Margaret
llegué a mi casa, después de lavarme bajé a comer, no dije nada, no quería darle problemas a mis padres, esperaba que todo lo que se arremolinaba en mí ser pronto se fuera apaciguando.
-Hija. ¿Estás bien?, no has comido mucho y estás muy callada.
-Todo bien papi, solo estoy algo cansada con el proyecto.
-Te entiendo no te sobre esfuerces mucho
-Si papi. Voy a subir a dormir. Te amo
Subí y llegué a mi habitación, me observé, frente al espejo, nunca me importo que me dijeran fenómeno, jamás me importo el rechazo de otras personas, o sentirme muy diferente, la verdad lo mío siempre fueron las computadoras, eran fáciles y predecibles, mis papás me habían enseñado a ser siempre respetuosa con las personas y no prestarles atención, mamá una vez me dijo que alguien con un menor IQ que yo no podría ofenderme, sonreí al recordar eso. Pero Kai tenía un IQ más alto que el promedio, no entendía por que dijo eso, pero sus palabras fueron crueles, él me engaño. Eso nunca más lo iba a permitir. Era mejor mantenerme como antes muy alejada de todos.
La mañana llegó rápido, hoy era el día de la presentación, así que me prepare para irme, mi padre me llevo y me deseó buena suerte.
Llegué al aula, pude ver qué ya estaban las personas de la compañía, me posicione en mi puesto. Kai se encontraba en su lugar. No dejaba de verme, no entiendo, siempre estaba con Samantha hasta la llegada del profesor.
El profesor hizo su llegada -Estudiantes con ustedes se encuentran los ingenieros de la empresa FANUC para evaluar sus proyectos. Iniciemos. Comenzó el equipo de Samanta y la IA no corrió, el siguiente equipo tuvo problemas con las gráficas y el siguiente había diseñado un Software para la interacción humana y la IA solo respondió en monosílabos. Por fin fue nuestro turno, me encargué de hacer la solicitud de reconocimiento fácil y procedió a hacerlo con Kai, luego solicité que lo encontrará en redes sociales y así lo hizo. Vi los rostros de asombro. Nuestro proyecto había sido todo un éxito.
Nos felicitaron y recibimos el premio. Finalmente, anunciaron la entrada de las vacaciones de verano. Así que todos salimos del lugar.
Gracias a Dios mi papá estaba esperándome. Fui hacia él, aunque a lo lejos escuché que me llamaban no quería voltear. Llegué al auto.
-Hola hija. ¿Dime qué tal el proyecto?
-Bien papi, arranca. Al girar ví a Kai, quien corría hacia mi dirección.
Al llegar a casa le conté que habíamos ganado. Que iban a utilizar el software y nos iban a pagar por su uso a mí y a mi compañero
-¡Wow Hija felicidades, hay que contarle a tu madre!
-Si papi. Aunque lo que más me encantaría es tenerla aquí, daría todo por eso, por volver a estar junto como antes.
-Mi amor, lo siento tanto.
Mi padre me abrazó y yo solo me dejé consolar por él.
Las vacaciones había comenzado y nos fuimos a la playa, noté que tenía algunos mensajes de Kai, lo bloqueé de todo y oculte mi dirección IP cada vez que alguien con un código similar al de él me buscará perdería toda la información de su navegación, no quería saber nada de él, cada vez que pensaba en eso no podía evitar sentirme incómoda.
Kai.
Llegar aquí y dejar mi familia fue un duro golpe, nunca en mi vida había logrado encajar, siempre era el más inteligente o el más estúpido. Mi padre me obligó a venir aquí con la condición de crear un Software útil para la compañía si lo lograba podría regresar a casa.
La escuela si bien era para Nerds y mentes brillantes, se veían los típicos grupos, así que solo suspiré y entre a la clase que se iba a convertir en mi ruta de escape.
Entre y todos me observaron, el profesor me presento y decidí sentarme junto a una pequeña niña, debía de tener doce o trece años, debía ser un genio, pues la clase ya era para chicos de quince y dieciséis años
-Hola. Saludé
Ella me sonrió. La verdad es que se veía sumamente adorable, tenía el cabello ondulado, largo sostenido en una media cola con un hermoso moño negro, sus lentes aunque grandes dejaban ver sus hermosos ojos oscuros, tenía pecas dispersas entre su nariz y mejillas, que se tiñeron de un ligero rosado, de verdad se veía como una hermosa muñeca.
Estaba frustrado con la programación, nada que corría el programa, noté que la muñequita que tenía al lado no tuvo ningún inconveniente, lo que hacía que aumentará mi vergüenza. Ella se giró y me dio una mano y como por arte de magia mi programa corrió. De verdad que era un genio.
Los días en la escuela eran buenos, de hecho tenía ya un grupo de amigos, aunque eran un poco groseros lo toleraba, como para sentirme parte de algo.
La siguiente clase la muñequita, me trajo un postre y por supuesto me ayudó, con mi programa, me sentí encantado, me gustaba mucho compartir con ella.
Al salir llegaron mis amigos y comenzaron a burlarse, yo negué cualquier acusación y le entregué el postre a uno de ellos, me sentí como un bastardo, pero no quería ser otra vez el chico raro.
Sabía que Maggie era diferente, le costaba interpretar el doble sentido, entendía todo muy literal, a mi me encantaba que fuera tan transparente, pero para los demás eso era motivo de burla.
El tiempo paso muy rápido, el profesor nos explicó sobre el software, sabía que ese era el boleto de salida y la única forma de obtenerlo era con la muñequita, así que no podía estar más encantado
Cuando dijeron lo de las parejas Sam me llamo fui con ella a decirle que no podía estar con ella, que yo necesitaba ganar, así que me volví y le pregunté a Maggie si quería ser mi pareja, ella acepto y no pude estar más encantado.
Las reuniones con ellas eran muy divertidas, ella era demasiado dulce, siempre me daba algún obsequio, algún dulce, lapiceros y yo me sentía muy feliz, conserve cada obsequio, bueno los dulces me los comía, pero guardaba la envoltura, yo quería almacenar esos recuerdos. Nunca me imaginé lo valiosos que serían para mí.
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