Balder.
Al llegar a la habitación, abrí y todos aquellos niños estaban llorando al igual que mi hija, quien al verme de inmediato corrió hacia mi y me abrazó con fuerza.
- papi, tengo miedo. - acaricie su cabello y besé su cabeza.
- tranquila princesa, todo está bajo control, vamonos. - ella asintió, tome su mano y la saque de aquella habitación.
Y mientras íbamos a su habitación di la orden que llevaran a los niños de regreso y con precaución, aún no sabía a qué nos enfrentaríamos con la llegada de aquella mujer a mis terrenos y tampoco sabía del porqué estaba herida y porqué corría como si la estuvieran persiguiendo, ¿de quien huia?...
Toda la noche vele su sueño aún sin saber ni su nombre, por la mañana revise cuidadosamente sus heridas, las limpie, puse la pomada y volví a vendarlas con vendas nuevas y solo me senté nuevamente frente a ella.
Dormía tan plácidamente, su respiración era serena y su calma me relajaba tanto que me acomode en el sillón y cerré por un momento mis ojos.
Y por un momento me perdí hasta que sentí el cañón de mi arma sobre mi frente.
— ¿quién eres?, ¿dónde estoy?, ¡Demetrius no volverá a tenerme, no! - grito con demasiada angustia, tanta que podía sentirla yo mismo por medio de sus palabras las cuales no podía entender del todo, intente moverme, pero nuevamente me encañono— ¿Quién rayos eres?, ¡contéstame!.
Su mano era firme, pero un poco temblorosa, en eso la puerta se abrió y entraron mis hombres apuntándole a aquella mujer, quien se sorprendió al verlos frente a ella y pude notar el miedo reflejarse en sus hermosos ojos.
De I medito les hice señas para que bajaran la guardia por un momento y tome por el cañón aquella arma que era mía y por un descuido ella la tenía.
Fui cauteloso mientras ella seguía en pánico total - tranquila, yo te ayudare, entiendes, voy a ayudarte - y en cuestión de segundos ella bajo la guardia y de inmediato le quite mi arma y me avalance a ella, abrazándola para inmovilizarla - tranquila, te lastimaras, yo te ayudaré, calma.
Ella sin razón comenzó a llorar y solo sentí sus manos abrazar mi cuerpo, eso me tenzo un poco, pero ese sentir lo hice aún lado y solo la abrace, necesitaba que se tranquilizarla para poder hablar con ella.
Y nuevamente se desmayó en mis brazos, la recosté con sumo cuidado mientras mis hombres solo me veían atonitos al verme interactiar con una mujer, cuando ellos mismos saben la herida que me dejó la madre de mi hija.
Volteé un poco molesto por ni siquiera parpadear a lo que yo hacía - busca a alguien que hable español, ¡rápido!.
Mis hombres salieron despavoridos por mi grito y exigencia, y nuevamente le curé yo las heridas, ya que por los movimientos bruscos había sangrado de nuevo.
Y solo me senté por un momento mientras veía por el ventanal, el día estaba nublado y lluvioso, por un instante vi el reloj y me di cuenta que ya pasaba de las doce y yo estaba aquí, en mi habitación olvidándome por un momento de, ¡Eva!, ¡carajo!.
Me levanté con rapidez y caminé hacia la puerta cuando esta fue abierta viendo entrar a aquel pequeño ángel que ilumina cada día de mi existencia.
- papi, ¿no vas a comer? - asentí, caminé hacia ella estábamos por salir de la habitación, pero Eva se dio cuenta de aquella mujer que estaba en la cama y dormida - ¿quién es?.
- aún no se su nombre hija, pero ayer la salvamos - al escuchar mis palabras abrió sus pequeños ojos cafés y sonrió hasta abrazarme.
- y, ¿se quedará con nosotros? - solo negué, tome su mano y salimos de la habitación. - papi, ¿puedo verla más tarde?.
- ¿por qué quieres verla hija?. - al cuestionarla ella solo me sonrió y se encogió de hombros.
- no se, pero quiero verla. - procese por un momento su respuesta y no tuve más opción que asentir.
- podrás, pero hasta que hable yo con ella, ¿entendido?. — mi hija asintió y caminó casi corriendo para ir al comedor.
Por primera vez mi hija comió todo lo que le habían servido sin quitar los alimentos que no le gustan y eso me agrado, pero también fue extraño verla comer sin hacer objeción sobre el sabor.
Al terminar de comer, Melani había llegado a tiempo para cuidar a Eva, me despedí de ambas y subí nuevamente, al abrir mi puerta ella estaba sentada en la cama y con sus ojos observando el lugar.
Me fui acercando poco a poco, lo que menos quería en este momento es que tuviera otra reacción similar a la de hace horas.
Volteo a verme y se tensó, con la sabana se cubrió su cuerpo y en su mirada podía ver el temor al verme acercarme.
- tranquila, no te haré daño - ella me veía sin parpadear, un toque a la puerta me hizo voltear y decir que pasarán.
- patrón, aquí está su pedido - asentí y entró un hombre joven de quizás unos veintitrés o veinticinco.
- buenas tardes, señor Balder, ¿qué necesita?.
- necesito que me ayudes a comunicarme con ella - él asintió y me siguió, se sentó a mi lado y yo frente a aquella chica.
La vi por un momento, ella estaba nerviosa, sus manos jugaban entre sí y su mirada estaba puesta sobre sus piernas.
Asentí y comencé hablarle para que jovencito le dijera cada palabra.
- soy Balder y no tengo intenciones de lastimarte, ni hacerte daño, quiero ayudarte, pero necesito saber, ¿por qué corrías?, y, ¿por qué te perseguían?, ¿quiénes eran?.
La chica solo asintió, respiro profundo, levantó su mirada y me vio fijamente.
- me llamó Noel, fui intercambiada por deudas de mi medio hermano - al escuchar lo que decía, me sorprendí, ¿cómo es posible?, su propio hermano - me llevaron a Rusia donde estuve encerrada hasta que me llevaron a una subasta donde fui vendida.
- ¿sabes el nombre de quien te compró? - ella asintió, sus ojos comenzaron a humedecerse y sus mejillas a empaparse.
Le di un pañuelo y continuó con su relato - su nombre es Demetrius Ivankov - asentí porque sabía bien quien era ese hombre, en este negocio es conocido como la cobra, apenas iba a hablar cuando ella comenzó a temblar y hablar a la vez - él, él, me lastimó, ¡me lastimó!.
Comenzó a gritar, su cuerpo temblaba sin control, y lo único que se me ocurrió fue abrazarla con fuerza para que se calmara.
- tranquila, Noel, todo estará bien - aquel chico estaba sorprendido por su reacción y no tuve más remedio que sacarlo - ¡largo!, ¡Mali!, ¡Mali!, trae al médico, ¡ahora!.
Seguí abrazándola con fuerza hasta que su cuerpo se desvaneció otra vez, la recosté en mi cama, y me quede a su lado mientras hacía algunas llamadas para qué investigarán a la cobra y sobre todo que lo tuvieran vigilado, porque si Noel la tenía él, no dudo de que la quiera recuperar y por esa misma razón necesito tenerlo bajo lupa para saber cada movimiento y estar listos para cualquier paso que quiera dar.
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Comments
✨💛Isyuris🇻🇪🌻✨
jajajajajajaja tu hija es más inteligente de lo crees☺️
2024-12-01
2
GiovannaXchelMayaCejudo
gracias a Dios ha encontrado angeles en el camino...
no todos quienes viven esa vida tienen la fortuna de ser rescatados...
aunque eso no quita el trauma ante semejante maltrato...
2024-12-06
2
✨💛Isyuris🇻🇪🌻✨
🥺🥺🥺🥺🥺
2024-12-01
2