Un mal comienzo

Narrador omnisciente

La habitación se llenaba de alegría, todas las personas estaban tan alegres que no notaron cuando el duque entró y se acercó a su esposa detallando al pequeño bebe entre sus brazos todos se retiraron para darle privacidad a la pareja.

-Es una niña – dijo la duquesa con una sonrisa en sus labios.

-Una niña – el duque estaba feliz y se acerco a darle un beso en la frente a su esposa – lo hiciste muy bien.

-¿Mamá? – la voz de Elios lleno la habitación.

-Hijo – su padre se acerco para alzar al pequeño es sus brazos y llevarlo donde su mamá – ella es tu hermana

Elios miro al bebe, era diferente a él, que tenia el cabello negro y los ojos rojos de su padre, su hermanita tenia el cabello rubio de su madre y sus ojos eran de un lindo color rosa.

-Es bonita –las palabras del niño hicieron sonreír a sus padres.

La familia se quedó viendo a la bebe un rato hasta que la pequeña se quedo dormida y Elios fue llevado a su habitación por su padre quien lo hizo dormir, al terminar  regreso con su esposa se sentado a su lado y la rodeo con sus brazos.

-¿Como se llamará? – pregunto la duquesa

-Mmmm – el duque pensaba en un nombre mientras entrelazaba los dedos con su esposa – Estela -dijo finalmente

-Estela – pronuncio su esposa – es bonito, me gusta Estela

-Estela será – el parto hizo que la duquesa se cansara por eso termino durmiendo en los brazos del padre de sus hijos.

La mañana siguiente el ambiente en la casa de los Spencer era un poco sombría, pues la salud de la duquesa no había mejorado por el contrario se había debilitado, el duque se mantuvo con ella, mientras los mejores médicos la revisaban, nadie sabía que era lo que tenia, el duque sabía que eso podría pasar aun así sabia que su esposa no dejaría a la bebe, durante los siguientes días la duquesa solo se levantaba para alimentarse y pasar un rato con sus hijos y su esposo, lo poco que comía no era suficiente para alimentar a su bebe por eso rara vez la alimentaba, era otra la persona encargada de alimentarla, se sentía mal por no poder alimentar a su bebe pero no podía hacer nada.

La salud de la duquesa está decayendo demasiado rápido – le menciono un médico al duque – si sigue así me temo que…

-Vete – lo corto sabía lo que diría, pero no estaba preparado para escucharlo.

Ingreso a la habitación y vio a su esposa abrazando a su hijo mientras que la bebe estaba en una cuna aparte, los observo dormir hasta que la bebe se despertó, se acerco para cargarla y que no despertará a su madre y hermano, salió al balcón con la bebe en brazos.

-Eres muy ruidosa – dijo y la bebe sonrio haciendo que el también sonriera – ¿tienes hambre? -pregunto, la niña movió la cabeza y con sus pequeñas manitos trato de tocar la cara de su padre, el acerco su dedo y ella lo tomo con fuerza sin querer soltarlo.

De alguna forma eso hizo que se sintiera mejor, era la segunda vez que sentí eso, cuando nació su hijo el solía agarrarlo del dedo y no lo soltaba parece que su hija es igual a su hermano, llevo a la bebe con la nodriza y la dejo comer, un ruido en la habitación de su esposa hizo que subiera a ver que pasaba, al llegar vio a su esposa despierta

-¿Dónde está Estela? – pregunto

-Esta con la nodriza – dijo en un susurro para no despertar a su hijo.

-Quiero verla - demando

El duque asintió y fue a buscar a su hija, la llevo con la madre y se la dio, ella la tomo en sus brazos besando su pequeña cabecita, se quedó mirándola un momento hasta que una fuerte tos hizo que le entregara su hija al duque, Elios se despertó y el duque hizo que se fuera a su habitación con Estela, mando a llamar a alguien para que cuide a sus hijos y a alguien que llamara al médico que se encontraba cerca de la mansión, volteo a ver a su esposa para ver como se llevaba las manos a su boca y al retirarlas vio sangre, eso lo alarmo por lo que se apresuró a su lado y la tomo entre sus brazos.

-Tranquila todo está bien – el abrazo contra su pecho- todo va a estar bien.

-Vael – susurro la duquesa – cuida de nuestros hijos – el sabia el significado de sus palabras.

-No, tu tienes que cuidarlos, ellos necesitan a su madre – dijo con firmeza.

-Amor, mírame - pidió ella casi sin fuerza – mírame.

-No, no, se lo que dirás así que no lo hagas.

-Vael, por favor mírame – volvió a pedir y esta vez hizo lo que pidió dejando ver unos ojos llorosos – ya no me queda tiempo, tienes que prometer que vas a cuidarlos- el negó aferrándose a la ropa de su esposa – por favor, promételo – volvió a negar, pero al ver su desesperación cambio de opinión.

-Lo prometo – dijo mirando los ojos de la mujer que amaba.

-Fui la mujer mas feliz del mundo al estar con un hombre como tú, sé que lo harás bien – dijo con la poca fuerza que le quedaba mientras unas lágrimas rodaban por su mejilla – te amo.

-Te amo – dijo el duque y le dio un beso en los labios y con eso dio un último suspiro.

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