CAP 4: Muerte

"-¡Eres lo peor que me pudo haber pasado!-dice Delia, mi madre, mientras me abofetea con todas su fuerzas haciéndome caer al suelo.

-Pe-pero ¿por-por qué m-mamá?-digo con voz temblorosa por el llanto, siempre era lo mismo cada vez que se molestaba descargaba toda su ira conmigo-¿Qué h-hi-hice esta vez?

-¿¡Qué, que hiciste!? Pues simplemente nacer eso fue lo que hiciste- dice fríamente y me vuelve a golpear, esta vez arañándome con su largas uñas sacándome sangre-Y deja de llorar demuestra por lo menos ser digna de ser una vampiresa.

-Cariño-oigo la voz de Harold, mi papá-¿Qué sucede?

-¡Ah, cielo!-su voz se vuelve dulce al hablarle y se da vuelta-Nada, solo que Ariel se cayó y se raspo la mejilla, pero no te preocupes yo me encargare de curarla.

-Está bien-es lo único que dice, yo lo miro suplicándole que me ayude, pero solo me ignora y se va dejándome sola con ese monstruo que es mi madre.

-Si te ayudare-se vuelve hacia mí y su mirada cínica me deja temblando-Te ayudare a que sientas verdadero dolor-dicho esto me agarra por el cabello y lo jala hacia atrás dejando expuesto mi cuello, y antes que yo pueda quejarme si quiera, clava cruelmente sus colmillos en mi cuello y bebe tanta sangre que casi me está dejando seca, luego de que se siente satisfecha de hacerme sufrir por ese día sale de la habitación dejándome tirada en el piso como si fuera una muñeca de trapo."

-¡NO!-me despierto temblando y sudando frió, siempre es lo mismo cuando mi padre no está en casa, recuerdos de ese tipo me atormentan por la noche impidiéndome dormir bien.

   Doy un suspiro pesado y voy al baño a bañarme, al salir me recojo el cabello en una cola de caballo alta y me visto con un sencillo vestido rosado, y unas zapatillas negras, bajo a la cocina para prepararme el desayuno. Opto por prepararme unos waffles con miel, cuando termino de desayunar voy a la tienda y la abro como siempre, y me dispongo a iniciar con mi rutina pero hay algo que me tiene inquieta ya que durante todo el día mi padre no me ha llamado para saber si estaba bien, o si ya ha terminado su misión y está de camino a casa, y eso es extraño ya que él siempre me avisa.

...****************...

Ya es de noche y mi padre aún no llega, ahora sí que estoy verdaderamente preocupada.

-Padre-digo en un murmullo mirando por la ventana-¿Estarás bien? ¿Por qué no has llegado o me has contactado para saber que estás bien? Por favor entra por esa puerta y dime que me estoy preocupando en vano.

Rin, rin, rin

   Suena el teléfono y voy rápidamente atender esperando que sea mi padre.

-Diga-atiendo y me decepciono al escuchar una voz que no es la de mi padre-Si, yo soy Ariel Lara, ¿Con quién hablo?.... ¿¡El hospital de la asociación!? -me altero al saber que llamada es del hospital ya que ellos solo me llamarían por una causa-¿¡Que le sucedió a mi padre!?...¿¡Qué!? ¿¡Pero cómo!? ¡Voy para allá de inmediato!

   Sin pensarlo dos veces corto la llamada, y voy rápidamente hacia la puerta, tomo del perchero unos de los abrigos y me lo coloco notando que me queda grande ya que es de mi padre pero eso no me importa, salgo rápido de la casa y empiezo a correr por las calles rumbo al hospital. No tomo un taxi porque me demoraría más y debo llegar al hospital cuanto antes, por eso veo rápidamente mí alrededor y al verificar que nadie me está viendo uso mi velocidad vampírica con lo cual llego en menos de diez minutos, entro corriendo por la puerta a una velocidad más normal y llego a la recepción.

-Disculpe señorita, ¿Podría decirme en que habitación se encuentra el señor Hendrik Lara?-le pregunto rápidamente.

-¿Eh? Si en un momento-empezó a revisar el registro de los pacientes cuando alguien hablo a mis espaldas.

-¿Eres tú la hija de Hendrick?-volteo el rostro hacia donde proviene la voz y veo a un hombre alto, delgado pero con musculatura, de piel blanca, cabello rubio y marrones, vestido con una bata blanca. Ante su pregunta yo asiento-Por favor sígueme, te llevare con él.

   Yo lo sigo, y el me dirige por unos cuantos pasillos y me cuenta que mi padre llego aquí muy grave tal parece que cuando ya había acabado con su misión, tres sangres sucias salieron de la nada y se le lanzaron encima mordiéndolo y bebiendo sin piedad su sangre, pero eso no es lo que lo tenía grave ya que antes de que mi padre acabara con ellos, estos le clavaron sus garras en el abdomen, piernas y pecho, causándole unas heridas muy profundas que dañaron algunos órganos vitales, y causaron una mayor perdida de sangre, durante todo el camino no pronuncié ninguna palabra y escuche atentamente lo que me dijo, mientras en mi interior yo solo rogaba porque mi padre se recuperara.

-Es aquí- se detuvo señalándome una puerta.

-Gracias.

Le agradezco y abro la puerta ingresando a la habitación, ya adentro me quedo estática ante la imagen que esta frente a mis ojos, mi padre en la camilla pálido, con su abdomen y pecho envueltos en vendas completamente manchadas de sangre, y su respiración más lenta de lo normal.

-¡Padre!-digo con voz angustiada, me acerco a él y me siento al borde de la camilla, viendo como al llamarlo abre sus ojos lentamente.

-M-mi corazón-me dice con debilidad-En verdad m-me alegro d-e verte-termina de decir mientras me acaricia el cabello.

-Padre shhh, no debes hablar tienes que recuperar tus fuerzas para que podamos volver a casa-veo que él me da una sonrisa de ¿Disculpa y tristeza?

-Claro, mi niña-yo lo miro a los ojos y parece que el brillo que hay en ellos se va opacando-Mi niña en c-caso de que yo no salga de esto quiero que me pro-metas al-algo.

-Lo que sea padre, pero no será necesario ya que te recuperaras, estoy segura.

-Claro, pero aun así-dice y su mirada se ve decidida-Si llego a morir, quiero que t-te comuniques con Yami para que él se haga cargo de ti y si acepta, que e-estoy seguro que lo hará, quiero que te vayas a vivir a Japón con él y estudies de la academia Luna Azul.

-¿¡QUE!?-digo muy exaltada-¡Pero padre! ¡Yo no quiero estar en esa academia y tú sabes exactamente por qué!-digo viéndolo directamente a los ojos.

-Sí, lo sé, p-pero créeme que si te lo estoy pidiendo es porque yo sé que estarás bien con Yami, y si tu estas en la academia sé que serás de gran ayuda no solamente para él, sino también para su pupilo Roderick-me explica mientras que su voz se oye más débil, yo voy a replicar pero me interrumpe-Por favor prométemelo.

-Yo...-me quiero negar pero no puedo al ver que me mira con suplica-Está bien te lo prometo, pero no hace falta porque pronto estaremos devuelta en casa y tú me estarás cuidando como siempre-digo tratando de convencerme a mí misma y él me sonríe.

-Yo siempre te estare cuidando mí ni...-no termina de hablar, pues sus ojos se cierran, escucho con horror como su corazón deja de palpitar y luego la máquina que toma su pulso comienza a sonar.

-¿Padre? ¿¡Padre!? ¿¡PADRE!? –Lo llamo desesperada-¡DOCTOR! ¡DOCTOR! ¡VENGA RAPIDO POR FAVOR!-grito desesperada y veo como el doctor entra corriendo junto con algunas enfermeras, y una de ellas me dice que debo salir-¡Ayúdelo por favor!-le suplico al doctor antes de salir de la habitación.

   Mientras espero afuera, escucho con claridad todo lo que están haciendo para salvarle la vida a mi padre, el doctor pide el desfibrilador y lo aplica unas cuatro veces, pero después de un momento lo escucho decir que lamentablemente ya no se puede hacer nada. Al oír eso siento como si me clavaran un puñal en el corazón, camino hacia atrás hasta que mi espalda choca con la pared del pasillo y resbalo por ella hasta llegar al suelo, puedo sentir como las lágrimas resbalan por mis mejillas en silencio, oigo al doctor salir de la habitación y siento que me está mirando pero yo no lo levanto la vista.

-Lo lamento mucho jovencita-me dice una voz de lamentable-Siento informarle que su padre a muerto.

   Que el doctor diga eso, es el detonante para que mis sollozos salgan a flote, siendo una vampiresa pura sangre es una regla no dicha que no tenemos permitido llorar ante nadie para no mostrar debilidad, pero a mí eso nunca me ha importado, y me permito hacerlo para soltar todo el dolor que tengo al perder a la persona más importante de mi vida.

Fin de la narración de Ariel.

Narración normal

   Mientras Ariel recibía la noticia de la muerte de su padre en algún lugar de Japón más específicamente en la academia Luna Azul, un hombre alto, musculoso, de cabello negro, y con un bello ojo rojo, mientras su otro ojo se encuentra cubierto por un parche, se encontraba dando clases, escribía en el pizarrón cuando se detuvo debido a que una sensación extraña le hizo sentir un imperceptible escalofrío, miró por la ventana viendo el paisaje y a la imagen de una persona muy importante para él apareció frente a sus ojos. "Hendrick" fue el nombre que se le vino a la mente.

-Yami-sensei ¿Se encuentra bien?-pregunto una alumna de cabello rubio al ver la actitud de su profesor.

-Sí, estoy bien-dijo de forma seca para seguir dando la clase.

Fin de narración normal

Narra Ariel.

   Debido a que estaba muy alterada el doctor me mando a traer un té de lilas para que me calmara un poco, me bebí él té pero no hizo efecto alguno por lo cual hice un esfuerzo para serenarme un poco, al cabo de una hora llegaron un hombre y una mujer a buscarme, ambos vestían unas gabardinas negras y note que llevaban armas por lo que supe que son parte de la asociación, de seguro el presidente los mando para que me llevaran a mi casa, y efectivamente ambos venían a recogerme, a lo cual accedí, salimos del hospital y me subo en la parte trasera del auto, luego suben ellos, él en el asiento del piloto y ella en el del copiloto, durante todo el camino me quedo callada solo viendo el paisaje afuera de la ventana sin verlo realmente.

   Al llegar a la entrada de mi casa salgo del auto y me dirijo a la puerta, pero me detengo cuando la mujer me llama para darme sus condolencias y luego decirme que mañana a las 3:00 pm se le dará sepultura al cuerpo de mi padre y que pasaran a buscarme a las 2:30 pm, yo solo asiento y entro a la casa, voy directo a mi habitación y al entrar veo la hora, las 11:45 pm, voy hacia mi cama, me dejo caer en ella y dejo que mis lágrimas caigan libremente por mi rostro. Llore y llore por largo rato hasta que sentí que ya no me quedaban fuerzas, finalmente cerré mis ojos y me quede dormida con lágrimas aun recorriendo mis mejillas.

    Cuando volví a abrir los ojos, lo primero que ví fue la luz del sol, me levantó con pesadez, después de todo lo que paso anoche siento que mi cuerpo está muy pesado, veo la hora la 1:45 pm, falta menos de una hora para que vengan a buscarme así que me dirijo al baño y me doy una ducha con agua fría, salgo del baño y busco la ropa que usare en el funeral, decido que lo mejor es ponerme un traje especial que mi padre me regalo para cuando saliera a cazar vampiros.

   El traje consiste en un traje entero de cuello alto que llega hasta la parte superior de mis muslos, de mangas largas negro, con guantes, botas altas, y una gabardina larga de color negro; una vez que me visto voy hacia mi armario y de la parte de debajo de este saco una caja de titanio, al abrirla veo mis armas una pistola negra con detalles plateados la cual lleva el nombre de "Black Rose" y una espada con el mango y la funda plateados que tienen escrito el nombre de "White Rose", tomo ambas armas, coloco la pistola en su funda y me la abrocho en la pierna izquierda, y la espada la coloco en mi espalda. Una vez lista bajo a la cocina y tomo una manzana la cual como lentamente, aun que no le encuentro sabor y espero a que pasen a buscarme.

   El sonido de un carro me hizo saber que ya llegaron por mí, me dirijo a la puerta y salgo de la casa, cerrando la puerta a mis espaldas, me dirijo hacia el carro y abro una de las puertas para sentarme en los asientos traseros, luego el carro arranca dirigiéndose rumbo al cementerio, una vez que llegamos bajo del auto y sin ninguna expresión en mi rostro voy directamente hacia donde se encuentra el ataúd en donde está en cuerpo de mi padre, al verme los cazadores que están alrededor me dan el paso libre para que me acerque, me detuve justo al frente del ataúd y siento como los demás cazadores se colocaron en fila a mis espaldas. La ceremonia dio comienzo pero yo no preste atención a ninguna la las palabras del presidente o del sacerdote, solo recordaba los momentos que pase el lado de mi padre durante todos estos años en los que él me brindó su apoyo, su cariño, su amor y comprensión, cuando me di cuenta, ya solo veía como sumergían el ataúd en el hoyo y lo cubrían con tierra, mientras esto sucedía muchos de los cazadores disparan sus armas como señal de dolor ante la pérdida de un gran cazador.

 Cuando terminan de enterrar el ataúd empieza a llover con fuerza, caigo de rodillas ante la tumba dejando que mis lágrimas se confundan con las gotas de agua que caen encima de mí, duro en esa posición unos 30 minutos hasta que por fin me levanto y camino de regreso al auto que me trajo, al alejarme de la tumba para regresar a mi casa todos los cazadores que se encuentran allí se retiran, el camino de regreso a mi casa es exactamente igual que cuando fui al cementerio; una vez que llego entro a mi casa y me dirijo a mi cuarto, dejo mis armas sobre el tocador y entro al baño, me quito la ropa y la pongo a secar, me ducho rápidamente, luego salgo del baño para ponerme una ligera bata de dormir y me dirijo a la cama, me acuesto y cierro los ojos sabiendo que dormiré por muchas, muchas horas para que mi mente y cuerpo recuperen parte de la fuerza que perdí con la muerte de mi padre.

...****************...

(Aquí les dejo está imagen de referencia de como es el traje de Ariel)

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Comments

Vanessa Ibáñez Fernández

Vanessa Ibáñez Fernández

me mataste autoraaaaa

2024-08-21

0

Vanessa Ibáñez Fernández

Vanessa Ibáñez Fernández

pero como que con vendas llenas de sangre x lo menos tendrían que cerrarle las heridas y darle transfusión de sangre para reponerselas ... ahiiii no quiero que muera el papuchoooooo

2024-08-21

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