Capítulo 2 - "La Convocatoria"
La sala del consejo se encontraba repleta de rostros familiares, pero la tensión en el ambiente era palpable. Todos los líderes más influyentes del reino se habían reunido a petición urgente de la reina Elisa y el príncipe Damián.
Damián se paseaba nerviosamente por la estancia, consciente de que todos los ojos estaban fijos en él. Apenas unas horas atrás, era un joven príncipe que vivía ajeno a los asuntos de gobierno; ahora, se encontraba ante la enorme responsabilidad de tomar las riendas de un reino sumido en la incertidumbre.
Junto a él, Elisa se mantenía serena, pero Damián podía notar la preocupación en sus ojos. Ella, como reina, también se enfrentaba a un momento crucial. Juntos, debían guiar al reino a través de los tormentosos días que se avecinaban.
Finalmente, Elisa se aclaró la garganta y se dirigió a la asamblea:
—Gracias a todos por venir con tanta premura. Lamentablemente, nos encontramos aquí por una terrible noticia: nuestro amado rey ha fallecido.
Un murmullo de consternación recorrió la sala. Algunos de los líderes intercambiaron miradas de preocupación, mientras otros se mantenían en silencio, absortos en sus propios pensamientos.
—Sé que esta es una noticia que nos ha dejado a todos conmocionados —continuó Elisa, con voz firme—. Pero en estos momentos de crisis, el reino necesita de nuestra fortaleza y determinación más que nunca.
Damián observaba a los presentes, estudiando sus reacciones. Algunos parecían genuinamente afligidos por la pérdida del rey, mientras que otros mostraban una expresión más cautelosa, como si estuvieran sopesando las implicaciones políticas de la situación.
—Como todos saben, nuestro único hijo, el príncipe Damián, es el legítimo heredero al trono —anunció Elisa, posando una mano sobre el hombro de su hijo—. Es por ello que hemos convocado esta reunión urgente. Debemos decidir los próximos pasos a seguir para asegurar una transición pacífica del poder.
Damián sintió cómo todos los ojos se centraban en él, y tuvo que hacer un esfuerzo por mantener la compostura. Sabía que, a partir de ese momento, cada una de sus acciones y decisiones serían escrutadas con minuciosidad.
Un hombre de avanzada edad, con el cabello plateado y la mirada penetrante, se puso de pie.
—Majestad, mi más sentido pésame por la pérdida de nuestro rey —dijo con solemnidad—. Como líder del consejo de ancianos, permítame expresar mi más sincero apoyo al príncipe Damián en este momento tan delicado.
Damián asintió con gratitud, aliviado de contar con el respaldo de uno de los miembros más influyentes del reino.
—Sin embargo —prosiguió el anciano, con tono grave—, debemos tener en cuenta que, dada la naturaleza imprevista de la muerte del rey, es imperativo que se lleve a cabo una ceremonia de coronación lo antes posible. El reino no puede permanecer sin un soberano.
Otros líderes asintieron en señal de acuerdo, y Damián sintió cómo el peso de la responsabilidad se incrementaba sobre sus hombros.
—Estoy de acuerdo —intervino Elisa—. Es por eso que hemos convocado esta reunión. Necesitamos establecer un plan de acción para garantizar una transición fluida y segura.
—Majestad, permítame ser franco —dijo un hombre de rostro severo, poniéndose de pie—. Si bien el príncipe Damián es el heredero legítimo, hay quienes podrían aprovechar esta oportunidad para cuestionar su ascenso al trono.
Damián sintió que el corazón le daba un vuelco. ¿Acaso habría quienes se opondrían a su coronación?
—¿Qué quiere decir con eso, lord Víctor? —preguntó Elisa, con un deje de preocupación en su voz.
—Existen rumores de que algunos señores feudales podrían intentar aprovechar esta crisis para promover sus propias aspiraciones al trono —explicó Víctor, con tono grave—. Debemos estar preparados para enfrentar posibles desafíos a la sucesión.
Un tenso silencio se apoderó de la sala. Damián pudo ver cómo varios de los presentes intercambiaban miradas inquietas, como si sopesaran las implicaciones de las palabras de Víctor.
—Entiendo su preocupación, lord Víctor —intervino Damián, sorprendiendo a todos con su firmeza—. Pero les aseguro que haré todo lo que esté en mi poder para garantizar la estabilidad y la unidad del reino. Mi único objetivo es servir y proteger a nuestro pueblo.
Víctor lo observó con detenimiento, como si estuviera evaluando la sinceridad de sus palabras. Finalmente, asintió con gravedad.
—Eso espero, príncipe Damián —dijo, retomando su asiento—. El futuro del reino depende de ello.
Elisa observó con orgullo cómo su hijo se había enfrentado a la situación con entereza. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero confiaba en que Damián estuviera a la altura de las circunstancias.
—Bien, entonces debemos proceder a planificar la ceremonia de coronación —declaró Elisa, retomando el control de la reunión—. Sugiero que se realice lo antes posible, para brindar estabilidad y certeza al reino.
Los demás líderes asintieron, y comenzaron a discutir los detalles logísticos y protocolarios de la ceremonia. Damián escuchaba atentamente, consciente de que cada decisión que se tomara tendría un impacto significativo en su futuro como rey.
A medida que la discusión avanzaba, Damián notó que algunos de los presentes parecían más interesados en asegurar sus propios intereses que en velar por el bienestar del reino. Podía ver la tensión y la ambición reflejadas en sus miradas, y eso lo inquietaba profundamente.
Finalmente, después de varias horas de deliberaciones, se llegó a un acuerdo: la ceremonia de coronación se llevaría a cabo en cinco días, dando tiempo suficiente para que todos los líderes del reino pudieran asistir.
Cuando la reunión concluyó, Damián se acercó a su madre, con una expresión de preocupación en su rostro.
—Madre, ¿crees que podremos confiar en todos estos hombres? —preguntó, con evidente inquietud—. Sentí cierta tensión en la sala, como si algunos de ellos tuvieran sus propias ambiciones.
Elisa suspiró, y colocó una mano tranquilizadora sobre el hombro de su hijo.
—Lo sé, Damián —dijo, con pesar—. Estos son tiempos turbulentos, y es natural que algunos busquen sacar provecho de la situación. Pero debes mantenerte firme y hacer valer tu legítimo derecho al trono.
Damián asintió, pero no pudo evitar sentir un nudo en el estómago.
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Comments
Lía Thiago
Estaría alejado de las cuestiones políticas, pero tiene mucha agudeza al observar, eso le será beneficioso.
2024-06-13
1
Milcaris
Tú madre tiene toda la razón. Con los ojos y oidos bien activos.
2024-06-05
1
Milcaris
Victor trae algo entre manos. Cuidado si no está tras la muerte del rey
2024-06-05
1