La fiesta de la boda de su prima había finalizado y Katrina estaba desparramada sobre una silla cuando se acercó su primo Gero y se sentó junto a ella.
-Deberíamos comenzar a limpiar el salón...- comento.
-Ay, primate, quedamos solo nosotros, déjame descansar...- respondió él poniendo sus pies sobre otra silla.
-¿Primate? Ya tenemos 26 años, ¡no sigas diciéndome así!- exclamó katri falsamente ofendida.
-Es que eras peludita jaja...- bromeo él -A propósito de eso... alguien estuvo averiguando por vos.-
-¿Por mí?- pregunto ella.
-Si, Valentino, un amigo de Tadeo...- respondió su primo.
-Ah, el tipo de la mesa de dulces... Pero no estoy...-
-¿Por qué no? Está recién separado también, es abogado... Lo único que tiene es dos chicos...-
-¿Dos hijos? ¿Pero que edad tiene?-
-Supongo que 30 años como Tadeo. La más chiquita debe de tener como dos años y el otro... Unos 5.-
-Oh...- pronunció ella frunciendo una sonrisa, demostrando más interés.
-Lo que no se por qué tanto interés... Sos tan fea...- continuo Gero con ironía -Con esos ojos rasgados, pelo negro y flequillo...-
-Bueno, es culpa de mí madre Coreana...- bromeo katri.
-Tu abuela era Coreana, tu mamá era más argentina que el dulce de leche...- Río Gero
Katrina largo una carcajada.
-Esta bien...- dijo cuando se calmo -Dale mí número.-
De inmediato, al día siguiente, Valentino le envío un mensaje, se escribieron por una semana. El fin de semana siguiente se citaron en un restaurante de la ciudad, en el pueblo no, para que no comiencen las habladurías de la gente.
Al parecer, la cita estaba saliendo demasiado bien, a katri le interesaba mucho lo que Valentino le contaba, a pesar de que estaba decidida a no rehacer su vida tan rápido, había algo en ese hombre que la atraía, era algo imponente y decidido, pero también le pareció amable y gentil.
De regreso a su pueblo, iban en el auto de Valentino.
-¿Por qué no sabes manejar?- pregunto él.
-No lo sé, no tuve la oportunidad creo...- respondio katri.
-Yo te podría enseñar...- propuso Valentino y ella asintió con una sonrisa -Siempre dije que cuando mis hijos ya tenga edad es lo primero que les voy a enseñar...-
-Oh, ¿cuántos años tienen?- se interesó.
-Tomas está por cumplir 6 años y Abi tiene 2.- respondió él.
-Que lindo, me gustaría ser mamá algún día... Fuiste papá muy joven.- comento.
-24 años, un poco difícil entre el estudio y todo, pero se logró, son mi felicidad...- siguió Valentino -¿Esa de ahí es tu casa?-
-Si, si.- respondió katri y estacionó. Se hizo un silencio un poco incómodo -Bueno... Gracias por traerme...-
-Espero que te haya gustado la cita, es la primera vez...- estaba diciendo, pero katri le tomo la mano y lo beso...
Así fue como Valentino al poco tiempo comenzó a ir a su casa, y ella conoció a sus hijos. Él la ayudo a crear su propia tienda de ropa, y prácticamente convivían. La única complicación era Maya, la exesposa de Valentino que en ocasiones reprochaba o generaba algún conflicto, pero lo sabían resolver.
Dos años más tarde, estaban en casa de Romina y Tadeo, juntando con su pequeña Lupita, ahijada de katri. Estaban solas ellas con la niña, mientras los hombres conversaban en el patio.
-Ya no veo la hora de ser mamá... quizás se críen juntos como nosotras...- comento Katrina con Lupita en brazos.
-¿Y como va ese intento?- pregunto Romy.
-Y... estamos poniendo toda la voluntad...- respondió con gracias -Pero hasta ahora nada... aunque, tenemos tiempo todavía, solo llevamos dos años de relación...-
-Yo creo que tendrían que ir a médico, para que los guíe... O un especialista...- propuso Romy.
-¿En fertilidad decís?, no creo que sea necesario, tampoco pasamos tanto tiempo tratando...- respondió katri.
Dos meses después estaban ahí, en el consultorio del especialista en donde los había derivado un ginecólogo con base en unos estudios que no habían salido del todo bien.
-Bueno...- comenzó a decir la especialista, mientras veía los estudios
-¿Y bien?- pregunto Katrina, ansiosa.
La doctora la miro y no con muy buena cara. Valentino, al darse cuenta de esto, le tomo la mano.
-Su útero se ve muy fuerte, pero... tiene una malformación justo en la esquina de...- estaba diciendo.
-¿Y qué solución hay?- lo interrumpió katri...
-Katri...- susurro Valentino.
-Bueno, lo lamento. Podemos intentar algunos tratamientos, pero no creo...- decía la especialista, pero Katrina dejo de oír, solo se quedó ahí, sentada, sin reacción.
Cuando salieron, tomados de la mano, katri seguía sin reacción, cuando ambos subieron al coche katri lo miro.
-Jamás podremos..- estaba diciendo, pero freno sus palabras para esbozar un alarido, un grito de dolor seguido de llantos incontrolables.
-Cariño, cariño...- trataba de consolarla él, mientras la abrazaba.
El tiempo siguió, trataron de reponerse a este gran golpe y siguieron con sus vidas, pero las crisis iban en aumento, sobre todo cuando Maya requería a Valentino por cada situación de su vida, y ya no se relacionaban con los pequeños, sino, situaciones personales de ella.
Las discusiones cada vez eran más seguidas y más fuertes. En una ocasión, Valentino se enojó al ver qué ella estaba viendo información sobre Roger Patrik, sobre que había rehecho su vida, con una nueva pareja y comenzaría una nueva serie de cowboys, algo que le alegro a Katrina enterarse, hacía tanto que no escuchaba información sobre él. Roger había sido un amor muy importante para ella y lo recordaba con mucho cariño.
Valentino se percató de esto y le hizo un escándalo, su inseguridad salió a flote, y comenzó una batalla que duro más de un mes, trataron de reponerse, pero cada vez que sucedía algo el tema salía a la luz.
Ya habían pasado 6 años del diagnóstico de Katrina, y las cosas estaban tranquilas, con su, casi esposo las aguas estaban calmadas desde hace un tiempo, pero la verdad que, también ,desde hacía un gran tiempo prácticamente no se veían, así que tampoco había oportunidad para peleas.
Katrina estaba sola en su casa, ya era de noche, acababa de llevar a su papá a cenar a casa de un amigo en su nuevo auto, ya que había aprendido a manejar. estaba sentada en el sofá, viendo sus redes sociales, con la tienda, el padecimiento de su papá y otras actividades no tenía mucho tiempo para recrearse, así que aprovecho ese momento de soledad , cuando por la ventana vio alumbrar el coche de Valentino que apenas llegaba, justo en el instante en que él entraba en la casa, noto una particular publicación en su instagram, de Maya... Se quedó paralizada ¡Eran Valentino y ella besándose sobre una cama!
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