Capítulo III: Un peligroso comienzo

Transcurrió una semana desde ese desagradable encuentro, mi trabajo ha ido bien, lo mismo de siempre: horas extras y personas con enfermedades serías que son incapaces de pagar un buen tratamiento, gracias al cielo creé una fundación para tantos casos, eso me tranquiliza mucho.

- Ahh~ me siento tan cansada

Comencé a caminar hacia un restaurante de comida rápida para comprar una buena y económica cena, de pronto, antes de cruzar hacia otra calle, un carro negro frenó frente a mi, bajando la ventana trasera polarizada y descubriendo a aquél hombre, con lentes oscuros y un cigarro en mano

- Sube al auto belleza -dijo en todo frío y serio-

- ¡Ja! mira quién es, aquél hombre inútil incapaz de cuidarse bien, sin duda no subiré -le dije decidida-

Fue entonces que me mostró un arma 22lr demasiado atemorizante con solo enseñarla, y él la portaba con tal naturalidad como si de un juguete se tratara

- Entra ya belleza, te llevaré a cenar

Sínico estúpido, pensé, jamás había visto un arma y el que él líder de la pandilla criminal más grande y poderosa, me lo mostrará me ponía en una situación preocupante sin duda, aún así no me dejaré atemorizar, no debe ser así

- t-tu que acostumbras a hacerlo todo a la fuerza, el que me muestres un arma no significa nada para mí, ¡dispara! no me asusta en absoluto -dije sonriendo tratando de ocultar mi cuerpo tembloroso- jamás subiré a ese maldito carro junto a ti... escoria

Sentía como mi cuerpo temblaba lo único firme era mi voz y eso me bastaba, no cedería por nada

Él me sonrió y eso me hizo saber que algo malo se avecinaba

- Hmm~ tienes razón, hago todo a la fuerza, eso es lo mío -dijo bajándose del coche- ya que eres tan valiente, déjame complacerte -me apuntó con el arma y sentí sus ojos mirarme tan filosos capaces de cortarme-

Escuché un sonido ensordecedor, sentí una punzada en mi brazo izquierdo, aturdida decidí mirar, me había disparado y la sangre recorría sin parar mi brazo y caía gota a gota sobre el piso, eso hizo estremecer todo mi cuerpo, mis piernas temblaron tanto que caí sentada al suelo, lo único que se pudo venir a mi mente fue que traía una blusa blanca y que sería difícil eliminar toda la mancha de sangre

- Hmmm parece que la cena no será posible - se paró frente a mi- realmente desearía que pudieras ver tu rostro en este momento, es tan hermoso, tan excitante -mordió sus labios-

Tiró su cigarro y agarró bruscamente mi cabello llevándome a rastras al carro, jaja... realmente me hizo subir que hombre tan capaz, le indicó al chófer que bajara y cuando lo hizo, Alí se balanceo sobre mí y juntó sus labios con los míos e introdujo su lengua con tal ferocidad como si tratara de descubrir que hay más allá, desabrochó mi pantalón e introdujo sin dudar sus dedos en mi intimidad, provocando un gemido en mi -maldito- le dije y los volvió a introducir más profundo aún, ver la sangre manchar todo mi cuerpo le hizo excitar aún más y mordió mi cuello con fuerza mientras introducía un dedo más, bajo mis pantalones y mordió mi pierna, se acercó a mi para hundir su boca en mi intimidad cuando de un golpe por mi rodilla sobre su cara logré apartarlo, -como si te fuera a dejar hacerlo estúpido- pensé

- Bien, bien, hasta aquí entonces -dijo poniéndome de nuevo mis pantalones e indicando al chófer subir-

Encendió otro cigarro e indicó al chófer ir a su casa, y más que casa era una enorme mansión, al bajar del coche intente darle un golpe bajo para poder huir pero el predijo el movimiento y me alzó en brazos y me llevó adentro, todos lo saludaban con respeto, tanto como si se tratara de un Dios, trataron mi herida y la vendaron

Me llevó a un gran comedor en dónde se encontraba un gran banquete, el se sentó a la cabeza y yo a su derecha, los que servían la mesa mantenían su cabeza abajo ante la presencia de aquél hombre

Era la primera vez que sentía tanto odio, tanto miedo pero tanta incertidumbre hacia un hombre

- Siento lo de el brazo, pero realmente quería ver qué expresión hacías, ahora come -me acercó un gran plato de comida- espero que esta vez no lo tires

- ¿Qué quieres conmigo?

- Me gustaría hacer muchas cosas contigo -se quedó pensando un segundo y se dibujo una sonrisa en su rostro- pero justo ahora solo quiero cenar contigo, así que come

- A pesar de que te has tomado la molestia de traerme hasta aquí, se me quita el apetito al pensar en comer todo esto tan delicioso, en presencia de alguien tan repugnante como tú

- Hmm vaya, no comprendo tal hostilidad hacia mi, será a caso ¿Qué te recuerde a algún mal hombre? -apoyo su brazo sobre la mesa y me sonrió- ¿Quizás alguno de tantos hombres que tu madre prefería en vez de a ti? ¿Esos por los que te desprecio y fue negligente contigo toda la vida? cuántos podrían ser... ¿32?

Me levanté abruptamente, maldito, me investigó, ¿Hasta que punto? ¿Hasta que profundidad?

- Ohh~ no me digas, será tal vez... ese hombre Hirui -sentí mi corazón detenerse, ese nombre- Hirui.. ¿verdad? la relación amorosa más duradera que tuviste también la primera, seis años son algo sin duda, dime ¿A caso te recuerdo a él? -me miró satisfecho ante mi frustración- Aunque, bueno... yo jamás habría dejado ir a tal belleza como tú, Chiasa, vaya tonto, tanto tiempo por nada, tanto esfuerzo y dedicación de parte tuya por nada, y mira que al final el idiota vino a mo-

Antes de darme cuenta le había abofeteado con tal fuerza que sentía mi mano arder, casi podía escuchar el latido de mi corazón, realmente estaba furiosa

- ¡Cállate! ¡No te atrevas si quiera a mencionarlo no debes! ¡¿Quien te da el derecho de indagar en mi vida?! ¡No comprendes, nadie lo hace! -no pude contener las lágrimas- Maldito estúpido, tu-

- Se levantó y me tomó de hombros, y me miró de manera afligida

- Oye.. Cálmate.. mírame, lo siento mucho, lo que todos dicen no es lo que verdaderamente sucedió ¿Verdad? sé que hay algo más y también sé, que tu no tienes la culpa de nada

¿Qué estaba diciendo? Éste hombre trataba de quitar la condena a la que me habían sometido, ¿Porqué? me sentía tan bloqueada, tan confusa, tan desprotegida, solo por mencionar a Hirui, ese nombre que resonaba en mi alma como miles de espinas

- Llévame a casa -le dije con la mirada vacía- te exijo que me lleves, porquería

- Escúchame -levantó mi rostro dulcemente entre sus manos- no soy tan cruel como todos me pintan, conóceme y déjame conocerte, por nosotros mismos, a palabras de nadie, solo... déjame sanar tus heridas -me abrazó-

Después de éstos años en los que me valí por mi misma, enfrentándome a todos, apareció finalmente alguien para tomar el control de todo a la fuerza, obligándome a verlo, a considerarlo

- Esta noche te quedarás aquí, mañana empezaremos de nuevo ¿Bien?

Odio tanto a los hombres, odio tanto a todos, ¿Desde cuándo empezó a ser así? Solo ésta vez.. solo hoy quiero fingir que el pasado desapareció, deseo que me cuiden solo un momento

- Bien

CONTINUARA

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