En desacuerdo.

-.hijo cuanto te extrañamos 😊 vayamos a tomar un café, ellas pueden terminar sin mi, por favor solo cinco minutos más y pueden apagar el fuego-.

Max bajo a su madre luego de comerse a besos todo su rostro, amaba su rico olor tan natural, era la mujer mas dulce del mundo, fueron al jardín a tomar y compartir, tenían muchas historias para compartir antes de la gran cena.

-.Cuentame hijo, cuantos corazones has dejado roto por el camino??-. para ella el era el hombre más guapo de la cuidad y con su uniforme se veía aun más guapo..

-.Sabes que siempre he estado enamorado de una sola mujer y no pienso rendirme, y sobre lo otro tu ya sabes, siempre les pido que no se ilusiones jajajaja-. su mirada demostraba todo lo que sentía por aquella mujer.

-.Por Dios Maximiliano, ¿tú vas a seguir con esa obsesión? ella podría ser tu madre-. Carmen no podía aceptar el capricho de su hijo, ella quería nietos y esa mujer ya estaba vieja.

-.Tampoco es que me lleve muchos años, solo son dieciséis y ella no podría haberme tenido tan joven jajajaja, ¿no entiendo por qué te molesta tanto?-. a Max le encantaba confesarle todo a su madre..

-.Hijo me preocupa tu futuro y ella no es una mujer para ti, ella es muy mayor y no podra concebir hijos y yo quiero nietos-.

Ella sirvió la taza de café para su esposo y Max y para ella prefirió un té de manzanilla para los nervios, cada vez que tenían la misma conversación ella terminaba alteraba, si su hijo no iba a desistir de la bendita idea, ella tendría que solucionarlo, ella iba a envejecer y su hijo seguiría joven como un roble..

-.Madre ella aún es una mujer joven, apenas cumplió los cuarenta, ayer todavía estaba en los treinta, no deberías preocuparte de eso, soy un hombre joven y cuidare de ella, además que mientras yo sea un hombre sano, mis hijos nacerán bien-. Max tomaba su café mientas le saca la lengua y le hacía caras a su madre.

-.Basta, no se habla más de esa mujer aquí en mi casa, hoy vendrá Diana tu prometida y no quiero un no como respuesta, ella tiene mi respaldo y será la mujer que te haga olvidar ese capricho-. Carmen se levanto y dejó ambos hombres solos.

-.¿Padre por que no me defendiste?. Max no podía creer como su padre se sentó por un largo rato en silencio y sin opinar nada.

-. jajajaja hijo te daré un sabio consejo y es que nunca por ninguna razón en la vida, debes llevarle la contraria a una mujer, ellas siempre tienen la razón y creo que debes dejar de soñar, esa mujer desde que quedó viuda nunca miro a otro lado..

Su padre tenía razón en dos cosas, la primera fue su consejo y la segunda su opinión sobre Elizabeth, lo que el padre no sabía era que el ya se había comido ese manjar y ahora más que nunca iba a insistir, esperaba volver pronto y presentarse en frente de ella y declarar todo su amor, luego de haber pasado una noche tan fogosa y placentera, no creía que lo rechazara.

-.Padre no me vengas con eso, mi madre te dómina a su antojo, debes tener decisión propia, no puedes dejar que ella opine por ti y tú cómo pendejo la complaces en todo-. su molestia era obvia, nadie quería a Elizabeth..

-.Responde algo con sinceridad, ¿a ti te gusta mucho Doña Elizabeth Del Monte?-. la mirada del padre era profunda.

-.Claro que me gusta padre, desde el día en que la conocí, me parece una hermosa mujer tanto por dentro como por fuera y te lo digo a ti también, a mi no me importa la diferencia de edad-.

-.Bueno entonces si ella llega a aceptarte y tú llegas a entrar en su vida, harás lo que sea por verla feliz, ninguna mujer es feliz mientras le lleves la contraria y ve a arreglarte que mis compadres están por llegar-.

El brillo en los ojos de Maximiliano al hablar de Elizabeth era como el resplandor del amanecer, hermoso, cálido, fresco y radiante. El era un hombre profundamente enamorado y aún ella aún no lo conocía o no sabía quién era el enmascarado..

Maximiliano tenía cinco años fuera de la cuidad y aunque se acercó a Martina como amigos para estar al lado de su madre, ella nunca lo llevaba a casa, y en los dos últimos años lo había visto cuando ella logró viajar y colarse en sus días libres, tenía una química impresionante como amigos, Elizabeth sin embargo escuchaba las historias de su hija y había visto al chiquillo en varias ocasiones, sin embargo era un niño a sus ojos..

La noche llego y Max sería franco y sincero, no le importaba desafiar a su madre delante de los demás, el ya le había dicho claramente cuál era su decisión sobre su vida amorosa y si ella seguía insistiendo, el tendría que de una vez por todas colocarla en su sitio.

La Mesa estaba preparada, ahora solo esperaba que los invitados llegaran, como era de esperarse, Maximiliano tardaría en bajar, pues su familia entendería por las buenas o por las malas..

Mientras sus dos hermanos habían llegado juntos, la Familia Quintanilla llegaban detrás de ellos, Diana era la princesa de la familia y había sido educada para ser la esposa del mejor partido y en estos momentos en mejor partido era Maximiliano King, quien sería el nuevo CEO de la cuidad, nunca pensaron emparejar a su hija con Daniel que era contemporáneo de su edad, por que el joven quería vivir de una economía informal y aunque era de un buen apellido, no tenía el poder para representar a su hija.

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