GARRETH (CAP. 05)

Antes de mandar al diablo nuestra amistad, el tono de llamada de mi mamá me saca del trance. Me estiro rápidamente.

* Hola, mami.

Escucho la pequeña risa que siempre le provoca a Susan, el escucharme llamar de manera cariñosa a mi mamá. Yo también sonrío, pero al escuchar silencio se me borra.

* Mamá, ¿qué pasa?

Susan también se sienta, con preocupación en su rostro.

^ Garreth, tu tía...

Mi mamá me contó sobre el cáncer de tía Adriana. Empiezo a temblar. Siento la mano de Susan tomar la mía.

^ Tu tía Adriana ha fallecido.

Susan saca su laptop y la veo comprar dos pasajes para Chattanooga. No necesito preguntar para quién es el segundo. Sé que no me dejará ir solo.

Llegamos a la casa grande de la familia en dos días. Veo a mis primos, mi tíos y mi abuela acomodar el lugar para el velorio. Mi mamá ya conocía a Susan, pero igual vuelvo a presentarla con todos. Todos nos ponemos a trabajar. La urna de mi tía llegará mañana.

Durante el día, veo a mi abuelo. Ese hombre fuerte se perdió el día que dejó ir a mi tía. Está super delgado, se ve 20 años más viejo y desarrollo rápidamente alzheimer.

Llega el día y recibimos muchas visitas. Estaba todo tranquilo, hasta que escuchamos el jadeo de mi abuela. Nos giramos a verla y vemos sus ojos bien abiertos. Volteamos a la dirección que está viendo y todos nos congelamos.

Ahí, en la puerta, entrando con esa seguridad que siempre la ha caracterizado, se encuentra mi prima. Mi prima mayor. La cabeza de familia de nuestra generación. Esa chica que siempre se veía tan grande, incluso ahora conmigo mucho más alto, ella se sigue viendo grande e imponente. No creo ser el único a punto de salir corriendo en su dirección, pero mi mamá y mi tía Rachel se nos adelantan. Las vemos abrazarla y los ojos de Layla se ponen brillosos por las lágrimas. Todos nos parecemos, si nos ven por la calle sabrían que somos familia. Ver a sus tías seguro le recuerdan a su mamá. Veo el momento en que se recompone, se aleja suavemente de mi mamá y mi tía. Se acerca a mi abuela y la abraza.

Se separa y gira sus ojos sin brillo hacia mi abuelo. En este momento, ella es otra Layla y lo comprueba cuando habla.

× El que debió morir, eras tú.

Mis tíos formaron una barrera entre mi abuelo y ella. Se vio ridículo, ya que ella no se acercará a él. No quiere acercarse a nadie a propósito.

** ¿Cómo te atreves a decir eso? Todos extrañamos a tu mamá. Nosotros la conocimos mas tiempo que tú. No es momento de señalar culpables.

De todos, tenía que hablar tío Julian.

× Y ¿de quién es la culpa que yo no haya podido ver a mi madre desde los 15? Mejor quédate callado, hoy no es tu día de pagar.

Sentí un escalofrío bajar por mi espalda, ella nunca habla en vano.

** soldados, arresten a esta haragana. Una noche en la carcel le despejará las ideas.

Julian le ordena a los pocos soldados que hay. ¿Cuál es su problema? No puede dejarla tranquila. Ha regresado después de tiempo, su mamá falleció y le quieren dar una fría bienvenida.

× Déjenme ahorrarles remordimientos, señores. Uds no me pueden arrestar, ni tu inútil puedes dar esa orden. Estamos en el velorio de mi mamá, no en tu regimiento donde puedes hacer lo que te venga en gana.

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