Capitulo 20. Deja de fingir.

Después de un rato, finalmente apareció y me sostuvo ansiosamente. Escuché su suave voz en mi oído: "Dulce, no puedes ver nada, ¡así que no corras!"

Parecía ser la mayor cantidad de palabras que me había dicho en la villa en medio mes.

Mi corazón tembló, luego puse mis brazos alrededor de su cuello y quise tocar su área herida, pero cuando estaba a punto de preguntarle si me dolía, me congelé.

El lugar donde había sido herido era liso y no había señales de lesión. Podía sentir su piel caliente, pero tampoco parecía haber signos de sangrado.

Tenía una pequeña duda al respecto, pero no le pregunté.

Tal vez pensé demasiado, pero el olor a sangre en mis dedos era tan claro.

De repente, Max me agarró de la muñeca y me preguntó con sorpresa y preocupación: "Dulce, ¿te lastimaste?"

Me quedé paralizada por un momento, de repente un pensamiento vino a mi mente, pero parecía que nunca sucedería.

Sostuve el brazo de Max con fuerza y lo miré de cerca, "Max, tengo hambre y quiero comer algo que me dijiste el día que te fuiste".

Max dijo casi sin dudarlo: "He comprado albóndigas. Te los cocinaré más tarde".

Sus palabras pusieron fin a la idea en mi mente. Mi corazón estaba lleno de amargura. ¿Me equivoqué de nuevo?

Pero, ¿qué pasa con el corte en su cuello?

Max de repente sonrió y dijo en un tono relajado: "Dulce, lo siento. Accidentalmente me manché de sangre los dedos".

Me limpió la sangre de los dedos mientras hablaba, me quedé allí sentada.

No sabía por qué siempre sentí que era un poco exagerado cuando dijo eso.

También sentí que todo a mi alrededor parecía volverse sospechoso.

Originalmente, quería preguntarle algo sobre ese día, pero de repente sentí que me dolía la parte inferior del abdomen. Muy pronto, me sentí mareada y apenas consciente.

Escuché vagamente la voz ansiosa de Max, pero su voz se alejaba cada vez más de mí.

Tuve un sueño en el que estaba encadenada y rodeada de hombres. No dejaban de tocarme con sus manos repugnantes, yo quería morir pero no podía moverme.

Sentados frente a mí estaban Darien y Yuli. Darien sostuvo a Yuli en sus brazos y me miró con una mueca de desprecio mientras este grupo de personas me contaminaba y humillaba, como si estuviera disfrutando de una película.

El miedo y la tortura interminables me hicieron rugir. De repente, el dolor en la parte inferior de mi abdomen me despertó.

El repentino resplandor me hizo cerrar los ojos incómodamente. Pero en ese momento, me alegré de darme cuenta de que mi vista... había sido restaurado!

Una vez más, abrí lentamente los ojos para ajustar la luz perdida hace mucho tiempo. Aunque todavía era un poco incómodo, mi corazón estaba lleno de alegría.

El medio mes que pasé en la oscuridad me hizo sentir miserable. Pensé que pasaría el resto de mi vida en la oscuridad.

Tan pronto como me senté, la puerta se abrió de repente y descubrí que era Darien quien entró.

Me estremecí, pensando en el día en que estaba atado por cadenas y pensando en las palabras viciosas de Yuli, todo lo cual todavía me rodeaba como una pesadilla.

Me senté rígido y lo miré inmóvil.

Darien se acercó a mí con gentileza. Vi una sensación de lástima en sus ojos, que solían estar llenos de disgusto y frialdad hacia mí.

Se sentó a mi lado, me tocó la mejilla y suspiró suavemente.

Me estremecí y lo miré fijamente. Su suspiro era el que mejor conocía, el que solía oír cuando estaba ciega.

Tal vez fue porque las personas ciegas tienden a oír mejor.

De repente, esa idea volvió a mi mente. Extendí la mano y tomé la mano que me tocó la cara y miré hacia abajo. .

"¿Tú... ¿Me amas?" Todavía miraba hacia abajo y no lo miraba. Ahora que mi vista había sido restaurada, si miraba directamente a Darien, él podría leer mi mente de un vistazo.

De repente quise reírme en este momento. Quería reírme de mis propios pensamientos estúpidos y patéticos. A pesar de que me habían herido tanto, todavía estaba fantaseando con el hombre que me lastimó.

La mano de Darien se detuvo por un momento mientras sonreía suavemente y me sostenía en sus brazos de repente.

El abrazo familiar despertó mi odio. Recordé el espacio vacío donde había sufrido tanta humillación, ¡y cómo me sentí al ser tocada por ese grupo de personas!

Estaba a punto de apartarlo cuando me pellizcó la barbilla y dijo en un tono frío: "¿Amor? Dulce, ¡qué tacaño eres! ¿Crees que mereces mi amor?"

¿Qué?

Levanté la cabeza en estado de shock y miré su hermoso rostro. Podía verme claramente a mí mismo a través de sus ojos oscuros.

Darien se burló, sus delgados labios cerca de los míos, pero sus palabras eran como cuchillos: "Desde el momento en que entré en la habitación, supe que tu vista había sido restaurada. ¿Sigues fingiendo tontamente ser ciego?"

Negué con la cabeza con impotencia y me dolía en ese momento. Resultó que él ya sabía que me había recuperado, pero en lugar de exponerme, me avergonzó mucho e incluso me humilló una y otra vez.

Luché y quise liberarme de sus brazos mientras rugía: "¡Déjame ir!"

Darien me sostuvo en sus brazos nuevamente. Su voz era fría y áspera, "No has sido una masa de moretones, entonces, ¿cómo puedo dejarte ir?"

Cada palabra que decía me rompía el corazón. Me cansé de alejarme de él y seguí dándole palmadas en el hombro, pero nada funcionó.

"Darien, ¿qué quieres que haga antes de que estés dispuesto a dejarme ir?" No pude evitar llorar en voz alta. Le di una palmada en la mano y le pellizqué el cuello con fuerza. ¡Lo odiaba y deseaba poder matarlo de inmediato!

Darien me pellizcó la nuca con ambas manos y apoyó su frente contra la mía. Sonrió encantador pero despiadado: "Estás destinada a estar entrelazada conmigo para siempre. ¡No creas que te perdonaré!"

La puerta se abrió de repente y Yuli dijo sarcásticamente: "¡Sí, hermana afortunada! Caíste en las manos equivocadas, pero escapaste ilesa".

Se acercó a mí y me miró desafiante. Luego puso sus manos sobre el hombro de Darien y dijo encantadoramente: "Darien, te extraño mucho".

Darien sonrió. Me arrojó sin piedad sobre la cama, luego se dio la vuelta y sostuvo a Yuli en sus brazos. Sus ojos estaban llenos de ironía mientras me miraba a mí, que ya estaba en un lío, "Dulce, tu pesadilla acaba de comenzar. Lo malo nunca muere. ¡Veré cuánto tiempo puedes aguantar!"

Luego se fue con sus brazos alrededor de Yuli. Me tumbé rígida en la cama y lloré en silencio. Apreté el puño, con las manos ya ensangrentadas.

Siempre me lastimaba frente a Yuli una y otra vez, luego se iba con ella sin piedad.

Siempre apagaba el destello de esperanza que se había encendido en mi corazón.

Estaba atrapado en un dolor y remordimiento interminables, ni siquiera me di cuenta de los pasos que sonaban detrás de mí.

No fue hasta que la voz de Yuli sonó detrás de mí que me di cuenta de que había regresado.

Me senté y la miré con odio, "¿Qué estás haciendo aquí otra vez?"

Yuli se acercó a mí con una mueca de desprecio. Me encogí inconscientemente, pero ella me agarró de la muñeca y dijo con aire de suficiencia: "Dulce, pasado mañana es mi boda cpn Darien. Eres bienvenida a venir. ¡Quiero que veas al hombre que más amas casarse con la mujer que más odias!"

Levanté la mano y le di una bofetada. Apartó mi mano, frunciendo el ceño de dolor y cubriéndose la cara con la mano. Me puse de pie y la presioné paso a paso. Una vez más, le di una bofetada, lo que la tomó desprevenida.

Estaba tan enojada que rechinó los dientes.

Quería devolverme el golpe, pero rápidamente tomé un termo y la golpeé con fuerza. Gritó, pero ya era demasiado tarde para esconderse.

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