Ha pasado una semana desde el encuentro en la cantina de Rubén con el vendedor Carlos y hoy se concretaba la entrega de los potrillos en la casa de Rubén.
Carlos- te has quedado con unos hermosos ejemplares, estos potrillos son de buena cría y si los cuidas les sacaras mucho provecho.
Rubén - yo también lo creo y espero que lo logré, estoy más que mi trabajo es mi pasión me encantan los caballos y cada vez que logramos vender uno de ellos me produce una gran tristeza.
Carlos- todos los criadores tienen un caballo viejo al que quieren mucho y no se logran desprender de él.
Rubén- así es, mi caballo más querido lo tengo desde los 15 años se llama "Apolo" es muy especial para mí, y creo que nunca podré desprenderme de él pese a ser viejo, tiene buena salud.
Carlos- me alegro de que así sea.
Rubén - espero que sigamos haciendo negocios de ahora en adelante.
Carlos- a mí también así tengo una excusa para venir a la cantina del pueblo.
Rubén - usted tiene un interés especial en esa cantina.
Carlos- esa señorita Cecilia me agrada mucho, pero pese a mis insinuaciones me rechaza y dice que no me merezco una mujer como ella que solo quiero acercarme a ella por lástima para sacarla de su situación.
Rubén - y tiene algo de razón lo que esa señorita piensa.
Carlos- honestamente no lo sé, me gusta mucho hablar con ella y la encuentro muy atractiva, me gusta su comida, pero de ahí a quererla como mujer no lo creo.
Rubén - entonces la apreciación de esa señorita es verdadera.
Carlos - me da mucha tristeza su situación y me gustaría ayudarla, pero sé que no le atraigo como hombre y ella solo me ve como el hermano de su amiga y por lo mismo no se aprovecha de lo que yo le ofrezco.
Rubén - eso habla bien de ella, de su integridad y valores.
Carlos - ojalá alguien logré alguna vez ayudarla y darle la vida que ella se merece.
Rubén - yo también lo espero ella ya ha sufrido mucho en su vida, yo por lo menos tengo a Arthur que me acompaña y con quién puedo hablar y ella hasta para leer un libro debe hacerlo escondida.
Más tarde en casa de Rubén.
Arthur- joven avisaron que su padre no llegara a dormir y se quedara en la casa amarilla está noche.
Rubén - mi padre no aprende, por lo menos tuvo la decencia de avisar que se quedará a dormir con esas mujeres, yo no sé cómo no se ha contagiado de alguna enfermedad venérea de tanto que frecuenta ese lugar.
Arthur- y si se contagia lo más seguro es que no lo contará. Fue la señorita Cristina quien envío el recado.
Rubén - Cristina como siempre.
Arthur- Esa mujer siempre está preocupándose de usted.
Rubén - yo le debo mucho a Cristina, sin su ayuda mi padre no me hubiese dejado en paz.
Arthur- me voy a acostar joven, no necesita algo más?
Rubén - no Arthur descansa, buenas noches.
A la mañana siguiente llegó el padre de Rubén muy enojado gritando a la casa como loco.
Simón Wallace - Rubén desgraciado baja ahora mismo!¡No sabes la vergüenza que he pasado por tu culpa, desgraciado baja ahora mismo!
Rubén al escuchar los gritos bajo al encuentro de su padre y lo encuentra con su rostro herido como si hubiera estado involucrado en una pelea.
Rubén - ¡padre! que te sucedió?¿te asaltaron?¿por que estás herido?
Simón Wallace - Claro que no me asaltaron! quien se atrevería a hacer tal cosa, pero un desgraciado me ofendió riéndose de mí delante de todos diciendo que a mi único hijo Rubén no le gustan las mujeres, por supuesto que reaccione y lo golpee por sus palabras.
Rubén blanco- padre no debes darle importancia a esos rumores déjalos que hablen lo que quieran.
Simón Wallace- Cómo crees que voy a soportar que humillen nuestro apellido con una calumnia así, esta es tu culpa hace tiempo te dije que debías casarte o por lo menos frecuentar la casa amarilla algunas veces, así nadie duraría de tu hombría.
Rubén - padre, a mí eso no me importa que hablen lo que ellos quieran.
Simón Wallace- eso debe acabarse de una vez por todas, ya no soporto que se dude de nuestro honor, así que te casás de una vez o me veré obligado a denunciar a Arthur con la policía.
Rubén - padre tú no puedes hacer eso, Arthur es familia, mi madre me encargo a su cuidado.
Simón Wallace- tu madre no sé en que momento me convenció de ocultarlo, Arthur es un soldado desertor, que tu madre auxilio y cuido, luego ya a salvo me convenció de dejarlo en casa y hasta le compré su nueva identidad, pero ya me cansé.
Rubén - hazlo por la memoria de mi madre, no denuncies a Arthur, él ya es mayor y no se merece ir a prisión por algo que no cometió.
Simón Wallace- Esto depende de ti, te casas o denunció a Arthur, pero no seguiré luchando por los rumores sobre la hombría de mi único hijo, ya no me cansé.
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Comments
juana maria meneses bautista
que padre más horrible tiene el chico
2025-01-10
2
Rosa Magdalena Chávez
acaso el no tira el apellido por el piso con ese comportamiento? que fácil es ver la rama en el ojo ajeno
2024-08-18
3
Omis Mendoza
que viejo tan asqueroso
2024-08-13
0