capitulo 4:

Eliminar a la servidumbre no fue la gran cosa para Eliza, los muy hijos de puta se encontraban muy relajados en sus habitaciones bien limpias y organizadas así que fue fácil acabar con todos.

en total eran tres guardias y cinco sirvientas asignadas para cuidar la saca, cosa que no hicieron y de seguro solo salían de sus cuartos cuando tenían hambre.

el problema fue mover los cuerpos ya que teniendo el cuerpo de una niña era muy difícil mover esos cuerpos pesados. aunque con mucho esfuerzo logro tirar todos los cuerpos en un poso que se encontraba en la parte tracera de la casa.

cuando terminó ya era de noche y estaba exhausta y hambrienta por lo que se dirigió a la cosina y preparo algo de comer para ella y para Cristopher con lo poco que encontró allí.

luego de darse un baño y cambiarse con ropa limpia, Eliza volvió a cosina y tomo un carrito para servir las comidas, planeaba comer con Cristopher.

tarareando se dirigió a la habitación de Cristopher, no sabía dónde quedaba así que tuvo que buscarlo por un buen rato hasta que encontró su habitación, la cual no era más que un sótano húmedo y lleno de polvo que ni siquiera tenía una capa.

"esos bastardos, debí haberlos torturando más. como pueden tener a un niño viviendo en estás condiciones?!! ya lo sabía pero no esperaba que fuera tan inhumano!!"

y allí sentado en el frío piso Cristopher se encontraba frente a una pequeña ventana que dejaba entrar la luz de la luna siendo lo único que iluminaba la habitación.

_que haces aquí?_ pregunto el niño volteando hacia Eliza, aunque no la puede ver, la puede reconocer por su olor.

_traje la cena, vamos a comer juntos_ dice Eliza con una sonrisa acercándose con el carrito.

el niño siente el olor de la comida y traga saliva pero su orgullo no le permite aceptar nada de esa desconocida.

_largate, no tengo hambre_ dice Cristopher con indiferencia pero Eliza solo lo encuentra aún más lindo fingiendo que no tiene hambre.

_por que eres tan lindo?..._ pregunta Eliza acercándose con el carrito procediendo a poner los platos de comida en el piso frente al niño ignorando por completo sus palabras.

_acaso piensas piensas que me voy a comer e_

las palabras de Cristopher son interrumpidas por Eliza quien aprovecho para meterle una cucharada de puré en la boca.

_come está delicioso_

el niño se sorprenden y se termina tratando todo sin oportunidad de escupirlo.

_estas loca!! lo sabía, solo quieres matarme!!_ grita el niño retrocediendo intentando escupir lo que se trago.

_jajaja que divertido, sabes muy bien que no está envenenado, se que puedes reconocer muy bien los olores y sabe que esto es solo comida normal sin ninguna sustancia extraña_ dice Eliza llevándose una cucharada a la boca de su plato.

_ven! está rico y de seguro llevas días sin comer nada decente verdad?_

_ya te dije que no quiero nada!!_

_ya te dije que no quiero!! loca!!_ grita el niño alejándose más.

_ok, yo si tengo hambre, entonces me lo comeré todo!_ dice Eliza con una sonrisa y comienza comer agusto saboreando la comida como si comienza los manjares más deliciosos.

Cristopher la escucha saborearse y al sentir el rico olor de la comida traga saliva y se agarra su estómago que se retuerce por el hambre pero no puede caer en la tentación.

"no puedo! tengo que resistir!"

Eliza solo trata de contener sus ganas de reír al ver los gestos de Cristopher convencuendose a si mismo que no tiene quiere cuando se está muriendo de hambre.

Eliza sigue comiendo y saboreando provocando al niño.

_uff mi plato estaba delicioso pero quiero más! ya que mi lindo prometido no quiere entonces me voy a comer su porción, es una lastima ya que su porción era más grande!_ dice Eliza fingiendo estar triste.

_oye..._ Cristopher vacila.

_bien! voy darle la primera cucharada!_

_oye..._

_umm está delicioso!_

_oye dijiste que esa era mi comida!!_ grita el niño acercándose y sentandose frente Eliza.

_damela! voy a comer!_ ordena el niño enojado.

"jajajaja caiste" celebra Eliza en sus pensamientos.

_bien, ya que mi lindo prometido tiene mucha hambre le voy a dar de comer... di aaa_

el niño se cruza de brazos e indignado abre su boca para recibir la cucharada de comida.

_no creas que ya confío en ti, todavía quiero que te largues, solo te dejo alimentarme por qué te tengo lastima_ dice el niño luego de tragar su comida.

_si, si, como diga mi lindo prometido..._ dice Eliza dándole otra cucharada.

"Dios! es tan lindo mi villano hermoso.."

Eliza sonríe con ternura mientras le sigue dando de comer a Cristopher, definitivamente lo va a proteger y a lograr que le dedica esa linda sonrisa que debe tener.

"está delicioso..." piensa Cristopher masticando la camisa en su boca.

allí en esa habitación sucia y húmeda se encontraba la linda escena de una linda niña de cabellos dorados y ojos azules dándole de comer a un niño de cabello azabache con sus ojos vendados, ambos sentados en el frío piso iluminados por la luz tenue de la luna que se filtra por la ventana.

luego de terminar de comer, Eliza recogió los platos y los puso sobre el carrito.

_vamos a tu nueva habitación, no puedes seguir quedándote aquí_ dice Eliza sorprendiendo al niño.

_nueva habitación?_ pregunta él sin entender.

_si, apartir de ahora te quedarás en la mejor habitación y dormirás como te lo mereces!_ dice Eliza animada.

_y los sirvientes?... si salgo de esta habitación ellos me golpearán como siempre..._ dice el niño bajando su cabeza mientras aprieta sus niños con impotencia. desearía tener fuerza para devolverles a esos bastardos todo los abusos y maltratos que le han echo pasar desde la muerte de sus padres.

_oh, no te preocupes, ya los mate a todos_ dice Eliza como si nada.

_eh?_ pregunta el niño estupefacto.

_si, te lo dije no?... yo te cuidare apartir de ahora y voy a matar a todos los que te hagan daño_ dice Eliza con una sonrisa acariciando el rostro del niño quien sin darse cuenta se sonrojo.

_estas loca..._ susurra el niño.

_ne lo dicen muy seguido!_ se ríe Eliza y toma la mano del niño para salir de la habitación.

_a partir de ahora todo será diferente y te voy a proteger!_ dice Eliza mientras lo lleva por los pasillos.

el niño solo la sigue en silencio sin saber que decir, se supone que debería rechazarla y soltarse pero alguna razón...

"es cálido..." piensa Cristopher preguntándose hace cuánto no se sentía así...

tal vez está vez... solo un poco más...

"quédate conmigo..."

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