Un auto deportivo de color azul, se estacionó entre la entrada de una lujosa mansión a las afueras de la ciudad...
El chico, al interior del auto, colocó sus manos en el volante, recargando su frente en ellas.
Por su mente pasaron muchos recuerdos, golpeó ligeramente la frente sobre sus manos, luego, enderezó su espalda, y abrió la puerta del auto.
Al bajar del auto, se quedó de pie a su lado. Por la buena marca de la ropa, y por cada lujosa joya que llevaba en cima de él, se podía decir que era un chico con mucho dinero.
Llevó su mano a su rostro, quitando las gafas negras que cubrían la mitad de su rostro. Con un par de ojos azules, mirando directamente hacia la mansión.
Movió sus dedos, como si estuviera nervioso, luego llevo su mano derecha, a su cuello, dio un ligero masaje.
Después giro un poco su cabeza, a la dirección contraria, miró atentamente cada rincón de la mansión. Su mirada reflejaba muchas cosas, las cuales, eran muy difíciles de escribir.
Al no tener otra opción, Samuel hizo un gesto desagrado. No le agradaba para nada, ir a la mansión, en donde vivía Pedro, con Rosa.
Algo molesto, Samuel terminó de cerrar la puerta de su auto, y camino lentamente hacia la entrada de la mansión...
Samuel solo fue a visitar a Pedro, porque tenía cosas muy importantes, las cuales, no podían esperar.
Al llegar a la puerta de la mansión, Samuel se detuvo, llamó unas dos veces, esperando a que fuera tendido por una sirvienta.
A los pocos minutos la puerta abrió por dentro. Al ver que no era una sirvienta, la mujer parada delante de él, Samuel bajó la cabeza, para evitar ver a la hermosa mujer frente a él.
El chico sintió un fuerte escalofrío, recorrer cada parte de su cuerpo, su respiración se hacía lenta, y en otras ocasiones, bastante, acelerada…
_____ No esperaba verte... ¿Me extrañaste a caso?...___ La voz frágil y seductora de la mujer se escuchó.
Samuel no se atrevió ni a levantar la mirada, odiaba cada una de las insinuaciones de la esposa de Pedro.
Samuel fue recibido por la hermosa mujer de cabello rubio, labios carnosos, cuerpo de diosa, y una sonrisa dulce entre sus labios.
____ Está ... A Pedro... ____ Tartamudeo, Samuel.
A notar claro nerviosismo de Samuel, la mujer colocó su mano en el cuello de la camisa del chico. Después, se acercó al chico, y colocó sus labios rojos, muy cerca de su oído...
Algunas gotas de sudor cayeron lentamente por la frente de Samuel. El chico levantó su mano, y seco las gotas de sudor, con mucha discreción.
Rosa abrió sus labios, pasando su lengua por la oreja de Samuel. El chico se sintió demasiado acosado. De inmediato, Samuel dio un largo paso hacia atrás, evitando que ella volviera a poner una mano encima.
_____ No te pongas tan nervioso, Cariño.
____ No, eres el tipo de hombre que me agradan...
_____ Solo quería evitar una arruga de la camisa._____ Explicó la hermosa mujer.
____ Si tan solo era eso, no hay necesidad de que saques la lengua y la pasea por mi oído. ____ Dijo Samuel con mucha seriedad.
____ Solo era eso... Que dentro de tu cabeza, esté teniendo fantasías con la esposa de tu mejor amigo, no es mi culpa... ____ Respondió Rosa con una enorme sonrisa.
Samuel sabía que no era cierto, en más de una ocasión, Rosa, trataba de tocarlo, y sus insinuaciones cada vez eran más obvias.
No era un imbécil, para no darse cuenta de las intenciones que tenía la mujer delante de él... Samuel levantó la mirada, y en ese momento, Rosa bajo el escote de su vestido, mostrándole a Samuel, sus hermosos pechos blancos.
La mirada de Samuel se colocó en el pecho de la mujer, fue Inevitable para él no mirar su piel blanca de Rosa.
Era innegable que Rosa por fuera era una mujer muy hermosa... No solo tenía una hermosa a apariencia física, y no que también, tenía algunos atributos; que podían volver loco a cualquier hombre en la cama.
_____ Hace Calor, ¿No?... _____ Murmuró Rosa, pasando su mano por sus pechos hasta llegar a su cuello.
Si hubiera tenido un vaso de vino a su alcance, se lo hubiera vaciado por su cuerpo... Suavemente, fue metiendo su mano, en medio de sus dos senos.
Samuel se tuvo que esforzarse demasiado, para poder escapar del hechizo del cuerpo de Rosa.
_____ La única que creo que tiene calor aquí eres tú. _____ contestó Samuel, en un tono de voz frío.
Rosa no era una mujer que se daba por vencida a sí de sencillo. Y mucho menos, cuando se le era negado un capricho.
Samuel, como Pedro, se estaban convirtiendo en una obsesión para ella. Ambos se negaban a caer a sus pies, y hacer todo lo que ella deseaba.
Era algo, sin duda que la tenía demasiado molesta... Rosa empujó a Samuel al interior de la mansión, cerrando la puerta detrás de ellos.
Qué importa que hubiera algún sirviente cerca, nadie se atrevería abrir la boca y contar algo sobre ella. Ya que si lo hacían, les cortaría la lengua sin ninguna piedad.
Rosa se colocó muy cerca de Samuel, puso su pierna en medio de las de él; y sus manos el torso del chico.
Comenzó acariciar el pecho de Samuel, por encima de la ropa. Después, se acercó un poco más, colocando una de sus manos, detrás del cuello del chico.
_____ ¿En verdad, no sientes el inmenso calor que hace?... _____ Murmuró Rosa, dibujando en sus labios, una leve sonrisa traviesa.
Samuel, no podía tocar directamente a Rosa. Cualquier cosa que haya en su contra será malinterpretada.
____ Realmente, pareces una gata en celo. Tratando de hacer todo, para llamar la atención de un hombre...
____ Por qué, no, mejor vas a tu habitación y te encierras, con uno de esos aparatos, que mujeres como tú usan para bajarse la calentura.
Al terminar de escuchar las palabras de Samuel, Rosa se alejó de él. Lo miró de una manera amenazante. Ningún hombre se había atrevido a tan solo insinuarle eso.
___ Mi esposo está en el despacho... ___ Dijo Rosa, fingiendo no ser afectada por las palabras de Samuel.
Samuel se quitó de encima a Rosa. Rápidamente, caminó más al interior de la mansión. Sin atreverse a mirar a Rosa a los ojos por segunda vez.
______ No, me vas a agradecer la información, y el haberte abierto la puerta... _____ Se escuchó la voz de Rosa detrás de Samuel.
___ Gracias. _____ Fue la única respuesta de Samuel; para después continuar caminando.
___ De nada, Cariño. ___ Respondió Rosa en voz coqueta...
Al ver a Samuel desaparecer, Rosa caminó hacia las escaleras.
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Comments
Yolanda Caballero
que mujer tan descarada y zorra
2025-03-10
0
Delfina Del Carmen Henriquez Ruiz
Hay Rosa eres una gran zorra
2024-12-24
0
Maria Mercedes Rojas
será que la tal rosa ,fue la q mando a que violaran, a diana
2024-11-15
1