su padre en sus brazos, le pide perdón con lágrimas en su rostro: "Perdóname, padre. Es mi culpa".
Zorak, a punto de morir, responde: "No es tu culpa, hijo. Solo te pido que seas fuerte, prométeme que nunca te rendirás y que salvarás a nuestro mundo".
Kaleth: "No me dejes, padre. Aún no estoy listo".
Ian, arrastrándose, se acerca a su padre, aún sin creerlo, lo abraza y le pide que no lo deje.
Zorak: "Querido Ian, prométeme que no juzgarás a tu hermano y que siempre estarás ahí para ayudarlo a crecer. Prométeme que nunca se rendirán. El destino de nuestros mundos dependerá de ustedes. Deben salvarlo. Sean fuertes y nunca se rindan . No deben rendirse... Los... amo..." (muere).
Kaleth grita de dolor, desesperación y frustración: "¡Padreeee!"
Continuará..
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