Se le van a caer las bragas al verlo

Samuel

Desde que conocí a Matías el primer año de universidad siempre hemos estado juntos, a pesar de ser de diferentes clases sociales me ha tratado siempre como su igual.

Gracias a él, pasé de ser el chico que caminaba dos horas para ir a la universidad con el objetivo de ahorrar ese dinero para almorzar, al gran empresario que soy ahora. Y justamente por mi gratitud es que en estos momentos lo estoy ayudando en la mayor estupidez económica que pudo haber cometido

_ este lugar es una mierda _ le digo por quinta vez, mientras revisamos los papeles de la administración. Eso que solo leí una carpeta y faltan cientos.

_ ¡ya te escuché! Si seguirás quejándote, ve a hacer algo productivo y busca al jefe de recursos humanos. Necesito las carpetas de los empleados.

_ como ordene, jefe _ exclamo con sorna al levantarme.

Lo busco por varios pasillos hasta que lo encuentro coqueteando con un hermoso espécimen rubio, ¡que mujer mas hermosa! Y eso que lleva solamente unos pantalones de jean, una camiseta blanca y un saco marrón, sencillamente perfecta

Tiene unos hermosos orbes celestes y su cabello corto termina en sus hombros, carga los labios más tentadores que vi jamás. Cuando estoy por acercarme, cuando mi celular suena, es Matías. Maldito loco con trastorno de ansiedad.

- ¿ya lo encontraste?

- ¡eres muy impaciente! Si ya lo hice - miro en busca del hombre y lo veo perderse con la mujer tras un pasillo - maldición

- ¡apresúrate Samuel!

- ya voy - gruño terminando la llamada.

Vuelvo a buscarlo y no lo encuentro por ningún lado, es como si lo hubiera tragado la tierra. Hasta que lo veo salir de un consultorio desarreglo, al parecer obtuvo lo que buscaba, me molesta un poco que semejante mujer esté con esta poca cosa

_ ¿Richard no es así?_ le pregunto acercándome, nos habían presentado hace dos horas, él sabía, que yo era el secretario del nuevo dueño.

_ si dígame, ¿qué se le ofrece?

_ necesito los expedientes de todos los empleados.

_ si por supuesto ¡acompáñeme! _ miré hacia la puerta para verla salí seguramente se quedó a arreglarse

Romina

Furia es lo único que siento ante las palabras de mi amiga, sé que sus padres son una mierda, pero llegar sacarle la única cosa que la hace feliz es de miserables.

_ ¡vamos a hablar con el dueño!_ exclamé arrastrándola conmigo.

_ no _ contesta saltándose de mi agarre _ si logró hacer que me echen, ¡es inútil protestar!

_ ¡por favor!_ acuné su rostro _ por Dios Aldana, ¡por una vez en tu vida, pelea por lo que te corresponde!

_ ¡lo haré! A partir de ahora ¡lo haré! Pero en este momento debo ir por otro camino este trabajo lo conseguí gracias a mi padre.

_ doctora Aldana, lamento informarle que está oficialmente despedida _ habla Richard, el jefe de recursos humanos, detrás de mí.

Giro encontrándolo con una satisfactoria sonrisa. Vuelvo a mirar a Aldana quien no responde y sale.

_ ¡eres un imbécil! ¡Se supone que debes llevarla a la oficina para despedirla y en privado! _ lo empujó. El muy imbécil, me la tiene jurada desde que lo rechacé y sabe lo importante que es Aldana para mí.

_ ¡son órdenes de arriba!_ dice sin dejar de sonreír.

Corro a buscarla, para mi mala suerte ya se fue. Debía llegar al cambio de guardia por lo que encierro mi enojo y camino de regreso

_ hoy estás hermosa _ murmura el hijo de put@ detrás de mí, ¿que no se había ido? sigo caminando, ignorándolo _ ¿estás disponible para mañana? ¿A qué hora paso a buscarte?_ detengo mis pasos para mirarlo _ quizás pueda hacer algo, a favor de tu amiga, piénsalo _ se lame los labios y me guiña un ojo.

_ cuando sean nueve menos cuarto _ respondo de forma seductora acercándome y lo veo sonreír _ ¡para nunca! _ le muestro ambos dedos del medio y continúo hacia mi sector

_ ¡por favor! ¡Nunca conseguirás un mejor partido que yo!_ me persigue hablando, ¿Por qué algunos hombres son tan estúpidos.?

Por suerte llego hasta mi sector y como se llevó a la cama a varias de mis compañeras, se va. Sabe que ellas sí lo quieren para algo más, sin embargo, este esperpento solo las usa una vez.

Me tranquilizo cuando el portero de mi edificio me avisa que Aldana llego a casa

Son las 18 hs cuando un mensaje del director llega a mi teléfono, pide que todos los jefes de los diferentes sectores estemos presentes, ya que llego el nuevo dueño del hospital.

Trabajo aquí hace 7 años y es la cuarta vez que cambian de dueño, nadie quiere hacerse cargo del desastre que conlleva esta institución.

Cuando entro al auditorio, veo que está preparado con mucha comida, parece que esté nuevo jefesito si sabe atender a sus empleados, quizás pueda hablar con él sobre la situación de Aldana

Minutos después ingresa al lugar un moreno muy alto, ¡justo como me lo recetó mi médico! Lleva un traje negro que se ajusta esos músculos ¡sexy! Creo que mi regla de no relacionarme con los hombres de mi trabajo acaba de ser descartada.

Detrás del morenote sexy, entra un rubio vestido con un traje azul unos centímetros más bajo. Sonrío al reconocerlo, más cuando lo presentan como el nuevo dueño. ¡A mi amiga se le van a caer las bragas al verlo, literalmente! O quizás él se las quite.. Lo que suceda primero.

Luego de las presentaciones, y el bla bla bla, voy hasta su oficina para hablar con el hombre. No lo logro porque el sexy moreno me lo impide.

_ señorita, el señor Mantilla, no está interesado en una aventura _ murmura mirándome, y mi poco sentido común se va volando

_ ¿perdón? ¿Acaso crees que soy una de las zorras que buscan sexo a cambio de un puesto de trabajo?

_ no quise decir eso.

_ ¡no me tomes por estúpida!

_ ¡yo no dije eso!

_ ¡lo que tienes de sexy lo tienes de imbécil!

_ ¿me está insultando o halagando?

_ ¡por supuesto que lo estoy insultando!

_ ¡pues gracias por lo de sexy! _ me sonríe, y ¡qué boca! Hermoso chocolate. ¡Romina, concéntrate, estás peleando, no coqueteando!

_ ¡de nada! Ahora permíteme pasar que debo hablar ¡con su jefe!

_ ¡mañana daremos turnos a cada empleado para una reunión!

_ no es sobre el trabajo

_ ¡entonces leí bien sus intenciones!_ murmura riéndose, ¡agh.. quisiera golpearlo!

_ y yo lo leí, ¡muy mal! ¡Es la primera vez que me equivoco tanto!

_ ¿qué quiere decir?

_ nada, esperaré hasta mañana, a que llegue mi turno como dijo.

Me voy hacia vestuarios para ireme, tengo otro imbécil para mi interminable lista de imbéciles, pero este es un desperdicio, estaba para comérselo enterito

Llego a casa lo más rápido que puedo. La encuentro acostada, su rostro está hinchado de tanto llorar y pañuelos descartables por doquier. Me preocupaba que terminará humillándose y regresará a rogarle a su padre.

¡No lo hizo! Mi pequeña y angelical amiga decidió romper sus barreras.

Barreras que la limitaron y dominaron durante sus 28 años de vida. Me acuesto detrás de ella, abrazándola.

_ ¿cómo estás?

_ ¡bien!

_ ¿me extrañaste?

_ ¡mucho!

_ ¿tienes hambre?

_ si _ creo que hoy no puedo esperar más que una palabra en respuesta.

_ pediré una pizza

_ bueno

_ ¿viniste aquí directamente o fuiste a otro lado?

_ vine aquí..

Nos quedamos en silencio y vuelve a sollozar

_ Romina necesito a ese hombre. Necesito que me haga lo mismo que me hizo ese día. No tenía dolor. Sus caricias me hicieron olvidar todo lo malo, por primera vez viví y disfrute ese momento... Me siento una puta.

_ ¡no digas idioteces! El sexo es una necesidad fisiológica y conseguir a alguien que se complemente perfectamente a ti en la cama, es difícil y tú lo encontraste en la segunda persona, ¡eres afortunada!

_ quizás, él no sienta lo mismo

_ ¿entonces porque compraría un hospital que está al borde de la banca rota?

_ ¿qué?_ gira a mirarme y le sonrío

_ ¡es nuestro nuevo jefe! Y prepárate porque seguirás trabajando, ¡y como la mujer del jefe!

_ ¿tú crees qué…?

_ ¡no lo creo! Estoy segura de que lo hizo por ti _ evita mis ojos… La conozco y sé que está dudando de sí misma y su valor

_ quizás es casualidad ¿quién gastaría tanto dinero por una mujer?

_ pues mañana me reuniré con él y le preguntaré.

_ ¡no seas imprudente!, seguramente es un hombre que ha tenido muchas aventuras por como me.. _ se sonroja sin terminar su argumento.

Estoy segura de que recuerda la revolcada que le dio ese hombre.. ¡Después me dicen que el sex@ no enamora! He aquí un ejemplar que se enamoró luego de ser foll@da sin contemplaciones.

_ ¿como qué?

_ nada, solo que no creo ser tan importante

_ ¡vamos amiga! Estas tetas son adictivas _ le comprimo los pechos con mis manos y salgo corriendo.

_ ¡te dije que no me hagas eso!_ grita mientras me arroja el almohadón que choca contra la puerta.

¡Sí! Lo esquivé justo a tiempo.

Samuel y Romina (las fotografías no me pertenecen son de pinterest

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