capitulo 18

A partir de ese momento, Benjamín y Ariel empezaron a construir una nueva base para su relación. Con el tiempo, las heridas comenzaron a sanar y los lazos de amor y confianza se hicieron más fuertes. Benjamín se dedicó completamente a Ariel y su bebé, demostrando cada día que estaba dispuesto a hacer cualquier sacrificio necesario para su felicidad.

Mientras tanto, aunque Leonardo y Valery aún estaban libres, Benjamín y Ariel sabían que juntos podrían enfrentar cualquier desafío. La amenaza latente no podía oscurecer el amor y la esperanza que estaban cultivando.

Con el tiempo, Ariel comenzó a ver en Benjamín no solo al hombre que había amado, sino al padre dedicado y compañero fiel que siempre había deseado. Y aunque sabían que el camino no sería fácil, estaban listos para recorrerlo juntos, con su amor y su futuro bebé como guía.

El embarazo de Ariel avanzaba sin mayores complicaciones, y ella ya estaba en su séptimo mes. La relación con Benjamín había mejorado considerablemente; ambos estaban emocionados y ansiosos por la llegada de su hijo. Benjamín había demostrado ser un apoyo constante, consintiendo y cuidando a Ariel en cada paso del camino.

Un día soleado, Benjamín y Ariel se dirigieron al hospital para una ecografía de rutina. La sala de espera estaba llena de parejas emocionadas y futuras madres, creando un ambiente de expectativa y alegría.

Benjamín: (sujetando la mano de Ariel) ¿Estás nerviosa?

Ariel: (sonriendo) Un poco, pero también estoy emocionada. Hoy sabremos si será niño o niña.

El médico los recibió con una sonrisa y los guió hasta la sala de ecografías. Ariel se recostó en la camilla mientras Benjamín se sentaba a su lado, sosteniendo su mano.

Médico: (con una sonrisa) Bueno, veamos cómo está el bebé hoy.

El monitor mostró una imagen clara del bebé en crecimiento. El corazón de Ariel y Benjamín latía con fuerza mientras observaban la pantalla, esperando las palabras del médico.

Médico: (con una sonrisa) Felicidades, van a tener........... un hermoso y saludable niño.

Ariel: (con lágrimas de felicidad) Un niño...

Benjamín, vamos a tener un niño.

Benjamín: (emocionado) Sí, Ariel. Vamos a tener un niño. (besándole la mano) Esto es increíble.

Los días siguientes estuvieron llenos de emoción y preparativos para la llegada del bebé. Benjamín y Ariel dedicaron tiempo a decorar la habitación del bebé, eligiendo colores y muebles con entusiasmo. Cada detalle se convirtió en un símbolo de su amor renovado y su esperanza en el futuro.

Una tarde, mientras colocaban la cuna en la habitación, Benjamín se detuvo y abrazó a Ariel desde atrás.

Benjamín: (susurrando) Te amo, Ariel. Estoy tan agradecido por esta segunda oportunidad y por nuestro hijo.

Ariel: (apoyando su cabeza en el pecho de Benjamín) Yo también te amo, Benjamín. Sé que hemos pasado por mucho, pero estoy feliz de que estemos juntos en esto.

A pesar de la felicidad que estaban experimentando, una sombra del pasado se cernía sobre ellos. Valery, resentida por el éxito y la felicidad de Benjamín y Ariel, planeaba su próximo movimiento. Decidida a causar más caos, encontró la manera de armar un engaño devastador.

Una mañana, mientras Benjamín y Ariel disfrutaban de un desayuno tranquilo, el timbre de la puerta sonó. Benjamín fue a abrir, encontrándose cara a cara con Valery.

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