Saint Seiya Nuevas Leyendas
Una emputa. El despertar de Hades.
Koga de Gusano
Prepárate, Atenea! ¡Muere, cuerdas malditas!"
Justo cuando las sombras de la oscuridad se ciernen sobre Siena, un nuevo caballero irrumpe en la escena, su armadura dorada brillando con un resplandor casi celestial. Libra, con una expresión decidida, levanta su mano y grita:
caballero de Libra
Los 100 dragones de Rozan!"
Una ráfaga de energía se despliega, y los dragones se lanzan hacia el espectro, envolviéndolo en un torbellino de luz dorada. El espectro grita mientras es derrotado de una vez, su figura desvaneciéndose en la nada.
Siena
Siena, aún temblando, mira a Libra con gratitud. "Gracias, caballero."
caballero de Libra
Libra, con una sonrisa alentadora, le ofrece una mano. "No estás sola, Atenea. Vamos, debemos ir al gran salón con la diosa Artemisa."
Al llegar, Siena se encuentra ante la imponente figura de Artemisa, que la observa con una mezcla de curiosidad y respeto.
Artemisa
Veo que es verdad, Atenea ha vuelto a reencarnar entre los humanos."
Siena
Siena, sintiendo la fuerza de su nueva identidad, responde con firmeza: "Tienes razón, Artemisa. No pienso rendirme ni retroceder. Avanzaré y nunca me rendiré.
Mientras tanto, en el sombrío castillo de Hades, Pandora se presenta ante su señor, la tensión palpable en el aire.
Pandora
Gran señor Hades, el espectro que enviamos ha sido derrotado."
Hades
Hades, con una sonrisa fría, responde: "Pandora, prepara las tropas. Vamos a terminar con esto de una buena vez. Al anochecer de mañana, atacaremos el Santuario y nos apoderaremos del planeta."
En el Santuario, el ambiente es electrizante. Artemisa, mirando a Atenea con desdén, dice:
Artemisa
Me das risas. Tú no eres la guardiana de la Tierra ni de nada."
Siena
Atenea, con una calma desafiante, responde: "Estás equivocada. Saori no cometió ningún pecado. Pecado es cometer una acción mala, y viajar al pasado para salvar a un humano no es una mala acción, sino un acto de amor."
Las palabras de Atenea resuenan en la sala, llenas de poder y convicción. La lucha no solo es por el presente, sino por el futuro, por la esperanza de un mundo donde el amor y la justicia prevalezcan sobre la oscuridad.
Artemisa
Artemisa, con una mirada desafiante, responde: "Lo siento, pero Saori desafió las leyes del universo. No lo entiendes, y aun así te haces llamar diosa."
Siena
Atenea, con firmeza en su voz, replica: "Ser diosa es guiar a los demás a través del amor y la justicia."
Artemisa
Artemisa se ríe con desdén. "Esa es la debilidad de Atenea. El gran emperador de los cielos, Apolo y Abel, me han enviado a proteger la Tierra por la deshonra de Saori.
Siena
Atenea, sintiendo una oleada de determinación, responde: "No me importa. Si defender a los humanos significa enfrentarme a ti, a Apolo, a Abel y al gran emperador, lo haré. Mi determinación y mi valentía me mantendrán en pie cada vez que me caiga."
Con esas palabras, Atenea enciende su cosmos, una luz dorada que irradia poder y resolución. Todos en la sala se sorprenden al ver la magnitud de su energía, un resplandor que desafía las sombras.
Artemisa, sintiendo la fuerza de su rival, también enciende su cosmos. Ambas diosas brillan con igual intensidad, sus poderes chocando en una danza de luz y energía.
???
El Patriarca, incapaz de soportar la tensión que se ha creado, interviene con voz autoritaria: "¡Basta de actuar como niñas peleando por un juguete! ¡Athena, vete! Ya no perteneces aquí."
Siena
Siena, con el corazón latiendo fuerte, se enfrenta al Patriarca. "Me voy, pero no del Santuario, porque yo soy la única y verdadera diosa de la Tierra."
Con esas palabras resonando en el aire, Siena se da la vuelta y se marcha, dejando atrás la confrontación, pero llevando consigo la certeza de su identidad y su propósito.
Artemisa
Artemisa, con un aire de autoridad, se vuelve hacia el Patriarca. "Gran Patriarca, llama a la madre de Atenea. Hay algo que me inquieta de esa mujer."
Pocos momentos después, una figura encapuchada entra en la sala, su rostro oculto en sombras.
Saori
Saori, con un tono respetuoso, responde: "¿En qué puedo servirle?"
Artemisa
Artemisa frunce el ceño, su mirada penetrante fijándose en la figura encapuchada. "Quítate la máscara, o tienes algo que ocultar, diosa Era."
Saori
Saori levanta la cabeza, con firmeza en su voz. "No tengo nada que ocultar."
Artemisa
Artemisa, con una sonrisa desafiante, añade: "O mejor dicho, Saori Kido."
Con un movimiento rápido, Artemisa le quita la capucha, confirmando sus sospechas. Saori la mira directamente a los ojos, sin titubear.
Saori
Estás en lo cierto."
Artemisa
Artemisa, sorprendida pero controlando su ira, pregunta: "¿Cómo no moriste?"
Saori
Saori toma una respiración profunda antes de responder. "Fue fácil. Después de que Apolo me quitara mi divinidad, caí por un precipicio y recordé todo. Pasaron los años, pero un día recuperé el alma de Atenea y la usé para comunicarme con Era, quien quería detener la próxima guerra santa. Como madre de Atenea, Hades y Pandora, ella me escogió, y así continué viva. Pero cuando di a luz a Hades y a Pandora, no pude acabar con sus vidas. Mi corazón de madre no me lo permitió."
Artemisa
Artemisa, con desprecio, dice: "Eres una decepción, Saori. No serviste como Atenea ni como Era. Vas a dejar a la humanidad en su ruina. Ahora que eres nuevamente humana, podré acabar contigo."
Saori
Saori, con una risa sarcástica, responde: "¿Crees que el poder de la espada matadioses puede con Era, la reina del Olimpo? Artemisa, como tu reina, te ordeno que detengas esta farsa."
Artemisa
Artemisa, con la mirada fija, replica: "Nunca te voy a obedecer."
Saori
Saori, antes de marcharse, suelta un último comentario que resuena en el aire: "Recuerda que una vez fuimos hermanas cuando yo era Atenea, y que ahora eres hermana de Siena."
Al escuchar esas palabras, Artemisa siente un profundo dolor en su corazón y, por primera vez, las lágrimas comienzan a caer de sus ojos.
Siena
En el Santuario, Siena, con una expresión de preocupación, llama a su madre. "Mami, por favor, no me faltes."
Saori
Saori, con ternura en su voz, le responde: "Nunca lo haré."
Mientras tanto, en el oscuro castillo, Hades despierta por completo, su presencia palpable en el aire.
Siena
De vuelta en el Santuario, Siena siente un escalofrío recorrer su cuerpo. "Hades ha despertado... ya ha comenzado la guerra santa.
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