—¿Qué lo había llevado a buscar explicación en una iglesia cuando él no tenía nada de creyente?
—Mejor dicho. ¿Qué mierda hacia ahí?
Rogers Martin
Señor.
—La voz de su secretario tras el vidrio templado de su auto, lo hace bufar.
Alexander Vasilev
¿Qué?
Rogers Martin
Realmente le pido que le dé una oportunidad.
Alexander Vasilev
¿A qué exactamente?
—Responde con agresividad.
Rogers Martin
Yo he estado en su posición y gracias a la ayuda del sacerdote Sirth, todo mi atormento ha desvanecido.
—Solo escuchar a su secretario le parecía tan estúpido.
Alexander Vasilev
Si es así, entonces.
Alexander Vasilev
¿Qué mierda haces trabajando en la compañía?
Rogers Martin
E-Eso es distinto.
—Carraspea y se endereza. Abre la puerta del auto y se hace a un lado.
Rogers Martin
Señor...
—Suspira el Beta. Convencer a su jefe de ingresar a la catedral de su pueblo natal le estaba pareciendo imposible.
Rogers Martin
Una vez que el sacerdote Sirth lo vea, le ayude con los espíritus maligno, regresaremos.
—Molesto y a regañadientes sale de auto.
—Sacude su abrigo pulcramente y esconde sus manos en los bolsillos de su traje.
Alexander Vasilev
¿Exactamente en dónde estamos, secretario?
Rogers Martin
En mi pueblo natal.
—Sonríe el secretario tras indicar al chofer que esperaba el regreso.
Alexander Vasilev
¿Y?
Rogers Martin
Este pueblo es conocido por la santidad gracias a los sacerdotes de la iglesia.
Rogers Martin
El sacerdote Sirth es uno de esos hombres benevolentes que no teme ayudar al prójimo aun si no son creyentes.
—Explica mientras camina hacia la iglesia de aquel pueblo, siendo visto por uno que otro transeúnte. Quedándose a observar al Alfa quien llamaba mucho la atención por su altura.
Alexander Vasilev
Patrañas.
—Murmura sin mucho interés.
—No importaba con quienes fueran, aquella sombra siempre continuaba acechandolo. Incluso en este mismo instante podia observarla.
—A lo lejos, observandolo... esperando cualquier oportunidad de debilidad para hacerse sentir.
Hermana Ross
¡Pequeño Rogers!
—La voz de una mujer adulta logra que el Alfa salga de sus pensamientos y baje a ver a quien le pertenecía.
》Una monja.《
—Piensa Alexander tras ver a la señora cubierta por túnicas negras y blancas.
—¿No tenía calor?
—Él sentía calor incluso con su traje.
—Ese pueblo era caluroso.
Rogers Martin
Madre Ross.
—El secretario saluda a la madre tras ser abrazado por ella.
Hermana Ross
Mi niño.
Hermana Ross
¡Estas todo un hombre!
—Sonríe apretando las mejillaa del Beta.
—El Beta asiente con la cabeza.
—La madre Ross, era la madre de todas las monjas de esa iglesia y era la directora del orfanato de donde él vino.
Hermana Ross
Es bueno tenerte aquí una vez más.
Rogers Martin
Gracias, madre Ross.
—La tos a su espalda le hace acordarse de la razón del porqué vinieron.
Rogers Martin
¡Ah!
Rogers Martin
Madre Ross.
Rogers Martin
Le presento a Alexander Vasilev.
Rogers Martin
Director Ejecutivo de Indumentarias BS'.
Hermana Ross
Mucho gusto, Jovencito.
Hermana Ross
Soy la madre Ross, soy la que está a cargo del orfanato, y fundaciones de la iglesia.
—Saluda la monja con una sonrisa amable.
—Una que no fue correspondida.
—El Alfa sin mucho interés asiente con la cabeza.
Rogers Martin
Madre Ross. Hemos venido ver al Sacerdote Sirth.
Hermana Ross
Oh...
Hermana Ross
Cariño.
Rogers Martin
¿Pasa algo?
—Confundido frunce levemente el ceño.
Hermana Ross
El sacerdote Sirth ya no sirve a la iglesia.
Rogers Martin
¿Cómo?
—Alza sus cejas.
Hermana Ross
Sí...
Hermana Ross
No deberia decir esto por respeto a Dios y al padre, pero.
Hermana Ross
El sacerdote Sirth fue sancionado tras descubrirse que mantenía una relación con una joven Omega.
Hermana Ross
Me parece...
Hermana Ross
Que cometió el acto más repugnante que como hijos de Dios podemos hacer, la impregnación.
—Suspira y niega con la cabeza.
Nota: El acto de impregnar se basa en el que un Alfa marca al Omega a través de un vínculo, el intercambio de aromas se considera una impregnación.
—Alexander aburrido bosteza desinteresado.
Rogers Martin
Entiendo...
—Sin saber que decir el secretario ladea su cabeza y ve a su jefe.
Rogers Martin
¿No se ha encontrado un nuevo sacerdote para la iglesia?
Hermana Ross
¡Oh! Por supuesto que sí.
Hermana Ross
El sacerdote Ivanov. Vino de la principal para predicar aquí.
Rogers Martin
¿Podríamos hablar con él?
—Pregunta suave.
Hermana Ross
Claro.
Hermana Ross
Por favor, siganme.
—La monja da la vuelta y camina por el prado de la iglesia. Ambos hombres ingresan.
—Uno nostálgico al ver su hogar y otro aburrido.
—Fueron guiado a una capilla más pequeña que la principal.
—Allí observa infinidades de asientos de madera y decoraciones en el altar, junto a representaciones alusivas a su Dios.
—No fue mucho el tiempo trascurrido.
—Solo que ya se estaba aburriendo. El ver a su secretaria hablar de temas que no le interesaba con la monja, era supremamente aburrido.
—No es hasta que las puertas de la capilla se abre y una figura oscura aparece.
Matthew Ivanov
Hermana Ross, he venido como me ha pedido.
—Alexander ladea levemente su cabeza y esconde sus manos en los bolsillos de su pantalón.
—Un hombre que vestía con túnica negra, lo suficientemente alto como para hacerle frente se aparece.
Hermana Ross
¡Oh, sacerdote Ivanov!
—La monja habla a fondo.
Hermana Ross
Ha llegado en el momento perfecto.
—El hombre que parecía ser el sacerdote se endereza y dedica una sonrisa la cual le hace cerrar sus ojos.
》Curioso...《
—El Alfa sin inmutarse ve al sacerdote acercarse a ellos.
—Sus ojos lo recorren de punta a punto sin escrúpulo. Detallando cada gesto que hacía.
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𝗔𝗶𝘀𝗵𝗮
Actualiza pliss
2023-11-25
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