Capitulo 10

Willow:

El portero empujó la puerta cediéndome el paso, le sonreí algo nerviosa, al menos me aseguré en ver el auto de Darío, así que si o si hablaríamos por las buenas por que de aquí no me iba ir.

Portero: Niña Willow.

Willow: ¿Darío tiene tiempo que llegó?

Portero: Si niña. La anuncio.

Negué con la cabeza, quería entablar la mejor manera y la mejor plática, sé que aunque no se espera que esté aquí no dejaría que me fuera así por que si.

Willow: No hace falta. Él ya sabe que vine.

Portero: De acuerdo niña.

Sonreí caminando hacia el ascensor, oprimí el botón en espera de que las puertas se abrieron. Se abrieron, entré levantando mi mano en forma de despido, el portero me sonrió correspondiendo a mi saludo.

Las puertas se cerraron, oprimí el piso de su departamento, di varios pasos hacia atrás reposando mi cuerpo en la pared del ascensor, respiré profundamente.

TUN.. TUN.. TUN.. TUN.. TUN ..

Llevé mi mano hacia mi pecho, necesitaba tranquilizarme, aunque según yo estaba tan tranquila, pero había algo que me hacía quedarme demasiado inquieta, no es que fueramos a terminar, pero era como un extraño presentimiento que estaba teniendo, pasé mi mano por mi frente viendo que hasta estaba sudando, revisé mi bolso tomando mi móvil, lo miré que tenía varios mensajes y llamadas, números desconocidos y mensajes de Dalia y Gilli para la salida de mañana Sabado, les iba contestando que claro que teníamos que salir, así Darío estaría conmigo después que todo saliera bien.

Las puertas del ascensor se abrieron, salí sintiendo un poco de mareo, me sostuve de la puerta, negué con la cabeza, de seguro era por la bebida que me había tomado. Respiré profundamente, caminaba pasando los demás departamentos, sentía una tremenda intranquilidad, ¿Qué sería lo que me está pasando?

Me detuve frente a la puerta del departamento de Darío, acomodé mi vestido jalando un poco hacia abajo, negué con la cabeza con una pequeña sonrisa. Mis manos se fueron directo a mis oídos al escuchar el fuerte trueno, caminé hacia la ventanal del piso, viendo como la lluvia empezaba a caer.

Willow: Por suerte llegué a tiempo.

Regresé frente a la puerta, respiré profundamente, levanté mi mano admirando lo hermosa que es mi sortija, le di un beso con mis labios.

TOC!! TOC!! TOC!!

Mordí mi labio inferior, crucé mis brazos hacia atrás entrelazando un poco mis dedos, removía mi cuerpo al frente hacia atrás… me detuve acercando nuevamente mi mano hacia la puerta, di 3 toques con más fuerza. Bajé mi mirada mordiendo mi labio inferior, mi mirada se fue hacia el ventanal viendo como iba arreciendo cada vez la lluvia.

TOC!! TOC!! TOC!! DIN DON!! DIN DON!!

No me agradaba mucho tocar el timbre, pero esperaba con esto si lograra que escuchara, eso de tener el sueño demasiado pesado era típico de Darío. Mi corazón empezaba a latir cada vez. Llevé mi mano hacia mi pecho restregando un poco mis dedos, me dolía demasiado.

Escuché que se empezaba abrir la puerta. Darío entreabrió sus labios asombrado de verme aquí.

Darío: Willow.

Willow: Tenemos que hablar.

Darío: Pero…

- Darío ¿Quién es a esta hora?

Sentí como una fuerte punzada fue directo a mi corazón, tragué saliva al escuchar una voz de mujer, esa voz la había escuchado reconociendo a la perfección, levanté mi mirada hacia Darío.

Darío salió de su departamento, di varios pasos hacia atrás, viendo que tenía marcas en su cuerpo como si hubieran dado chupos y arañazos en sus brazos.

Willow: dime.. dime que esto no es verdad.

Darío: Willow. Deja..

Mis ojos se llenaron de lagrimas negando con la cabeza cuando la puerta se abrió, miré hacia Keila que sonrió un poco nerviosa viendo que estaba con una de las playeras que él mismo me había regalo y usaba para pijama.

Keila: Willow.

Willow: Kei… Keila.

No podía articular palabra, negué con la cabeza una y otra vez, abrí y cerré mis ojos bajando la mirada, cerré mis ojos con fuerza, no quería derramar ni una sola lagrima, tenía que hacerme a la fuerte. Mi respiración empezaba a estar entrecortada.

Darío: Willow. Lo de hoy me hizo reflexionar mucho.

Levanté mi mirada dejando caer unas lagrimas que aparté de inmediato, asentí con la cabeza sonriendo, no iba a ponerme a discutir esto lo había dejado demasiado claro, no había que decir.

Willow: Si, tienes razón. Lo de hoy te hizo reflexionar que tenías que regresar con Keila.

Keila: Lo lamento Willow, Darío nunca dejó de amarme.

Miré hacia Darío que solo estaba con la mirada fija en mi, di varios pasos hacia atrás. Él intentó acercarse pero negué con la cabeza.

Willow: fui.. fui una tonta al pensar que lo de hoy fueron celos, pero cierto… fuiste a demostrar tu inseguridad tu miedo que te haga lo mismo que quien sabe cuantas veces me has hecho.

Darío: No, Willow.

Mi corazón me avisaba lo que estaba pasando y yo pensando que era por la emoción de verlo y saber que al hablar dejaría muchas cosas en claro y hacer que él creyera en mi como muchas veces lo ha hecho. Sostuve mi sortija de compromiso quitándomela de mi dedo. Extendí mi mano, él no hizo por tomarla, solo negó con la cabeza.

Darío: Willow, sol o fue un desliz.

Willow: ¿Un desliz?

Keila: Darío.

Pasé mi mano hacia la dirección de Keila, ella sin importar la manera en que estaba extendió su mano, pero Darío sostuvo su mano negando con la cabeza.

Darío: Déjanos solos.

Willow: No, Keila, estas en su departamento y yo afuera. Él ya escogió.

Darío: No seas ridícula. Yo he estado en las buenas y en las malas.

No podía creer escuchar sus palabras, por más que quiera hacerme sentir como que esto fue por mi culpa, no lo iba a conseguir. Arrojé la sortija cayendo quien sabe donde, no había nada que cambiara lo que estaba viendo ante mis ojos.

Willow: Fuiste quien decidió.

Me di la media vuelta apresurando el paso, negaba con la cabeza, podía escuchar pasos apresurados que venían detrás de mi, oprimí el botón, esperando que las puertas se abrieran, tenía una tremenda angustia y una desesperación que solo quería marcharme cuanto antes.

Darió: Willow, por favor, perdón en dos meses nos vamos a casar.

Me di la media vuelta mirándolo, mis lagrimas empezaban a caer sin poder contenerlas, ¿acaso no se estaba dando cuenta de sus palabras?

Willow: ¿casarnos? Metiste a tu ex novia a tu casa, a tu cama, a nuestra vida, a tu intimidad que compartías conmigo. ¿Cómo me pides… ayyy?

Negué con la cabeza, él me sostuvo de los brazos juntando su cuerpo con el mío, me removí de su agarre dando la media vuelta apartándome de él.

Willow: NO ME VUELVAS A TOCAR… ¿Cómo PUDISTE? ¿Cómo PUDISTE?

Darío: Willow, cometí un error, lo siento.

Las puertas del ascensor se abrieron, negaba con la cabeza entrando, levanté mi mirada hacia Keila que hasta su risa de estúpida le quedaba muy bien en este momento, oprimí el botón de planta baja, Darío detenía las puertas, rodé los ojos apartando la mirada de él. Sostenía mis manos con fuerza, sino lo hacía sentía que me derrumbaría aquí.

Darío: No, Willow, me equivoqué, eres la mujer con quien quiero estar, Keila, no me interesa.

Sus palabras tan vacías y llenas de mentira, empujé a Darío haciendo que se vaya hacia atrás, metió sus manos, no iba a dejar que me fuera pero de lo que pudiera decir o hacer ya era demasiado tarde, di varios pasos saliendo del ascensor, corrí hacia la puerta de las escaleras de emergencia, Darío empezaba a seguirme, empujé con fuerza la puerta empezando a bajar los escalones, me sostenía del barandal y tener cuidado de no caerme.

Darío: Willow, espera. Espera por favor.

No quería seguir escuchando su voz que retumbaba por mi cabeza, solo quería largarme de este lugar y no me importaba quedarme sin piernas pero bajaría los escalones, prefería irme y escuchar más mentiras de su parte. Nada de lo que dijera haría que pensara que me hablaba con la verdad, todo lo que toca lo echa a perder, sus palabras en este momento solo eran punzadas que necesitaban salir de mi corazón cuanto antes.

Darío: WILLOWWWW…

Empujé una de las puertas saliendo corriendo, llegué a las puertas del ascensor que enseguida se abrieron, entré haciendo que se cerraran, cerré mis ojos dando pasos hacia atrás, negué con la cabeza, abracé mi cuerpo con mis manos tan fuerte como podía.

Willow: Por que? ¿Qué hice mal Darío? Siempre te cuide, siempre te respeté, siempre eras tú. Siempre fuiste tú.

Levanté mi mirada hacia el techo. Por más que quería buscar alguna explicación, no lograba encontrarla, a dos meses de casarnos y todo se fue a la basura, las puertas del ascensor se abrieron, salí de prisa con paso rápido sin detenerme y sin mirar hacia atrás, no me importaba si se estaba cayendo el cielo, solo era cuestión de dejar este sentir.

Portero: Niña Willow. Permítame.

Willow: Noooo, si va a ayudarme, solo evite que Darío venga detrás de mi.

El hombre me miraba asustado sin entender lo que estaba pasando, para mi era mucho mejor a que me hiciera preguntas, abrí la puerta me quité las zapatillas corriendo hacia mi auto, abrí la puerta entrando, aunque estaba demasiada mojada no pensaba en detenerme hasta llegar a mi casa. Empecé avanzar acelerando a todo lo que daba, mis lagrimas opacaban demasiado mi visibilidad y más con la lluvia que no me permitía ver mucho.

Los limpia parabrisas se movían de un lado y del otro, empecé a bajar la velocidad, tuve que aparcarme a un lado de la calle esperando que cesara un poco, apagué el auto.

Willow: No encuentro respuestas Darío.

Cubrí mis rostro con mis manos, del dolor tan fuerte que sentía al verme engañado de esa manera, si tan solo me hubiera dicho que aun sentía cosas por su ex novia, lo hubiera entendido, pero ¿por que callar? ¿Por qué lastimarme de esa manera?

Willow: no es justo. NO ES JUSTO.

Reposé mi rostro sobre el volante, sentir como un fuerte sentimiento de traición ha llegado a mi vida, lo hace mucho peor, cuando todo es perfecto en mi familia, con Wellia y mi madre, es Darío quien decidió arruinarme la vida.

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Willow

Darío

Keila

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