3. KITTY

MELODY

Llevaba tres minutos sentada en la mesa, el castaño simpático estaba con otra bailarina sentada sobre sus piernas mientras se murmuraban al oído y ambos reían. Por mi parte estaba notablemente incómoda, sentía la mirada penetrante del hombre que se presentó como Dominic, no lo disimulaba así que decidí comenzar con una conversación.

—¿Cómo dijo que se llamaba? —Pregunte.

Que buena idea, preguntarle su nombre cuando ya lo sé, ¡seré tonta!

—Para ti, me llamo Dom. —Paso el brazo por el respaldo de la silla rozando mi espalda descubierta.

Una gran ola -tsunami- de emociones recorrió toda mi espina dorsal, fue una especie de electricidad que se fue directamente del lugar que tocó hasta mi estómago, por instinto me sobresalté y él me miró mientras sonreía burlonamente.

—Y tú, ¿cómo te llamas?

—Kitty. —Dije. Él negó.

—Tu nombre, el de verdad.

—No puedo decírselo, me echarían del lugar.

Cierto, no puedo dejar que me suceda lo que le pasó a la chica que despidieron el mes pasado. ¡Calma tus instintos, Melody! ¡Pareces una jodida adolescente! ¿Qué te pasa?

—Nunca te había visto por aquí. —Dije para cambiar el tema, parece que funcionó, ya que me respondió enseguida.

—No los frecuento, vine por ese idiota. —Con la cabeza señaló al castaño simpático quien seguía muy cariñoso con la bailarina. Lo mire un momento y regrese la vista a él.

Quítate los lentes, quítate los lentes... ¡Bueno, para ya!

—Oh. -Murmure mientras jugaba con mis manos, nerviosa. —¿Seguirás viniendo?

Él alzó las cejas y se acomodó los lentes de sol mientras se incorporaba en la silla y se acercaba a mi hasta llegar a mi oído.

—Solo si una mujer hermosa y sexy me lo pide. —Me dijo.

Mi piel se erizó al instante, juro que sentí un escalofrío recorrerme por completo, cerré los ojos un instante y mire hacia la barra en dónde Andy, mi amiga me miraba sin comprender.

—Habrá que buscar a la chica. —Intente bromear.

—Bueno, no necesito buscar porque ya está frente a mí. —Sé alejo un poco y ciertamente agradecí.

Vaya, tiene labios grandes...

Mi mente maquinaba la respuesta que iba a darle, pero sin darme cuenta el tomo su celular y se levantó de la silla sin decir una palabra, el castaño simpático del cual no sabía su nombre quitó a la bailarina y se dirigió a él, a unos metros de la mesa, la otra chica me miró sin comprender y pasados unos minutos volvió.

—Tengo que irme hermosa. —Dijo. Asentí lentamente. Se acercó a mí y depósito un beso en mí mejilla, fue apurado y brusco, me removió todo en el interior. —Volveré mañana y espero que ya recuerdes tu nombre.

Tomo su cartera y me dió un fajo de billetes, eran demasiados, tanto que estaba segura de que podría comprar veinte botellas de las que ya había pedido, no ocho.

—¡Oye, pero esto es demasiado!

—Tómalo como una propina. —El castaño me guiño el ojo y se marchó dejándome en esa mesa, con el corazón en la mano.

Mire el dinero y después a la chica que estaba a mi lado quien me sonreía pues también a ella le habían dejado un fajo de billetes pero no tan grande como el mío.

—¡Qué buena noche! —Me dijo ella.

Me levanté de la mesa y fui directamente con Julia quien me miraba sonriente.

—No debiste hacer eso. —Le reproché.

—Pues funcionó querida porque hoy ganaste lo que seguramente ganarías en una semana.

Tomo el dinero y cobro la cuenta frente a mí devolviéndome el resto, fruncí el ceño al ver que me regreso más de la mitad.

—¿Todo esto es para mí?

—Júntate conmigo y obtendrás más de eso. —Dijo divertida.

Le rodé los ojos y me fui al camerino en dónde estaba la chica que estaba con él acompañante de Dom, ella me sonrió.

—¿Eres nueva? Es que no te conozco. —Le pregunté, ella asintió.

—Si, mí nombre es Olivia, pero mis amigos me dicen Livie. —Dijo ella. —¿Te fue tan bien como a mi?

DOMINIC

Salimos del asqueroso bar y subimos a la camioneta, Colin me miraba sin comprender.

—¡Apenas y la tocaste, ¿qué te pasa?!

—Yo sé mi cuento. —Le dije secamente.

—¡Era tu momento, hermano! ¡La mujer está que se cae de buena!

Lo miré con el ceño fruncido.

—A partir de hoy serás ciego cuando la veas, ¿entiendes?

—Claro, pero, ¿te gustó? —Yo me encogí de hombros.

—Es sexy. —Admití.

—Puedo saber, ¿Por qué diablos le dijiste que te llamabas Dominic? ¡Nadie te dice por tu nombre, solo yo y pues... Mamá!

—No te metas en mis asuntos, Colin.

—Jamas haces eso con las chicas y-y no sé, no me gustó que lo hicieras.

—Mala suerte, lo hice. —Chasquee mi lengua en mis dientes y Colin bufó.

Cuando volvimos a llegar a la bodega entre rápidamente para encontrar a mis hombres custodiando a una mujer, no parecía muy mayor si acaso unos cuarenta y cinco años, estaba tirada en el suelo con sus cuatro extremidades atadas y un pañuelo en la boca, ella lloraba desconsoladamente.

—Así que tú eres Kitty. —Dije mientras me acercaba a ella.

-¡No, no, Kitty es mi hija!

—Mmhhh, ¿investigaron a la hija? —Pregunte y Sabueso asintió.

—Está limpia, tiene un trabajo mediocre.

—¡Yo no hice nada malo señor Stredd!

Bufé, con fuerza dirigí mi mano hasta su mejilla y volteé su cara de una bofetada, la mujer cayó al suelo y ella comenzó a llorar aún más.

—¡Cállate la puta boca! —Le grité. —¡Cállate o te juro que no verás más a tu hija!

—Mátala si lo quieres, quédatela, lo que quieras pero déjame ir. —Suplicó.

Sabueso la tomo bruscamente del brazo y volvió a ponerla frente a mí, suspiré.

—¿Tú, estás tratando de venderme a tu hija? —Rei. —Te llevas el premio a la madre del año.

Mire a Colin quien reía junto a Sabueso, camine hasta ella y me puse en cunclillas.

—Querida Kitty, tú y yo tendremos una noche muy larga. —Le sonreí mientras escupía en su cara. —Comencemos que estoy muy emocionado.

Ella bajo la cara humillada.

—¿Quién te vende? —Pregunte directamente.

-Uno de tus compradores.

Mentira, era una absoluta mentira, ella no era clienta de alguno que trabajé para mí.

—Odio cuando me quieren ver la cara de idiota. —Bufe. —Sabueso, córtale un dedo. —Dije agotado.

Sabueso camino hasta ella y está chillo horrorizada, intento decirme algo, pero no la escuché, tenía que aprender que las cosas se hacían y decían cuando yo quería, no cuando ellos tuvieran ganas.

Los gritos eran desgarradores, pero ciertamente no sentía ni un poco de empatía por ella, Colin miraba la escena extasiado y Sabueso sonreía. El dedo índice de la mano derecha rodó hasta quedar a mis pies, lo pateé lejos y aún con su mano sangrando me volví a acercar.

—¿Te refrescaste la memoria?

—¡Si, si, ya por favor! —Sollozo. —Es Purcell, es Purcell.

¿Purcell? Pero si el murió hace dos años...

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Comments

Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

.La zorrra de la madre de Kitty con tal de que le den la droga es capaz de todo Dominic le da una lección por ser tan ruin

2024-04-10

1

Elvira Fretes

Elvira Fretes

es la madre de Kitty, en qué lío metió a su hija, vieja asquerosa debería morir 😡

2024-04-09

0

Emely Rumion

Emely Rumion

hay viene el misterio y quedar bien pica cn ganas de mas😄😄😄

2024-04-01

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