capitulo 18- desapareción

— T-tú también eres un niño.

— Mira quién Habla.

Raquel Jadea al sentir como Damon aprieta su cintura.

— A diferencia de ti, Mañana cumplo los 17, mientras que tú apenas cumpliste los 16, y en un año más seré mayor de edad.

Raquel frunce los ceños, si solo el chico supiera que ella es mayor que él. En ese cuerpo podría ser pequeña, pero seguía siendo una adulta, al menos para ella.

— No soy una niña.

— Después de lo que hiciste ya lo supe — Alejándose de la chica, Damon suspira para mirar a Calix en la cama — ¿qué Piensas hacer con él, sabes que si la concubina sepa que mataste a su hijo se pondría furiosa?

La chica solo se encoge de hombros.

— No es necesario que sepa.

— ¿Qué quieres decir? — Pregunta este Confundido y las al ver a Raquel acercarse al cuerpo de Calix y comenzar arrastrarlo.

— Me vas a ayudar o no — Mira a Damon, quién se acerca.

— Si piensas esconder el cuerpo, es una pésima idea.

— Créeme que lo último que haría sería eso — La chica sonríe de lado, quién que Damon solo arquea una ceja, confundido dado que no sabía a qué se refería Raquel exactamente y que pensaba hacer con Calix.

En la noche la concubina, que no esperaba a su hijo todas las noches para cenar y hablar de los planes que tenían; sin embargo, Calix no llegó, desde de esperar Finalmente por una hora, mando que llamarán al chico, pero recibió esas siguientes palabras de la doncella.

— El señorito salió desde la mañana y hasta ahora no ha regresado — Escuchando las palabras de la novela, la concubina frunce los ceños, desde la mañana Calix había salido y no regreso.

— Dónde fue...

— Eso Ninguno sabemos.

— ¡Cómo que no saben! — Se levanta bruscamente de la silla Furiosa, ahora estaba empezando a tener un mal presentimiento de que algo malo pudo pasar, de inmediato ordeno que buscarán a su hijo hasta encontrarlo, el palacio se había convertido en un desastre con los guardias buscando al príncipe Calix, sin embargo, no había rastro de él.

— Que está pasando aquí — El emperador, qué y había Sido informado, apareció unas horas después al escuchar tanto ruido. — Porque tanto escándalo.

La concubina hace una leve reverencia, mientras que las lágrimas brotan por su mejilla.

— Mi hijo no ha aparecido, por eso solicité que lo buscarán majestad.

— Calix todavía es joven, puede que esté haciendo cosas de jóvenes — Intervino la emperatriz un poco fastidiada, Enojado a la concubina.

— Mi hijo ha desaparecido desde la mañana y tú solo dices que podría estar haciendo cosas de jóvenes, no será que tú le hiciste algo — Señala la emperatriz Furiosa, quién solo rodea los ojos.

— ¡Basta! — El emperador mira la concubina — Es más probable que tu hijo esté en algún lugar divirtiéndose, así que deja de hacer un escándalo por nada.

— También es su hijo, como puede decir eso.

— Estás segura de que lo es — Con esas palabras el emperador le arroja algunos papeles — Recibí una carta que dice claramente que Calix no es mi hijo.

— ¿C-como puede decir eso? — La mujer de inmediato se alteró, no entendía esos quién podría saber eso, con las únicas personas que lo sabían era ella y Calix, intentando acercarse al emperador, pero los guardias la detienen.

— Guardias lleven a la Concubina Lizeth al calabozo, será juzgada, por engañar el emperador y la corona. — La emperatriz sonríe con satisfacción al escuchar las palabras del emperador, por fin se desearía de Lizeth, aunque hay muchas más, pero esto es el comienzo¿no?

— T-tú no puedes hacerme eso — Mira el emperador Furiosa, para luego mirar la emperatriz — Ustedes no pueden hacerme eso, no hice nada — Aun con las súplicas de la mujer, los guardias la arrastraron hasta el calabozo.

Raquel, que solo estaba en escondida atrás de los arbustos, Sonríe después de todo la emperatriz sería un poco de utilidad hasta ahora.

 Damon que estaba mirando todo al Igual que Raquel mira la chica Susurrando

— Vaya, quién pensará que esa carita tuya, escondería alguien tan manipuladora, que hiciste para que tu madre te ayudará.

— Que te digo, tengo trucos, sé muy bien lo que quiere la emperatriz y es quitar cada concubina a su paso al Igual que los hijos.

— Pero...— justo cuando Damon iba a hablar, Raquel le tapa la boca, ambos terminan cayendo el pasto.

— Alguien viene — Susurra mirando Damon fijamente, sin quitar su mano.

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¡POR EL DOMINGO, QUE NO PUDE PUBLICAR!

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